Narra Hugo:
Mientras condizco recordo nuestra primera cita, como en vez de centrarnos en un solo punto exploramos los rincones mas escondicos del centro de Madrid. Mi cabeza se conecta con mis manos y mis pies y despues de unos minutos conduciendo aparco en en una pequeña calle del centro de Madrid.
Eva: Y cual es el sitio donde vamos a cenar?.- Me pregunta mientras sale del coche.
Hugo: Por que tiene que haber solo un sitio?.- Le agarro la mano y comenzamos a andar sin saber donde acabaremos.
Primera parada: Bar La Bilbaina, en un pequeña calle que conecta la plaza Santa Ana con Sevilla, aqui tomaremos los entrantes. Nada mas entrar una barra llena de pitxos hacen que nuestras bocas se llenen de agua. Nos sentamos en una mesa alta entrente de la barra mientras esperamos que nos traigan la comida. La conversacion es tranquila y el ambiente es tranquilo y sencillo, no como los ostentosos sitios a los que solia llevarla antes de que ella se fuera, me recuerda a cuando empezamos y eso me hace feliz. Terminamos de comer y tras pagar la cuenta y una pequeña pelea que tengo con Eva para que no pague ni un centimo, salimos a encontrar el restaurante donde tomaremos el plato principal. Caminamos por Arenal hasta que llegamos a Opera, giramos una calle y un olor delicioso innunda nuestras fosas nasales. Se trata de un restaurante italiano, Colinas de Roma, compartimos un risotto mientras escuchamos musica tipica italiana. Dos velas iluminan nuestras caras, sus ojos brillan tanto cuando nos miramos, debo tener la cara mas comica del mundo porque no puedo parar de sonreir como un idiota. La ultima penultima parada es un helado mientras paseamos por gran via en direccion al coche y a nuestra ultima parada.
Eva: Me llevas ya a casa?.- Dice cuando pongo el motor en marcha.
Hugo: Tan rapido quieres deshacerte de mi?.- Sonrio y apoyo mi mano en su pierna, esto ya es constumbre otra vez.- Te voy a llevar a un ultimo sitio
Eva: No decias que nada de planes?.- Arquea una ceja.
Hugo: Me vas a dejar que te lo enseñe antes de quejarte?
Eva: No me estoy quejando.- Nos sonreimos y nos quedamos en silencio escuchando la musica de la radio hasta que aparco el coche.- Que sitio es este?.
Hugo: La empresa de mi familia.- Le cojo de la mano y entramos dentro, el portero me conoce asi que no tenemos problemas, le saludo y llamo al ascensor.
Eva: Que hacemos aqui?
Hugo: Quieres dejar de hacer preguntas?.- Me rio y entramos en el ascensor.- Ahora veras.- Pulso el ultimo piso y las puertas se cierran.
Eva: Esto va muy rapido no?.
Hugo: Normal son 40 pisos, no prentenderas que vaya como uno normal, hasta mañana mo llegariamos.- Me sonrie y le cojo la mano. Cuando llegamos al ultimo piso le tapo los ojos.- Confias en mi?.
Eva: No mucho.- Se rie.
Hugo: Pues nada nos bajamos otra vez.- Hago el amago de girarla para volver .
Eva: Que si tonto, confio en ti.- No puedo evitar sonreir.
Hugo: Vale pues no abras los ojos hasta que yo te lo diga, yo te guio.- Agarro por la cadera a Eva y la llevo hasta el final de la terraza.- Ya puedes.
Eva: Vaya...- Esta muy soprendida, lo sabia le ha encantado. Bueno tengo que darle las gracias a Sam.- Es increible todo esto.
Hugo: Lo se, suelo subir aqui a pensar. Cuando te fuiste muchas noches sentia que me ahogaba en mi habitacion. Un dia no podia mas y cogi el coche sin rumbo, no sabia a donde ir entonces vi el edificio. Mi madre reformo esta planta para pequeñas fiestas y reuniones de amigos. Yo habia venido unas cuantas veces pero era mas pequeño, subi aqui y vi todo eso y me dio mucha paz, es un buen sitio para pensar.- Eva no aparta la vista de las luces de Madrid.