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Los tres jóvenes alquimistas se encontraban caminando por los pasillos de aquellos cuarteles militares. Se dirigían hacia una oficina en concreto, en donde su superior los esperaba. Habían tres reacciones diferentes en esos tres jóvenes.

A uno, no le interesa.

Al otro, le sale humo de las orejas.

Y a la última, más bien está feliz.

Ya se pueden imaginar quién es quien.

Siguieron caminando en silencio hasta que llegaron a la puerta que buscaban en concreto. Paris iba a tocar como una persona normal lo haría, pero los hermanos Elric se adelantaron y entraron sin más.

– ¡Oigan! ¡¿Están locos?! – susurró la chica en un intento de reprocharlos, pero ellos ya tenían pie en la habitación.

Los miembros de la unidad de Mustang se encontraban tan ocupados haciendo papeleos que no se dieron cuenta de las nuevas presencias en la habitación.

Edward notó como el sargento Fuery estaba intentando arreglar lo que parecía ser una radio, así que para llamar su atención, juntó sus palmas y luego puso una en la radio, la cual de la nada; se arregló por completo.

Fuery apenas notó esto alzó la mirada, y los vio. – ¡Edward! ¡Alphonse! – exclamó con emoción, llamando la atención del resto de los presentes.

»Espera. ¿Acaba de hacer una transmutación sin un círculo?« pensó Paris notablemente sorprendida. No dijo nada ya que al parecer eso había sido acto de todos los días para todo el mundo allí presente.

Detrás del sargento Fuery se asomó una cabeza rubia con una pequeña sonrisa en sus labios. – Bienvenidos muchachos. Por favor pasen adelante, el Coronel los está esperando – habló sutilmente pero demandante; solo como la teniente Hawkeye sabía hacerlo. Pero pronto su visión se reparó a la persona detrás de los hermanos Elric. – ¡Paris! – exclamó, ahora teniendo una gran sonrisa en su rostro.

La nombrada sonrió de vuelta y no esperó para acercarse a Riza y darle un abrazo.

– ¿Cómo te fue? No te esperábamos ahora, fue demasiado rápido – preguntó la teniente al separarse de la joven.

– Si lo sé... – rió nerviosa la castaña – digamos que estos dos – señaló a los hermanos detrás de ella – se adelantaron.

La teniente se imaginó lo que pudo haber pasado y soltó un bufido que sonó más como una pequeña risa. – Bueno, después me cuentas todo. El Coronel los espera. A los tres. – avisó, y los jóvenes asintieron. Se adentraron más en aquella oficina hacia una puerta que estaba al lado, la abrieron, y se encontraron con la atenta mirada del Coronel Mustang en su escritorio.

Los hermanos Elric entraron primero, y seguidos de ellos entró Paris, cerrando la puerta detrás de ella.

– Vaya... no te esperaba de regreso tan pronto, Fahrenheit – comentó el Coronel con aires de grandeza. La chica no respondió y se sentó en uno de los sillones que se encontraban al frente del escritorio principal.

– Como digas, Coronel – dijo al sentarse. Cruzó sus piernas y estiró sus brazos por encima del espaldar del sofá, bastante cómoda.

Los hermanos siguieron a la chica y se sentaron en el sofá al frente de ella.

– ¿Ya se conocen? Eso haría las cosas más fáciles – empezó a hablar Roy, al notar que los jóvenes habían llegado juntos. Los tres asintieron y siguió hablando – El caso de Liore fue controlado gracias a ustedes, así que, les doy mi gratitud.

– Ni lo menciones, tampoco lo hicimos por ustedes – respondió el rubio desinteresado.

– Entonces... ¿esa piedra también era falsa? – preguntó Roy ahora más serio.

Future Nostalgia [FMAB•Edward x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora