Mi Pareja Destinada (EnnoxTana) {Omegaverse}

Capítulo 35

Lejos de ahí, en una pequeña casa, un joven omega de cabello verdoso, estaba sentado en sala a lado de la ventana, comía unas papas fritas que le recordaba un aroma tan nostálgico, sintió como su marca le hacía cosquillas, la cual se acarició con ternura. Le sorprendía seguir teniendo esa marca, habría jurado que después de largos 5 años, el alfa que lo había marcado ya hubiera roto el lazo con él.

-- ¿En qué tanto piensas Tadashi? – pregunto Nishinoya al entrar en la sala.

-- Noya-san – se sonrojo al verse atrapado en sus pensamientos y trato de dejar de tocarse la marca, algo que no le paso desapercibido al mayor.

-- Piensas en él, verdad – se sentó el más bajito y lo miro inquisitivamente -- ¿te preguntas porque después de tanto tiempo aun no rompe el lazo contigo?

-- ¿Cómo...?

-- Tu rostro, eres muy evidente – se rio del menor pero de inmediato se puso serio – quizás él no sabe cómo hacerlo o tiene la esperanza de encontrarte.

-- Pero yo no puedo ser pareja de nadie – recordando por todo lo que había pasado a manos del Shiratorizawa – después de ser tan mancillado.

-- Ya no estás en sus manos – tomando su mano – eres libre de todo eso.

-- Esto – tocando su cuello – me paso cuando intente escapar por mí mismo, me encontré con un alto y joven alfa, yo tenía un acelerador de celo en mi cuerpo y... -- se mordió los labios -- el trato de resistirse, lo recuerdo bien, eso me agrado aunque al final lo hizo porque yo se lo pedí, fue mi culpa que hiciera algo en contra de su voluntad.

-- No te culpes – abrazando al joven omega – olvida las cosas malas.

-- Fue la relación sexual más tierna que he tenido – dijo riendo tristemente – no quiero olvidarla, así que por eso le pedí que me mordiera, creí tontamente que eso me salvaría, pero me equivoque; justo después de enlazarme con él nos atraparon los hombres del Shiratorizawa y ya no supe que paso con él.

-- Ha de haber sobrevivido o si no, no sentirías su marca.

-- Seguramente – volviendo a ver a la luna que brillaba afuera -- la luna es hermosa.

Noya quería agregar algo pero fueron interrumpidos por un beta alto con el cabello recogido en una coleta. Así que Noya se levantó y corrió a los brazos de su esposo, este lo abrazo y beso con ternura. Yamaguchi vivía con ellos, pero le era incomodo lo amorosos que eran la pareja, ya que le recordaba la ausencia de su compañero. Si él hubiera sabido que tanto lo pensaba ese alfa habría hecho lo posible por contactarlo.

Kei llego a su casa y saludo a su perro que se llamaba "Dino", era un Golden Retriever, que lo recibía con mucho gusto, reviso su refrigerador buscando algo comestible. Desde que comenzó a vivir solo entendió lo importante de su madre en su vida, ya que, como trabaja casi todo el día, su casa era un desastre. Encontró la mitad de sopa instantánea que había dejado antes de salir con Kinoshita, así que la calentó en el microondas y mientras esperaba a la sopa miro por la ventana.

Noto lo brillante que era la luna, pero justo al lado de esta vio un grupo de estrellas, estaban brillando a pesar de que la luna estaba en todo su esplendor. La forma en que estaban le traían a la memoria a es joven omega, las pecas que tenía en su rostro. Si tan solo hubiera estado más alerta... Flashback

Cuando tenía unos 16 años, Tsukishima iba con un grupo de compañeros rumbo a los barrios bajos, se había dejado convencer por uno de los mayores de perder su virginidad en prostíbulo de omegas. Pero al entrar le molesto ver el estado de estos. No es que estuvieran feos u olieran mal. Le molesto ver la mirada sin brillo, un brillo que irradiaba su madre omega cuando veía a sus hijos. Así que decidió salir de ahí alegando que había olvidado un compromiso. Ya afuera, caminando tropezó con un joven omega que olía a tarta de fresas, se tapó la nariz porque era obvio que él había entrado en celo. Trato de controlarse mordiendo su mano.

-- ¿Tienes a alguien para contactar? – pregunto Kei al omega, que cuando levanto la mirada a él, noto las hermosas pecas de su rostro – no es bueno que estés aquí, estamos en el peor barrio de la ciudad.

-- Ayúdame – dijo entre jadeos el pequeño omega que no pasaba de los 14 o 15 años – no sé dónde estoy, pero logre salir.

-- Te voy a levantar y te llevare con un policía.

-- No, ellos tienen a la policía comprada, llévame ahhhhha – el joven toco su vientre con dolor – lejos por favor.

Fue cuan Kei noto como venía vestido el omega, tenía un kimono que dejaba ver mucha de su piel, se veía como los omegas del prostíbulo donde había entrado, se asqueo en ese momento al darse cuenta que ese joven era víctima de ese lugar. Así que con la racionalidad que aun tenia, lo llevo a una casa que se veía deshabitada, rompió una ventana y le ayudo a entrar. Busco un poco de agua y el uso una playera de el para limpiar el rostro del joven omega. Fue cuando el omega le tomo su muñeca y la beso.

-- No hagas eso – tratando de resistirse – yo también soy un alfa y trato de controlarme.

-- Eres diferente a los que he conocido – le dio una triste sonrisa – pero necesito tu ayuda.

-- No-o no me pidas eso – se sonrojo – no sé si pueda hacerlo sin dañarte.

-- Ves esto – le señalo su brazo el cual tenía marcas de agujas – ellos ya me han dañado, estoy seguro que tu no lo harás.

Se enderezo como pudo y desabrocho su kimono dejando ver su piel que estaba matizada con muchas pecas. Eso quebró el control de Kei, así que lo tomo en brazos, besando sus labios torpemente, bajo por cuello haciendo que su erección le lastimara dentro de sus pantalones. Fue cuando sintió las manos del omega desabrochar su pantalón. Lo dejo ser, así que solo pudo ver esos ojos que le miraban coquetamente antes de engullir la erección del joven. Así siguió hasta que se vino dentro de la pequeña boca. Sabia el alfa que su rostro estaba totalmente rojo, quizás hasta sus orejas lo estuvieran.

El omega trago toda la semilla del alfa y noto con gracia la timidez de él. Así que sin darle más tiempo, antes de perder toda la dureza del alfa  hizo a un lado su ropa interior se sentó a horcadas auto penetrándose con el miembro del alfa. Kei sintió que su cabeza exploto al darse cuenta de la realidad, estaba teniendo sexo, volvió a ver el rostro sonrojado del omega que seguía con su labor, así que tomo ese bello rostro y lo beso, un beso profundo que lo hacía ver estrellas, todo lo que veía era eso, estrellas. Estaba cerca de volverse a correr, y el omega le rogo porque lo mordiera, él no estaba seguro pero accedió al pedido del menor. Así que dejo que sus instintos lo dominaran y giro el cuello del omega y lo mordió, llenado su interior. Ambos sintieron el cambio en sus cuerpos. Tadashi apretó su erección sintiéndose ligeramente feliz por primera vez después de mucho tiempo.

Despuésde volverse a entregar un par de veces más, ambos estaban demasiadoavergonzados para dirigirse la mirada. Pero no se percataron hasta que ya lostenían encima a un grupo de alfas que tomaron del cabello a Kei y aunque eltrato de defender al omega lo golpearon y lo dejaron ahí creyéndolo muerto. Horas después, como no había llegado a casa, su hermano mayor lo busco, con ayuda del GPS de su hermano lo hallaron cerca de un rio, aún con vida. Días después, cuando despertó le explicaron que el estaba solo cuándo lo encontraron. Explico lo que había sucedido y pidió entre lágrimas que le ayudaran a buscar a su compañero. Pero era como si él se hubiera esfumado. Muchos le decían que a lo mejor lo habían asesinado. Él estaba seguro que no, ya que sentía su llamado. Se sentía culpable, sabía que debió salir de ahí con él, se sentía como si hubiera abusado del omega, aunque muchos le dijeran que no fue el caso. Así pasaron años y con el propósito de encontrarlo estudio medicina forense, quizás así, algún día lo encontraría. Fin del Flashback.

El ruido del microondas lo regreso a la realidad. Ni siquiera sabía cómo se llamaba su omega. Lo único que le aseguraba que seguía con vida es que lo sentía en su corazón, sentía en ocasiones el llamado de este. Muchos le decían que buscara a alguien más pero él se negó. Su perro se acercó acariciando su pierna con su patita.

-- No te preocupes Dino, estoy bien...