Amaneció y Aunque el sol no había aparecido por las ventanas de la habitación de Jane, ella ya se encontraba despierta.
-Estúpida celebridad caprichosa… - Se quejo dirigiéndose directamente a la cocina – “Prepara Arroz” ¿Qué clase de personal normal desayuna Arroz? Ninguna persona normal, solo un rarito como él.
Dejo el desayuno puesto sobre la mesa y fue, solo por unos minutos más a la cama. No, ella aun no se acostumbraba a su nuevo horario, eso de tener que estar despierta a las 6 de la mañana, aun era un terrible acontecimiento.
“4 horas después”
Se miro al espejo por segunda vez con un aire de seguridad extraño en ella. Era ya la hora. Se agarro una coleta en el cabello y tomo su abrigo negro. Iria por ellos y los atraparía. Termino lo más rápido que pudo sus quehaceres en la casa y ahora, gracias a la información que había recibido del recepcionista del banco el día anterior, sabía dónde y a qué horas podía encontrar a sus “Supuestos amigos” esto sería algo que ella debía hacer ya que sus injustas deudas no iban hacer pagadas solo por ella. No, ellos debían pagar también y ella… ella tenía que dejar de ser tan buena. Su defecto debía desaparecer.
Se reclino a un lado de la puerta de salida de la sala de maternidad y allí espero. Si era cierto que lein estaba en embarazo, ellos debían salir por esa puerta. Y no se equivoco, a tan solo 1 hora de estar allí, plasmada como árbol esperando. Los escucho hablar. La voz gruesa de Neal seria inconfundible para ella ya que lo conocía hacía muchos años.
“el bebe va a estar bien” “Todo está normal, solo no debo recibir emociones fuertes” estas frases las escucho de Lein.
Cruzaron abrazados el umbral de la puerta de la sala sin por lo menos sospechar que ella se encontraría allí, esperandolos
-Hola – dijo de repente detrás de ellos haciendo que los dos chicos quedaran impávidos ante su voz – Tanto tiempo ¿No?
Giraron lentamente y la voltearon a ver, sus caras no ocultaron ni un poco la sorpresa de verla justo allí, frente a ellos.
-Jane… - mascullo Neal con un hilo de voz – ¿cómo has estado?
-¿Has estado bien? – Agrego Lein de la misma forma en que había hablado su novio.
Se quedo sorprendida ante tanto cinismo ¿Has estado bien? Que, era ella la más suertuda que después de todo lo que habían hecho ¿iba a estar bien?
-¿Qué creen ustedes? – respondió con una falsa sonrisa en su boca.
-Luces genial – hablo Neal. Jane lo miro – oh cierto, tuvimos que mudarnos cuando estabas de viaje. Fue algo repentino. Lo siento por todo.
-¿No me digas?- se rio - ¿Lo sientes? Mmm…Sí Estoy segura de que lo lamentaras, es por eso, Amigos mios, que tenemos que hablar ¿Una casa? ¿Una venta? ¿Un espacio vacío? Estas preguntas, ¿No les recuerda algo?
Neal miro a lein preocupado. ¿Qué clase de castigo podría imponerle su amiga que además de ser amable, también podía ser muy cruel cuando se lo proponía? El sabía que no fue correcto lo que hizo, pero también sabía que Jane era una chica fuerte incluso mucho más que él o Lein. Por eso, hizo lo que hizo. Una razón desesperada y porque creyó que ella era capaz de superarlo todo. El pensaba devolverle todo el dinero que había tomado de sus bienes. Pensaba devolverlo, una vez tuviera manera. Él lo haría.
-Cariño – susurro notablemente a Lein - ¡Corre!
En ese momento, agarrado de la mano de su compañera, salió del hospital. Huyendo de lo que significaba enfrentarse a Jane. Ella quien no era tan tonta como se suponía, los siguió fuera del hospital corriendo casi por 10 cuadras tras ellos. No los perdería de vista ni mucho menos. No lo haría.
-¡Deténganse! - les grito – Vuelvan… -Pero eso no sucedió. Los dos atolondrados jóvenes solo corrían mas, intentando de cualquier modo perderla de vista. Eso… tampoco ocurrió.
Jane pudo atrapar a Neal cuando por equivocación tropezó con un tanque de basura y cayó al suelo. En ese solo instante Se abalanzo sobre él y le dio golpes por los brazos. No dejo que se levantara.
-¡Idiota! - exclamo. No molesta, decepcionada. La confianza que ella deposito sobre el había sido sincera. Este engaño le demostró lo tonta que pudo ser - ¿Cómo pudiste hacerme algo así? Ni siquiera eres mi amigo, Bastardo - cerrando los puños de sus manos, le golpeo las costillas - ¿!Cómo me pudiste hacer eso!? ¿Cómo? Y ¿Decias que eras mi amigo? Gracias, estúpido, por enseñarme que no debo creer en cualquier idiota.
-Lo siento. Jane – se defendió tirado aun en suelo - no tenía otra salida. Lo siento en verdad
-¡cállate! – espeto - Tu sola excusa me causa impotencia. Era mi casa ¿No sabias lo que significaba para mí?¿Dices que eres un ser humano cuando actúas así?
En ese instante, cuando Jane descargo su rabia contra Neal. Lein cayo inconsciente al piso. Su piel estaba palida y ella sudaba desmesuradamente. Recordó entonces lo que escucho antes en el hospital
“No debo recibir emociones fuertes, así el bebe estará bien”
¿Qué debo hacer? – pensó.se sintió culpable.
Neal fue directamente hasta donde estaba lein y el tomo en sus brazos mientras Jane preocupada salió apresurada en busca de un taxi. Su mente divago por varios minutos con la imagen de su “Amiga” tirada en el piso sin reaccionar ¿y si Lein perdía a su bebe? ¿Acaso es más importante lo material que la vida de una criatura inocente? Cerró sus ojos y dio un profundo suspiro queriendo, de este modo, sacar todos esos pensamientos de su cabeza.
- por aquí, Neal – Pero se encontró con una sorpresa al darse media vuelta. En la calle o por lo menos detrás de ella, no había rastro de Ninguno de los dos. Ni de Neal Ni de Lein. Su corazón salto de impresión, Rabia e Impotencia. ¿La habían engañado otra vez? Quiso gritar de coraje ¿Por qué tenia que sucederle precisamente a ella? ¿Qué suerte tenia? ¿La del gato negro acaso?
Sus preguntas no tenían respuestas lógicas, pero la verdad es que Jane era un persona extremadamente buena, por eso en aquel momento, antes que otra cosa, se preocupo por la suerte del bebe que crecía en el vientre de Lein y olvido su otro problema que en realidad si le volvía la vida una 4 un 5 y hasta un 6. Justin Bieber.
Decepcionada, Se sentó en la banca de un parque que estaba vacío y cerro sus ojos. El sol ya empezaba a ponerse y ella sentía dentro de sí un remordimiento infinito. Había pedido una oportunidad ¿Por qué tenía que ser tan buena?¿porque por un momento no pensó en ella misma? Quiso en ese tiempo tener el carácter del malgeniado de Justin. Un carácter como ese sería una gran bendición para ella.
Abrió sus ojos lentamente y miro hacia el frente mientras el viento le movía el cabello con cautela. Estaba sola, ella ya lo sabía, pero en ese momento se sintió más sola que nunca.
Fue por este pensamiento que una lagrima silenciosa bajo por su mejilla y lo que fue impotencia, se convirtió en un llanto callado. Todo el coraje que reprimió antes, empezó a brotar lento y sigiloso esa tarde. Cuando se sintió sola.
“Restaurante”
Justin se encontraba nervioso debido a lo que estaba a punto de hacer (Confesarse a Alice) estaba inquieto, pensando la mejor manera de decir lo que quería decir. El nunca había hecho algo así y aunque lo ocultara muy bien, él le temía al rechazo. Tomo un poco de agua y entonces su corazón se acelero. Alice llego repentinamente frente a él.
-¿Esperaste mucho? – le pregunto con una sonrisa.
-Acabo de llegar también. no te preocupes.
El restaurante “Kitch” se encontraba completamente vacío esa noche. Solo una mesa con velas y champaña estaba siendo ocupada que era la suya. La respuesta estaba clara. Justin reservo todo el restaurante para ellos esa noche.
-¿Por qué esta tan vacio el lugar? - Alice miro hacia todos lados. Era extraño para ella. – siempre ha sido popular
-No estoy muy seguro
Alice sonrio.
-Es tan raro que estemos solo los dos – suspiro – pero ¿Qué es lo que querías decirme?
-Oh – murmuro él – te lo diré después del postre.
-¿Qué es? – repitió con interés – ahora tengo curiosidad. – Justin la miro fijamente a los ojos. Así no se atrevía a decirlo. Debía esperar al postre - ¿Qué es Justin? Dimelo ahora
-Bueno – aclaro su garganta – Tu… Quería hablar sobre tu viaje a New york
-Eso… ¿No quieres que me vaya? Si no voy, Serias feliz ¿No es así?
-No es eso – rectifico - Solo quiero que tengas un buen viaje. Pero antes de que te vayas yo quisiera…
Alice lo miro esperando a que continuara. Pero repentinamente, su celular empezó a sonar e interrumpió la conversación.
-Tienes una llamada – murmuro Justin. Ella contesto.
-¿Hola?... ¿Por qué? …No estoy en la tienda, estoy cenando ahora – hubo un silencio corto y Alice sonrío. Algo presintió Justin, era como una certeza. En ese momento su corazón se acelero. ¿Rabia? Quizás - ¿Dónde estas? – continuo - ¿Cuándo vas a ir por ahí? Oh entiendo.
Colgó el teléfono y tomo su bolso. Sonreía, parecía feliz.
-lo siento, Justin, me tengo que ir, Alan está en mi tienda.
-¿Qué? – se sorprendió - ¿No puedes irte después de comer el postre?
-No puedo hacerlo esperar por tanto tiempo, Cenaremos juntos en otra oportunidad. Lo siento de verdad. – se levanto de la silla y apresurada, se dispuso a salir.
Justin sintió cierto coraje dentro de su pecho. ¿Alan? Nuevamente él.
Dio un suspiro sudando frio mientras el mesero del restaurante llevo a su mesa el postre que tanto había esperado. Un helado de vainilla y chocolate, decorado con crema de fresa y crema chantillí. El postre era lo de menos, lo importante, era lo que contenia. Este tenia dentro el anillo de compromiso que el, en su más arriesgado pensamiento pensaba darle esa noche.
¿podria aceptarlo nada mas asi? ¿Que ella se fuera porque Alan la llamo? Se tomo toda la copa de champaña que tenia a su alcance y sin pensarlo mucho, se levanto de la silla y fue, casi corriendo tras Alice.
Ella esperaba el ascensor cuando él inesperadamente la agarro del brazo con brusquedad. Ella lo miro extrañada.
-Tengo que hablar contigo ¿no me entendiste?
-Ya te dije que Alan me está esperando - se soltó del brazo
-¡Dile que espere¡ - grito.
-¿estas borracho? – Justin suspiro profundamente y se desabrocho el primer botón de su camisa.
-¿El te gusta? ¿no es asi?
-¿Qué? ¿Que te pasa?
-¿Te gusta o no?
-¿Por qué debería decirte eso? – molesta también fijo su vista al ascensor.
-Me pareces tan patética – le dijo Justin enojado. Que ella actuara como tonta por él, lo ponía increíblemente mal. – A Él No le gustas, no significas nada para Él. – Alice lo miro. Mientras sus profundos ojos negros parecieron dar un grito silencioso
-Es cierto, El me gusta – esas solas palabras partieron su corazón, el de Justin - y no me importa como Hare que yo le guste también ¿Feliz? – Justin permaneció en silencio con la mirada fijamente en ella. – Gracias por tu preocupación pero no es necesaria.
El ascensor se abrió y Justin solo vio como al cerrarse la puerta de este, la silueta de Alice se perdía junto con él. Todo había resultado mal. Completamente mal.
“Dos horas después”
Su mirada estaba perdida en la ventana de cristal de la sala de la casa. Con una cerveza en la mano miraba fijamente la luna que con su brillo azul iluminaba un poco el espacio oscuro en el que se encontraba. El prefería sufrir en silencio, en la oscuridad. Habían pasado aproximadamente dos horas después de lo ocurrido con Alice en el restaurante y su animo no era el mejor.
Es cierto que él era un hombre frio que parecía no tener sentimientos. Pero la verdad es que el los tenia. Incluso podía sentir más que cualquier otro hombre. Pero este escudo de no demostrar nada, lo ayudaba siempre a permanecer en un estado neutro de personalidad. Nadie podía adivinar que pensaba o que le sucedía.
Llevo la botella de cerveza a su boca y tomo casi por un minuto el liquido embriagante que ayudaba solo un poco a calmar su decepcion. Ese día en especial no se sentía bien.
-Olle… - escucho una delicada voz tras de él. Miro hacia la puerta de entrada y noto que era Jane la que hablaba - ¿Qué estás haciendo en medio de la oscuridad? ¿Sabes qué hora es? – el volvió a girarse hacia la ventana y la ignoro. Ella hizo lo mismo, pero repentinamente volvió hablar.