Justin estaba metido en su carro frente a mundo mágico. ¿Por qué estaba allí? Ni siquiera lo sabía. Había pasado todo el día haciendo nada porque era mentira que tuviera un día ocupado y era las 3 de la tarde y allí se encontraba, No iba porque Jane fuera a ir. No, iba porque de repente, le entraron muchísimas ganas de divertirse un rato. Además mundo mágico era libre ¿No? No era solo de Jane así que él podía ir el día que quisiera. Casualidad que se le haya antojado ir ese día. Ja ja aja Ya quería ver la cara que pondría cuando viera a su querido esposito alli, repentinamente.
Se miro en el espejo del auto un minuto más y decidió salir. Llevaba puestas unas gafas de sol y una gorra para ocultar su rostro de las personas e intentar que lo reconociesen aunque en el fondo el sabia que eso iba a estar difícil, solo deseaba no ser descubierto antes de encontrarla a ella. Bueno si la encontraba, porque él NO Iba por ella. Tenía que quedar claro ¿Lo estaba?
Cruzó las imponentes rejas de la entrada del parque de diversiones y sonrió. Ya estaba allí. Pero… ¿Por qué se sentía tan raro? Empezó a buscarla con la mirada entre las personas sin lograr encontrarla… ¿Era tan difícil encontrar a alguien? Además el lugar no tenía tantas gente como normalmente la tenia. Debería ser mas fácil…Anduvo por los alrededores pero tampoco obtuvo buenos resultados y estaba empezando a desesperarse “Quizás era muy temprano y por eso aun no llegaba” miro el reloj 3:45 ¡Claro que no era temprano! ¿Dónde estaba? Esperó unos cuantos segundos mas impaciente y se subió a uno de los juegos… “La Montaña rusa” si, quizás si la buscaba desde lo alto la encontraría… pero…. No sucedió, fue inútil también, no la vio por ningún lado
Bajó de la atracción frustrado y se cruzo de brazos ¿Dónde estás Jane? – pensó- y en ese momento un señor se le acerco.
-¡Eres Justin bieber! – Él puso los ojos en blanco ¡Mierda! Miro al hombre que le entrego unos folleto en las manos y le sonrió - ¡Claro que eres tú!
-Eh, No… - Dijo intranquilo - no lo soy, pero si me parezco mucho a él. Sonrió por la cara expectante del viejo y caminó a pasos largos apresurado, intentaba evitar a toda costa a aquel sujeto que lo había identificado, a pesar de eso, extrañamente por su cabeza solo pasaban “Las mil y una formas de encontrar a Jane en un lugar como ese.” Aunque claro, si la encontraba sería casualidad, y no es que así lo deseara.
- ¡Es Justin Bieber! – gritó el hombre estando ya a 30 metros de Distancia de él y rio. -¡Tienes que serlo! - El sujeto atrajo la mirada de todos los presentes en el sitio, y para mala suerte de aquel narcisista actor, la atención de muchas jóvenes, que por sus gritos ahogados y sus acosadores burullos como “Hazme Hijos” o “Te Tiro a la Cama” adivinó que de hecho lo habían reconocido. Para cuando volvió a tomar un fuerte respiro, La Joven estrella se encontraba huyendo de toda una multitud de fans enardecidas y decididas a alcanzar al menos un mechon de ese cabello que valía quizás mas que el mismo oro.
¿Qué tenias que venir hacer Bieber? – bufó dentro de su cráneo. - ¡No tenias ninguna obligación! – se recriminó mientras corría por todo el parque seguido de un buen e incontable numero de chicas y fans a la espera de un autógrafo. – Es Esposa. – pensó después. – tenía que venir… ¡Esposa Falsa Justin! ¡Falsa! – de repente, el neutral Justin se encontraba en una discusión entre dos voces de su conciencia, una acusaba, y la otra se encontraba a total defensiva mientras que intentaba el averiguar que era lo que lo había llevado ahí realmente. Y la realidad, era que Jane había sido su motor para ir al parque de diversiones, a el ni siquiera le gustaban esas cosas. – Pero, si la prensa veía a Jane sola, y descubren que es su cumpleaños, pensarían que hay problemas en el matrimonio otra vez y nos veríamos en serios problemas. – Justin suspiró. Si, esa debía de ser la razón por la cual ahora se encontraba al filo de toda una marcha…
… Continuo caminando, hasta que al fondo observó una aparente tangente del camino erróneo que había tomado. Pero no podía simplemente correr hacia allí, por lo que decidió “marear” a las fans un poco. Corrió a través de varias atracciones, y regresó hacia donde había visto la salida fácil: Un baño portátil. Entró a aquel compartimiento metro por metro azul, y cerró unos segundos la puerta con candado. Escuchó el gran barullo de gente fuera preguntándose cosas como “¿Dónde está?” o “¿Donde se ocultó?” , mientras que el mismo Justin se preguntaba, ¿Dónde diablos se ah metido mi esposa?
Los minutos pasaron, Y Justin intentaba esperar lo más que se pudiera para que nadie lo descubriera al salir, Lo menos que quería era seguir corriendo y ya sabía que la salida estaba bastante lejos de allí. 10 minutos marcaron el tiempo límite, antes de que intentara salir del baño. Jaló del cerrojo, pero… no pudo. Chasqueó la lengua, y jaló del cerrojo otra vez… Sin éxito. Y otra, y otra, y otra. Forcejeó varias veces, y con cada forcejeada que daba y terminaba en intento fallido, se empezaba a alarmar cada vez más. Y como a la veinteava forcejeada, se dio cuenta de que estaba en un lío: se había quedado encerrado en un baño portátil. ¡Demonios! ¿podía tener más suerte?
No puedo gritar. – pensó. – si le pido ayuda a alguien, me reconocerán, y sería todo peor. – suspiró irritado, mientras intentaba conseguir alguna salida fácil de aquel embrollo. ¿Cómo saldría de ahi? No lo sabía, y no le gustaba nada la idea de intentar averiguarlo además de que El olor le comenzaba a molestar terriblemente; era un baño portátil ¿Que podía esperar? Era un terrible tufo que a los pocos minutos ya empezó a intensificarse. Quizás era el hecho de que él era un “’principito” y no aguantaba ni la mancha de su propio zapato, lo que provocaba que el pensara o sintiera que el olor se volvía mas intenso conforme los segundos pasaban…
Mas sin embargo, la situación no termino allí… todo empeoro y mucho mas, Escucho el barrullo de la gente nuevamente y lo sintió casi al frente por lo que supo que estaba completamente perdido y todo ¿Por qué?
“Debe estar allí” – Dijo una chica desesperada y golpeo la puerta. Justin sintió en golpe y se echo hacia atrás - ¿estás allí, Justin? Vamos sal y tomate fotos conmigo – y volvió a golpear.
Si, Definitivamente… estaba perdido. Pronto ese solo grito se hizo triple, cuádruple hasta que se encontró con una multitud fuera del minúsculo baño…¿Qué PODÍA HACER!?
-¿Aly? – Marco su número por teléfono. No le quedo otra opción y esto la pondría furiosa. Odiaba los escándalos Y este sin duda seria uno grande “Justin bieber causa alboroto en mundo mágico” ya se imaginaba los titulares –Necesito que me ayudes, Por favor. Manda a Thomas, necesito salir de aquí….
Se quedo sobre el inodoro sentado y agacho la cabeza. Espera dejar de escuchar esos gritos pronto.
……………………………..
Estaba sentada frente a Alan en un lujoso restaurante del centro de la ciudad. Era… muy, muy, muy elegante. Demasiado. Los meseros se acercaban con ese respeto tan… irritante y hablaban de esa forma tan educada que empezó a sentirse extraña… no pensó jamás que así pasaría su vigésimo cuarto cumpleaños, en un restaurante tan fino, prácticamente vacío, con un buen ambiente, un hombre tan extrañamente agradable … era simplemente extraño para ella. Todo. ¿Por qué de repente las ganas de salir a comer?
Él la Observaba expectante con una mirada divertida en el rostro mientras Jane recorría todo el sitio minuciosamente con la mirada. Se veía tan… tan inocente, tan… ¿Qué estaría pensando? Cruzo esa pregunta por su mente al ver esos hermosos ojos cafés…. Jane le sonrió con quedo ¿Ella tendría que pagar esta cena? La sola idea le espantaba, era obvio que si ella la que recibía el trabajo y era una “celebración por el contrato” ella debía costear la cena. Se preocupo de pronto… El restaurante se veía muy caro y fino y ella bueno… apenas había sido contratada. No tenia mucho dinero, abrió la carta del menú y Wao, no se equivocaba al decir caro. ¡Dios! ¿Cuánto decía allí? ¿150 mil solo un plato y el más normal? !Era demasiado! Miro a Alan algo avergonzada y sonrió con las mejillas ruborizadas, Ella no podría pagar esa cena.
-¿Qué te gustaría? – Le pregunto él con serenidad, Jane solo le dedico una sonrisa silenciosa y se acerco un poco a él para hablarle bajo.
-¿Y si comemos hamburguesas? – dijo. El pelinegro sonrió mirándola – Conozco un lugar buenísimo en donde las hacen - suspiro – está bastante cerca de aquí.
-¿Y si mejor comemos aquí? – Jane abrió los ojos ¿ cómo le hacía entender? – Y No te preocupes, que hoy invito yo – ¿Le leía el pensamiento? - Tu invitas la próxima – Oh… - ella soltó un poco de aire, extrañada – Así que habrá una próxima…. Sonrió nuevamente y se reclino en su silla al igual que Alan. El mesero se acerco a la mesa y los miro esperando algo. no le hizo falta hablar para que ellos entendieran lo que esperaba. El pedido.
-Quiero un foie gras – La castaña se sorprendió… Mmm ahora qué tipo de comida era esa. Por ese acento parecía… ¿italiano, francés? ¡En verdad era bueno con los idiomas! Alan solo la miro fijamente mientras hablaba – sopa con crema como aperitivo y como plato principal, Quizás Langosta – el mesero se quedo junto a ellos el silencio y antes de que pudiera decir algo, ella hablo:
-Quiero lo mismo - la orden fue tomada y luego el mesero se retiro…
-¿Asi que Foie gras? – Pregunto burlesca con ese brillo en sus ojos - ¿Qué es eso? - Alan sonrió.
-Una comida francesa ¿De verdad quieres saber qué es? - ella frunció el ceño ¿Por qué no querría saberlo? – creo que mejor te lo diré luego.
-¿Tan malo es?
-No conozco tus gustos, todavía…. Preferiría esperar, No quiero arruinar la cena.
-Me gusta mucho la comida, asi que no tiene mucha importancia, créeme que me gustara así me digas que es hígado. – Alan le dedico otra sonrisa. Ahora mucho más notoria.
-¿no te gusta el hígado?
-No mucho. Es algo… No lo sé.
-Oh, ya veo.
El chico regreso con la comida en un carrito mediano con ruedas silenciosas ¡Vaya que eran rápidos! – pensó mientras lo miraba - Puso los platos en la mesa y luego se retiro con un “Disfruten la comida” en los labios. Jane rio.
-Sí que son rápidos. En casa me vendrían bien unos así…
-¿En casa? Oh ya veo ¿Cómo va tu matrimonio? – Pregunta inesperada. Jane se coloco tensa ¿Matrimonio? Esa palabra era terrible…- ¿es divertido?
-¿Divertido? – rio falsamente - Esa palabra es poco convencional para referirse al matrimonio. – Alan tomo los cubiertos y empezó a comer - No deberías casarte nunca si quieres ser feliz.
-¿No eres feliz’? –Mierda ¡Tienes que aprender a mantener la boca cerrada, Jane!
-Claro, lo soy.- suspiro nerviosa - Pero considero al matrimonio un entrenamiento mental… debes prepararte si quieres sobrevivir - ¡Otra vez! le costaba trabajo callarse lo que sentía.
-¿Qué? ¿Entrenamiento mental? – Alan soltó una carcajada y Jane lo miro extrañada.
-No debería ser gracioso – Le dijo - ¿porque te ríes?
-¿no es gracioso? ¿Enserio? Para mí lo fue, pocas personas llaman al matrimonio “Entrenamiento mental” – Alan rio de nuevo ahora con sus ojos negros bien puestos sobre ella - tal parece que no tienes idea de lo divertida que eres ¿verdad?
No, No tenía idea… Jane miro hacia la derecha del lugar y vio un enorme pastel de cumpleaños… era cierto… ra su cumpleaños, Jamás pensó pasar ese cumpleaños con él…
……………………
Fue una verdadera locura… y una muy grande ¿Por qué carajos fue a ese estúpido lugar? Sabía perfectamente porque ¿Por qué se mentía? Entro a la casa vuelto una fiera y vio los focos apagados y todo completamente oscuro ¡Perfecto! Tampoco estaba en la casa ¿Dónde carajos estaba? Porque ya tenía claro que a mundo mágico no había ido ni mucho menos, Quien la veía no ¡era una mentirosa! ¿Por qué por lo menos no le aviso? Inspiro profundo, Estaba molesto, no, muy molesto, con ella y con el mismo ¡todo lo que le hizo pasar! Y ni siquiera estaba en casa…
Se tiro al mueble a oscuras ya que no prendió los focos y suspiro otra vez, Dios Ni siquiera sabía Por qué estaba tan molesto O quizás ¿preocupado? ¿Dónde podía estar? Miro su reloj ¡las 9 de la noche! Ya tenía que haber vuelto y además, le tenía que explicar o ¿no?… se levanto del sillón desesperado y miro su reloj otra vez. No había pasado ni un minuto desde que lo hizo ¡Rayos! Se pasaba… y además tenía hambre…. No había comido nada. Jane….era Tan, ni siquiera sabía que decir, ya había agotado todas las palabras…. Y era tan irritante
Escucho de repente el ruido de un coche acercándose a la casa cuando había decidido irse a su habitación y se detuvo al instante ¡Mierda! Seguramente era ella. No podía dudarlo pero… ¿Un auto? Se acerco casi corriendo a la puerta de la entrada y se asomo por ella, de tal modo que podía perfectamente verla. Y si, era ella en un auto y con un chico… un momento ¿!No era ese Alan!? ¡claro que lo era! ¿Qué demonios estaba haciendo Ella con su amigo? Dio un respiro Hondo e intento calmarse, Por alguna razón… en ese momento se sentía más molesto de lo que se encontraba. ¿Qué clase de mujer salía el día de su cumpleaños con otro hombre que no fuera su esposo? Detente Justin – esa vocecita interna lo paró de inmediato - Recuerda que ella no es tu esposa de verdad
-Gracias por traerme – Le dijo Jane a Alan con una sonrisa. – La cena estuvo de maravilla.- el le sonrió también mientras echaba una mirada por la ventana del auto.
-No ha sido nada pero Waoo – suspiro - Es una linda casa.
-¿Quieres entrar?
-No creo que sea buena idea – Jane frunció el ceño – Cuando Justin este en casa lo hare, créeme
-Está bien, Adios. – Bajo del auto y se despidió de Alan con una sonrisa sincera - No había estado tan mal – pensó y luego recordó la gran noticia de su nuevo trabajo y sonrió aun mas - De hecho había estado perfecto.
-Por cierto, Jane… - Le dijo – Era hígado - ¿Qué? frunció el ceño y lo miro extrañada – El froile gras es hígado y parece que lo disfrutaste mucho. Nos veremos pronto… Adiós -¡Era hígado! Dios ¿Había comido hígado?
Alan partió rápido de allí y la miro por el retrovisor del auto… porque… porque se sentía tan extraño. ¿Qué era eso? No podía evitar sentirse tan bien cada vez que estaba cerca de esa chica… Jane. ¿Qué estaba pasándole con ella?
Justin entro rápidamente a la casa, mucho antes de que Jane se diera cuenta de que había estado espiándola. No podía ella imaginarse lo molesto que él estaba, pero… ¿Era bueno sentir aquella sensación? El ya no estaba muy seguro de eso…
…Jane suspiro aliviada y entro a la casa con quedo, eran casi las 10 y se sentía extraña… su día, había estado extraño. Justin no la había llamado ni una sola vez. Claro ¿Por qué iba hacerlo? En la mañana se lo dejo claro. No le importaba, como sea… eso no iba a dañarle su momento... Aunque… por lo menos debió llamar ¿No?
Abrió la puerta de la entrada y paso a la sala en completo silencio cuando escucho un ruido que la espanto de golpe. Dio media vuelta y vio la silueta de Justin sobre el sofá. Parecía ¿Dormido?
-Ya llegaste… - Le murmuro, sereno… pero claro que no estaba sereno, estaba que tiraba fuego por la boca. Pero no se iba a permitir demostrarle eso a ella. No podía.
-¿Cuando llegaste, tu? – Le pregunto ella Con el ceño fruncido ¿Quién se quedaba con las luces apagadas a mitas de la noche? Ah, verdad, el lo hacía. Tan tranquilo.
-Hace un momento. – respondió
-¿Por qué no enciendes las luces entonces? – se dio media vuelta y se dirigió hacia la pared. Hacia el suitch de los focos. - ¿Acaso le temes a la luz?
Jane camino con seriedad directamente hacia la cocina y se sirvió un vaso de agua ¡Era increíble! Justin no se lo podía creer ¿Cómo podía estar tan tranquila cuando un hombre la trajo a casa? Ya no se lo aguantaba más. No tenía porque aguantárselo. Se levanto del sillón decidido y se dirigió a la cocina, se detuvo justo frente a ella.
-¡Jane! – Le grito y ella volteo a verlo confundida -¿! Que es lo que te pasa!?¿! Como puede una mujer con esposo llegar tan tarde, eh!?¿! Donde estabas!? ¡Dímelo ya! – e inmediatamente A Jane se le pusieron los ojos en blanco…. Oh, por Dios ¿Qué le estaba pasando a Justin? ¿Por qué de repente parecía tan…. Molesto?
-¿Qué te pasa? - murmuro ella con un tono suave mientras tomaba el agua - ¿por qué quieres pelear? ¿no te dije que volvería tarde?