Coloco el bolso en la mesa y subió sin decir una sola palabra, Ni de insulto, ni de amabilidad, a su habitación… y Ya estaba empezando a preocuparse ¿No podía ser Jane? Nunca la había visto de ese modo, tan diferente… Justin la perdió de vista al subir las escaleras y suspiro para si mismo, sería una noche larga y difícil, después de todo lo que había sucedido en el transcurso del día seguramente se le iba a ser difícil conciliar el sueño y la tranquilidad… Jane, Alice, Jane, Alice…esos nombres… él quería a Alice pero Jane… Le puso un alto a sus pensamientos repentinamente y llevo las manos a su cabeza, El quería a Alice y fin del asunto ¿Por qué lo estaba pensando tanto? Era estúpido hacerlo, Cerró sus ojos con calma para luego quedarse dormido…
…………
Se levanto de la cama con toda la idea del pesado día que tuvo ayer en lo más claro de su mente y refunfuño molesta consigo misma. Aun no podía creérselo. Su historia una porquería… y… Bueno, ese suceso con Justin que debía ser borrado de su mente y prefería no llamarlo por su nombre para olvidarlo más rápido pero parecía imposible hacerlo que… ¿Cómo fue que llego a eso? Dios ¿a besarlo? Si, sabía que no era lo peor del mundo pero… a ella la estaba enloqueciendo y le parecía de lo mas estúpido sentirse así… tantas cosas juntas no sabía cuánto tiempo más podía soportarlo.
Entro al baño con cautela por lo temprano que era y se lo encontró de frente, sostenido de pie a un lado de uno de los lavamanos que había en el baño que era bastante grande - ¡Qué suerte, Jane! Te ganaste el premio por toparte con lo que menos quieres y era cierto. Todavía no quería verlo - Se estaba cepillando. La vio entrar y no hizo ningún gesto. No había porque, no ese día. Ella se acerco un poco más y tomo su cepillo rosa del sitio en donde lo había dejado ¡Lo había olvidado al marcharse! Suerte, porque el que compro en casa de sus amigos lo había dejado junto con sus cosas en su casa. Lo tomo y Justin solo se dedico a observarla mientras lo hacía ¡Mierda, el cepillo! – Pensó de inmediato - recordó que lo había tirado a la papelera ese día cuando estaba molesto con ella, y si, la papelera estaba vacía y él lo había enjuagado pero… de todos modos.-Sabes… - murmuro mientras metía el cepillo en su boca – Se me cayó tu cepillo al inodoro. – Jane puso los ojos en blanco y lo miro de mala manera ¡Perfecto! Justin había escogido el peor día para hacer bromas… - pero No te preocupes, yo lo enjuague - ella volvió la mirada a su cepillo y lo olio con desconfianza acercándolo a su nariz, Parecía estar limpio y con su olor normal, además ¿Cómo a Justin se le caería el cepillo al inodoro? Para comenzar, no habría ninguna razón para que lo tuviera en sus manos. – ¡Estaba bromeando! – exclamo él con una sonrisa y llevo nuevamente el cepillo a su boca ¿podía ser más estúpido? No lo creía ¿Por qué decir semejante cosa? Jane le echo crema dental a las cerdas del cepillo rosa y se lo metió a la boca, A veces el sí que podía ser idiota. – En realidad – le dijo - se me cayó a la papelera, pero estaba vacía... – Jane lo miro al instante con otra mirada asesina y frunció el ceño. Por favor Justin, no hoy – pensó – el rubio rio falsamente y la observo un momento más al tiempo en que debatía con su mente ¿Por cuánto tiempo iba a seguir con esa tónica? Ya se le hacía muy… raro, Salió del baño y se dirigió a al comedor. Eran las 8 de la mañana y Quería comer.
Jane puso en la mesa, un plato con ensalada de frutas, un vaso con jugo de naranja y arroz acompañado de una salsa especial hecha a base de carne y condimentos que su madre le había enseñado cuando estaba más joven. No podía creerse aun que la hubiese cocinado para él ¿Quién era Justin?
Justin frunció el ceño al ver la comida sobre la masa y la miro de inmediato, Perfecto, el rey narcisista puso mala cara por el desayuno, si era que a comer arroz con su salsa, se le podía llamar desayuno.-¿Y el pastel? – Pregunto con el ceño aun fruncido - ¿Dónde está, eh?
-Por favor, Justin – le dijo - no estoy de Ánimo, comete hoy lo que te sirvo.