11.

743 127 28
                                    

ENFRENTARLO

재범


Llevaba dos días evitando a Mark, sabía de alguna forma que me llenaría de preguntas empezando con: "¿Por qué fingieron que no se conocían esa noche?" o me preguntaría por qué lo estaba evadiendo con tono de alguien que estaba sumamente indignado.

Yo conocía esa voz, y era molesto cuando intentaba saber algo que ni siquiera yo entendía o podía explicar.
Lo de esa anoche había sido simple y llana casualidad, además de una muy incómoda. O por lo menos Jinyoung lo reflejaba así y miraba con disgusto su entorno como si lo único que quisiera era estar en otro lado. Asi que la sorpresa nos llevó a ambos a pretender que no nos conocíamos, fue como un acto reflejo y sin explicación, así que cómo le haría entender eso a Mark sin que pensara que lo habíamos planeado.

«LIM JAEBEOM» a lo lejos escuché gritar mi nombre al viejo escandaloso de mi jefe mientras salía de su oficina.

Sí, luego de casi dos semanas decidí regresar a trabajar a pesar de haber recibido vacaciones forzadas para recuperar "mi salud mental". Los últimos meses también había recibido constantes vacaciones y comenzaba a molestarme el hecho de sentirme un inútil. Pero era el "consentido" de la editorial periodística en la que trabajaba ya varios años entonces para mi jefe regalarme días no era nada, lo hacía con gusto. Y eso no era precisamente algo que me gustara presumir con los demás.

—¡TE DIJE QUE TE QUEDARAS EN CASA HASTA QUE TE SINTIERAS MEJOR!— Daba gritos a la vez que se acercaba a mí a pasos rápidos. Él era bastante pequeño y anciano a pesar de lo potente de su voz.

—Señor no tiene que gritar tan alto.— Me quejé.

—Si Señor Yang, Jaebeom se ofreció él solo a regresar, además necesitamos una mano desde hace semanas.— Habló uno de mis compañeros mientras bostezaba y pasaba por a lado del viejo arrastrando los pies.

Yugyeom era de los que llegaba siempre tarde a trabajar y cuando se presentaba, tenía la camisa mal abotonada, el cabello despeinado y arrastraba sus pies con pantuflas que olvidaba dejar en casa.

—Ni siquiera puedo desayunar bien desde que él no está. Mire viejo Yang, la cafetera se vacía rápidamente porque todos están cansados.— Se quejó con una voz triste.

El viejo caminó hacia él y con una revista que levantó de un escritorio, lo golpeó en la cabeza logrando que los demás se rieran.

—¡Tu recién llegas maldito sinvergüenza y ni siquiera te vistes apropiadamente! ¡Te di solamente un trabajo y llevas dos semanas intentando terminar esa columna!— Lo regañaba cuando Yugyeom sobreactuaba de dolor.— ¡¿Dime qué es lo que tanto haces de noche que no duermes bien?!

—¡Tengo que estudiar también señor!— Respondió él fingiendo que quería llorar. Pero cuando el señor Yang se apiadó, Yugyeom comenzó a reírse de que se creyera la mentira.

—¡Embustero te voy a enseñar!— Dijo volviendo a levantar la revista y este se cubría la cabeza de nuevo.

—Señor Yang, yo puedo terminar esa columna por Yugyeom.— Me ofrecí para que no lo golpeara de nuevo. Y cuando el viejo se giró para mirarme, Yugyeom detrás suyo asentía con la cabeza y juntaba las manos rogando en silencio que lo hiciera.

—¡No Lim! ¡Vas a volver a casa con tu esposa y descansaras por lo menos una o dos semanas más!— Ordenaba en voz alta dejando la revista de lado.

 —Pero señor...— Intenté hablar y él levantó un dedo para que me callara.

—Llevas cuatro años de trabajo diligente y leal en esta humilde editorial, pero los dos sabemos que aspiras a un mejor empleo como periodista o escritor y sin embargo sigues eligiendonos..— Dijo abriendo sus brazos y mirando a su alrededor con orgullo.— Lo mínimo que deseo es que estés bien para que puedas dar lo mejor de tí.— Terminó de decir.

shall we? | JJP Donde viven las historias. Descúbrelo ahora