⊶ 43

556 105 82
                                    


– Bien. ¿Segura que llevas todo lo que necesitas?

– Bueno... todo lo que ya llevaba conmigo, si...

– ¿Ropa? ¿Cepillo de dientes? ¿Dinero?... ¿Tienes dinero? Te puedo prestar algo si quieres.

– ¡No...! No, estoy bien, tranquilo.

– ¿Segura? No quiero que oírte llamando después lloriqueando por mi ayuda.

– Ok, Michael, ya creo que te estás pasando.

El de cabellos ceniza soltó un suspiro largo – Lo siento. Es que... ya no confío plenamente en que puedas cuidarte por ti misma. Con todo el daño que te has hecho últimamente... yo– fue interrumpido por la castaña.

– ¡Si, si, si! ¡Ya lo sé! – exclamó cansada – Te prometo que esta vez si me cuidaré.

El de ojos marrones la vió desconfiado – ¿Por el dedito? – el chico subió su mano mientras extendía sólo su dedo meñique.

Paris vió detenidamente su mano, y luego volvió a los ojos del contrario – ¿Es enserio? ¿Cuantos años tienes, cinco? – puso sus ojos en blanco.

– ¡Oh, vamos! Sabes que esta es una promesa que simplemente no se rompe, no importa la edad – exclamó mientras movía su meñique aún extendido.

Paris se rindió y de mala gana selló la promesa cuando entrelazaron sus meñiques.

– ¡Listo! ¡¿Ves?! ¿Que tan difícil fue eso? – comentó feliz Michael mientras volvía a mirar al frente para no chocar con nada.

– Me costó mi última neurona sana... – se quejó la castaña.

Michael y Paris se encontraban de camino a la estación de trenes, en donde se encontrarían con los hermanos y Winry. Paris había estado ayer todo el día en el hospital, pero en la noche, se escabulló y escapó del hospital, ya que sabía que en su condición no le iban a dar de alta a tiempo para tomar el tren. Así que se fue hasta la casa de Michael a altas horas de la noche, y le pidió que la terminase de curar. El de cabellos ceniza lo hizo, pero de mala gana. Había atinado justo en el punto, Paris terminó escapándose del hospital.

Luego de esa sesión medicinal de madrugada, durmieron lo que pudieron y al día siguiente Paris tenía que tomar el tren. Michael decidió acompañarla hasta la estación, porque quería conocer a las personas que traían tantos problemas a la vida de su amiga.

Caminaron un poco más hasta llegar a la estación de trenes. Entraron y caminaron entre un mar de gente, sin tener problema de encontrar a una armadura de dos metros en medio de esta.

– ¡Paris! ¡Aquí! – saludó Winry al notar la presencia de la castaña que se acercaba.

– Hey. Espero no estar tarde – saludó agradablemente llegando al lado de los jóvenes. Edward se encontraba sentado en una banca mientras Alphonse y Winry estaban a cada lado, parados.

– Para nada. Creo que en unos 5 minutos el tren llegará y podremos subir. – comentó Alphonse.

Paris al escuchar esto se relajó un poco. Iba a comentar algo pero notó las miradas confundidas de todos viendo hacia un punto indefinido detrás de ella.

– ¡Ah! ¡Eres tú! – exclamó Alphonse, reconociendo a la nueva presencia.

Paris volteó y casi le da un infarto. Había olvidado por completo que Michael quería conocerlos.

– Si, soy yo. Pero no recuerdo conocerte antes, ¿tu eres...? – respondió al instante Michael mientras metía sus manos en sus bolsillos con gracia.

Future Nostalgia [FMAB•Edward x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora