Un horario

201 3 0
                                    

Justin se levantó temprano esa mañana sin que nada nuevo hubiera acontecido. Jane le había colgado el teléfono por la noche y no lo había vuelto a contestar cuando llamo ¿No era Genial? Ni siquiera sabía porque se había molestado tanto ¿Acaso fue por que hablo de comida? No sabía pero Por lo menos había Sobrevivido a su noche sin ella en casa.
Sonrió para sí mismo. 
Eso sí que Sonaba tan extraño “Sin ella en casa” 
Pero era una rutina para sí mismo sentir su presencia. Así que no se equivocaba al referirse así. Desde que él había llegado mudado, Jane siempre había estado allí, ya fuese para pelear o para hablar, pero siempre había estado allí, ahora le había hecho falta su compañía y dios, esto era difícil de aceptar. 
Aunque, dejó ese pensamiento de lado cuando su estomago gruño, mierda, tenía hambre y Bastante y ella no había regresado aun. Perfecto. Eran las 8:30 am, Su estomago gruñía, no había nada en la nevera y no quería cocinar. ¿Desde cuándo se había vuelto tan dependiente de ella? Definitivamente no debía estar tan acostumbrado a su presencia.
Miro en interior del aparato electrónico y tomó tres portas, medianos, de color rosa, que vio sobrepuestos en el primer estante de la nevera, en uno había arroz, en otro, frijoles y en otro queso rallado. Increíble que aun hubiera un poco de esa comida para gato que ella había estado comiendo la otra noche ¡hay! Aquí venia la frase de nunca digas nunca, no lo pensó puesto que Tenía más hambre que otra cosa así que calentó.
Y no sabía mal, de hecho, estaba Delicioso. Si, Así podía catalogarlo, ¡Ja! quién diría que “eso” Podría tener este sabor tan bueno. Hasta la comida rara se parecía a Jane. Punto negativo por compararla con algo. Fuera de su mente. 
Y funcionó eso de no pensarla, pero de nada valía cuando ella estaba allí en la casa, ella llegó justo cuando iba por su quinta cucharada.
Casi se ahoga de la sorpresa. Oh, Perfecto, Debía ser una broma ¿enserio? tenía que regresar Justo cuando estaba comiendo esa comida que dijo que jamás comería ¡Vaya su suerte!
La castaña soltó una carcajada entonces, mientras el casi se muere atragantado. Debió de haberse ahogado aunque… no, mejor no. Su vida no sería la misma sin él


Uno, dos, tres.

Jane se acercó hacía él y le dio suaves golpecitos en la espalda para que lograra recuperar el aliento que había perdido a causa de la comida atorada en su garganta. Bufó. No podía creer que desde atrás se siguiera viendo tan… Atractivo. Eso tenía que ser un delito ¿No? Algo malo debía de haber en su físico. En él, Seguro que sí, pero para su mala suerte en ese momento no podía ver ese “Algo” defectuoso que poseía… y no podía olvidar tampoco que estaba molesta. Lo recordó de golpe. Estaba molesta Con él y con el helado. Aunque este último no tuviera la culpa de nada.

-Así que… - murmuró Justin, mientras sentía en la espalda sus manos - ¿Por qué decidiste quedarte en mi casa? – Jane le asestó un golpe fuerte en la espalda al escucharlo y él se quejó mirándola de mal modo. Seguro lo hizo a propósito, era tan… mala. ¡Y el tenia brazos tan largos!

-¿Para qué quieres saberlo? – Aludió ella a su vez, ocultando ¿ironía? Sí, eso mismo era - Dijimos que no nos meteríamos en los asuntos del otro. Entonces, no lo hagamos.

Él frunció el ceño de inmediato, Alarmado. Vale, si, el lo había dicho, había dejado claro como quería que fueran las cosas y había dicho que no quería preguntas por parte de ella, pero… ahora ya no estaba tan seguro de eso…. No quería que fuera así.

-Lo estuve pensando ¿sabes? – Murmuró mirándola, Jane paró oído ¿acaso él pensaba? – Creo que debemos decirnos lo que hacemos - ¿eh? Wao ¿no había escuchado mal? - creo que eso no sería una intromisión a nuestra privacidad y además nos da seguridad.

-No quiero - renegó ella al instante. A Justin le cayó un balde de agua fría

Debía ser una broma ¿Por qué carajos de negaba ahora? 
Porque entre mas alejados, mejor para mi – pensó ella

Amor Por Accidente-Justin Bieber {Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora