Tan diferente

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Un beso puede decir muchas cosas. Te Amo, Te Quiero. Te deseo. Pero aquel beso, con toda la situación encerrada detrás de él, tenía marcada en su esencia un “Quédate conmigo” completamente.
Los labios de Justin eran suaves y delgados al contacto con los de Jane. Y aquel sabor a menta… fresco y provocador, la hacía sentir como si hubieran pasado siglos desde que se habían besado.
Todo era tal y como ella lo recordaba. Sus manos, su olor, tu tacto. Su piel. Él seguía siendo tan cálido y grande. Y de una u otra forma, se sentía segura a su lado. Como si aquello fuera lo único que necesitaba para ser feliz. Y quizás así era. 
¿Acaso solo bastaba estar con él a solas unos cuantos minutos para caer en a sus pies sin poder resistirse? ¿Para… terminar de ese modo? No lo reconocía, pero él debía tener algún tipo de poder en ella. Si no ¿Cómo más se explicaba? 
Justin pasó las manos por la espalda de Jane y la apretó contra su pecho fuertemente, haciendo con esto, que la castaña se estremeciera y que perdiera el control de sí misma. Casi sin notarlo, pasó sus manos por el cuello de Justin acercándolo también a ella. Acercando su torso, su olor. Su esencia. La esencia de ambos mezclándose y perdiéndose en aquel beso.
Justin sintió como si el corazón se le saliera del pecho y luego explotara. El hecho de tener aquella pequeña cintura entre sus manos y estar besando esos dulces labios era algo que no podía creerse tan fácilmente. No le cabía en la cabeza porque ella era Jane. Y ella, siempre parecía tan lejana. Imaginaba una forma de quedarse para siempre con ese recuerdo. Y se preguntaba si aquello era una respuesta positiva de parte de la castaña.
Se separó de ella con quedo, dejando entre sus labios menos de tres centímetros de distancia y una sonrisa de ternura lo llevó a presionar la espalda de la Jane para sentirla más cerca,
-Te amo, Jane – murmuró inaudiblemente - ¿Me vas a negar que tu no?
-Justin….
-No digas nada ¿Si? Solo… bésame de nuevo.
Los ojos de la castaña se quedaron un momento en los labios de Justin y luego, como por inercia los suyos se fueron directamente hacía los de él. El suave rose de ambos los desató un beso más apasionado que por poco lo hace perder el control de su cuerpo. Justin la apretó de nuevo contra sí y dejó que sus sentimientos afloraran. Jamás creyó que un simple beso podía sentirse tan maravilloso. Mejor dicho, Nunca pensó mucho de nada hasta que la conoció.
Fue Jane quien detuvo el beso e hizo de sus labios una fina línea.
-¿Te das cuenta de que no está bien que haga esto, Justin?
Justin dejó escapar un poco de su aliento y pegó su frente con la de Jane, tomándola por la cara con las manos.
-Termina con Alan, Jane – pidió – No lo Amas. Eso no tiene sentido ¿No lo ves? 
Un poco de aire le movió el cabello a la castaña quien se alejó unos centímetros de él. Alan… Se sintió mierda. Lo había traicionado al besar a Justin.
-Si mi relación con Alan termina - Le dijo - Tú no serás el motivo. No tienes nada que decir, ni que opinar. 
-Hey.. . –Murmuró él acercándola nuevamente - No es eso lo que quiero decir. Solo… Jane, debes saber que esta vez puedes confiar en mí. Lo prometo. No te lastimaré de nuevo. 
Ella se quedó callada con el eco de sus palabras resonando en su cabeza y las manos le empezaron a sudar repentinamente. La cosa en ese momento era ¿Tenia ella la posibilidad de poder confiar en él realmente? Lo miró a los ojos con vacilación y él ignoró la duda en los ojos de ella para besarla nuevamente. Cuando estaba a punto de juntar sus labios, por tercera vez esa mañana, su celular sonó.
Mierda - pensó Justin – Que inoportuno.
El sonido molesto de una llamante entrante siguió resonando alrededor de ellos, pero la idea de contestar esa llamada no se pasó ni un solo momento por la cabeza de él, ignoró el sonido y volvió su atención a ella. A sus labios.
-¿No vas a contestar? 
Justin negó con la cabeza
-No hay nada más importante para mí que este momento. La llamada puede esperar
-Contesta – insistió Jane – Posiblemente es Zayn. Deberíamos estar allá. Yo solo salí por gaseosa. Y tu… bueno, tú...
Justin sonrió al recordar que de su boca no había salido una sola palabra antes de dejar el set y se decidió a sacar el celular de su bolsillo para contestar. Su sorpresa fue grande y su mirada se fue directamente a Jane cuando vio en el identificador de Llamadas “Alice” 
Alice… - Pensó en la rubia, delgada con los ojos azules. La chica a la que había creído amar - No la había vuelto a ver desde aquel día en esa condenada fiesta, cuando tuvo que ponerle punto final a esa relación sin sentido que mantenía con ella y decirle que quería a Jane. Ese día que seguramente la lastimó. ¿Por qué lo llamaba ahora?
-¿Quién es? – Quiso saber la castaña cuando notó el ceño fruncido de Justin - ¿Zayn?
-No… - murmuró él - Es… - ¿Debía decir que era Alice? - Mi mamá – Mintió - A lo mejor quiere saber cómo estoy.
¿Su mama? La castaña dejó salir un aliento de melancolía al recordar a Pattie. Aquella mujer de cabello rojo la había hecho sentir tan bien mientras estuvo con Justin que… la extrañaba. Extrañaba sentir el calor de un hogar. Un hogar como el de Justin. A la abuela. Esa mujer gruñona que en fondo tenía un corazón amable y su padre. Que también le recordaba al suyo propio. 
-Entonces… Contéstale - Dijo Jane - Yo me iré.
-¡No! – Se apresuró a decir él – Tú y yo no hemos terminado de hablar, Jane. Necesito saber… que tengo esperanza.
Ella dio una corta sonrisa silenciosa que él no notó.
-Voy a pensarlo – Le dijo, antes de tomar la iniciativa y dirigirse a la entrada de regreso al edificio. La azotea había estado allí todo el tiempo, sin embargo, le pareció que ese día era más que un simple lugar. Que era más importante ahora. No una simple azotea, como la había visto siempre. Dejó a Justin allí y sintió su mirada en la espalda todo el tiempo. Esta vez no le pesaba tal como sucedía en otros tiempos. Contrario. La sentía liviana y cómoda. Esa mirada que siempre la cohibió, ese día era como una conexión. Se sentía conectada a él. Detuvo su caminar justo después de haber dado varios pasos del umbral de la puerta y sonrió. Dio media vuelta para regresar a la azotea. No... Aun no podía irse. Tenía algo más que preguntarle. 
Y él… estaba sonriendo como idiota después de que la había visto desaparecer por la puerta. Idiota era poco. No podía quitarse la sonrisa de “Estoy enamorado” de la cara.
“Voy a pensarlo” Tres palabras que parecían nada y significaban mucho. Tanto que no podía apartar de su mente lo que había sucedido. Él y ella… su cuerpo entre sus manos ¿Eso se sentía estar tan feliz? ¿No poder dejar de sonreír como estúpido?
Salió de sus pensamientos cuando el celular volvió a sonar y lo regresó a la azotea. El sonido de la llamada entrante se hacía incómodo, pero la persona que lo llamaba lo era más. De pronto dejó de sonreír y su expresión se tornó sería. Alice. Lo estaba llamando ella. Y Le había mentido a Jane. ¿Es que era idiota? Suspiró mirando la pantalla el celular y apretó el puño ¿Por qué no le dijo que era la rubia? Ahora, de cierto modo, se sentía un poco culpable. Pero… sabía que tenía sus motivos. No quería arruinar el momento con Jane. Todo estaba yendo tan perfecto como para echarlo a perder. Además él sabía que a Jane no le agradaba mucho Alice. Y también podía entender el porqué. Era lo mismo que él sentía hacía Alan. Él había sido su amigo. Pero ahora… en definitiva, eso no podría volver a ser. 
-Hola, Alice – contestó al tercer timbrazo. La rubia se quedó un momento corto callada y luego habló, su voz era suave y delgada, como siempre.
-Justin - Aludió - ¿Cómo has estado? – Él aclaró su garganta.
-Bien y ¿tu?
-Bien.
Silencio incomodo
-Es raro que me llames – Justin pudo imaginar la cara de Alice al escucharlo. Seguro se habría sentido tan perturbada como él - ¿Pasó algo?
-Nada, Justin… - murmuró ella – es solo que… hemos sido amigo desde niños y no quiero perder eso. Después de todo, sabes que siempre has sido alguien especial para mí. 
Justin se dio vuelta y miró el horizonte de techos bañados por rayos solares.
-Entiendo – dijo él – Yo no debí dejar de hablarte así. Después de todo somos amigos. 
Alice sonrió.
-Estoy en Los Ángeles ¿Sabes? Viaje aquí al día siguiente de aquella fiesta.
Mierda. Justin de nuevo se sintió incómodo. 
-También sé que estás aquí – prosiguió ella - Quiero que nos veamos.
-¿Vernos?
-Sí - Prosiguió ella - Me gustaría hablar contigo, Justin.
-Alice…
-¿Alice?
Justin, quien había estado concentrado mirando al frente, se dio la vuelta con horror al escuchar esa voz detrás de él y colgó la llamada
-¿Estabas hablando con Alice?
La castaña lució sorprendida y sintió unas ganas enormes de darle un golpe en la cara.
-Jane
-¡Respóndeme! – pidió.
Justin bajó el rostro. Ahora sí que las había embarrado.
-Sí, era ella.
Jane sonrió falsamente
-Me mentiste diciendo que era tu mamá – Lo miró con esos ojos que él odiaba. Esos ojos llenos de frialdad - y ¿Así quieres que confíe en ti?
Se quedó callado
-Vine a preguntarte algo – prosiguió ella - pero ¿Sabes qué? No vale la pena. – Dio media vuelta, con la sangre en la cabeza y caminó a paso firme de regreso al edificio. Justin se llevó las manos a cabeza y antes de que ella cruzara la puerta del umbral la agarró del brazo. 
-Te mentí porque no querías que te enojaras, Jane. – se defendió.
-Oh, pero que bien te salió ¿No?
-Vamos, Jane, Deberías saber que yo no siento nada por Alice.
Oh claro. Y por eso le había mentido.
-Primero – Dijo - Yo no estoy molesta. Segundo, Ya te lo dije una vez, con tu vida puedes hacer lo que quieras, que ese no es mi asunto. 
Se soltó de su mano con brusquedad y se fue dejándolo solo, dando pasos firmes cagados de rabia. Justin la vio desaparecer por la puerta.
¡Que mierda! – gritó molesto y estrelló el teléfono celular que tenía en la mano rompiéndolo contra el piso. - ¡Es que acaso no tenía derecho a sentirse bien aunque fuera una vez! 

Amor Por Accidente-Justin Bieber {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora