“Te dije que solo te veo como una hermana, Alice, yo no soy el indicado para ti ¿no lo entiendes?” – Alice llevo otra copa de Martini a su boca. Tenía el corazón completamente roto y no podía sacarse de la cabeza las palabras que Alan le había dicho cuando se encontraron en un restaurante de la Avenida “Coolpad” y ella le dijo que se iría nueva York a tomar un curso de idiomas. Ella sabía que la única motivación que tenía para irse a nueva york era que él también iría allí muy pronto porque el ya se lo había dicho, pero Alan también lo sabía y quizás por esto fue tan duro y cruel con ella esa tarde, él no acostumbraba ser así en cuestión de sentimientos, pero Alice debía entender de una vez que para él, ella nunca dejaría de ser esa niña a la que tendría que cuidar, pero nada más.
“Ya No me iré a Nueva york así que no tienes que irte” “¿de verdad quieres llegar tan lejos con esto?” “Alice, solo te estás haciendo daño” ¿no lo sabes? “Tú no me Amas, solo quieres tenerme, no soy más que un capricho y no, yo tampoco te Amo”
Pidió otro trago mientras intentaba asimilar cada una de las duras palabras del pelinegro que rondaban en su cabeza una y otra y otra vez. Si amar era tan doloroso ¿Por qué tuvo que enamorarse? ¿Tenía que sufrir de este modo por él? - Alice se tomo otra copa de Martini y apretó sus ojos con fuerza - No lograba concebir la idea de no poder tenerlo, de que él no la amara y de que pudiera amar a otra… aunque ¿podría haber otra? ¿Y si ese era el verdadero motivo por el cual la rechazaba? Pero Alan nunca tuvo una chica que le gustara enserio. No que ella hubiese sabido nunca, entonces ese no podría ser un motivo real. Él Era del tipo que podía salir con una chica hoy y otra mañana, pero nada más, Hasta ahora no había llegado nadie que lo hiciera cambiar de parecer ¿Tenía esto que tranquilizarla?
No, no la tranquilizaba. Le dolía que su amor no fuera correspondido, le dolía aun mas Que Alan fuera tan sincero y le dejara todo claro sin por lo menos darle una oportunidad. Aunque fuera de mentiras ¿No podía decirle que la amaba? Estaba desmoronándose por dentro. Se sentía fatal, tan fatal que necesitaba de alguien, Ahora lo necesitaba a él. A él, que siempre estuvo allí para ella. Tenía que verlo o estallaría, así que tomo él celular y marco su número…
“Justin”
Y lo Llamó a él, quien en ese momento estaba con Jane en el auto camino a cualquier restaurante de la ciudad. La castaña parecía sentirse bien y Justin estaba del mismo modo ¿Qué cosa más extraña, no? Era la primera vez que estaban los dos Juntos sin pelearse por bobadas, Aunque…
Tal vez así era su relación… Ambos eran tan inexpertos en lo que al amor se refería que quizás no sabían cuál era la mejor forma de demostrar que tan importante era el uno para el otro. Porque si, aunque no lo reconocieran Justin era importante para Jane así como Jane era importante para Justin… Y a este último ya le había quedado claro este punto, por ella sentía algo aunque no sabía que era. Este era un sentimiento que desconocía porque nunca había sentido.
¿Amor? No podría serlo. Él ya tenía una idea de lo que era él amor al haber estado sintiéndolo todo este tiempo Alice y la sensación que Jane le inspiraba, era muy distinta a eso.
Le gustaba cuidarla sin que ella se diera cuenta y molestarla solo para ver esa expresión de “te odio y podría matarte” en su rostro ya que le gustaba verla enfadada. Eso no podría llamarse amor. Sería una locura si lo fuera
Y Jane se encontraba peor y más inexperta que Justin. Nunca antes había estado enamorada ¿así que se podía esperar? Ella No tenia modo de saber o reconocer en qué momento se dejaba de odiar a alguien y se empezaba a amarlo. Hasta cursi sonaba, pero ahora lo cursi no tenía importancia.
Justin contesto no muy convencido y todo ese buen ánimo se esfumo al instante de presionar el botoncito verde del celular. Alice… era Alice y su tono de voz estaba diferente. Se preocupo. No se escuchaba bien.
-¿Estas ocupado? – le preguntó sin dejarlo hablar. Justin miro a Jane y tomo aire para responder
-No lo estoy - ¿podía ser más mentiroso? - ¿Qué sucede? – a la castaña no le gustó nada la expresión que se apoderó del rostro de Justin al contestar. De repente, se sintió intranquila ¿Quién lo llamaba?
-Necesito verte – respondió Alice con desespero - Te necesito ahora ¿puedes venir?
-¿Dónde estás?
-En el bar de la última vez.
-Entonces nos vemos allí, espérame…
