†17

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Al día siguiente, los hermanos Elric volvieron al hogar de Tucker acompañados por Paris. Tal y como lo habían dicho.

Esta vez los tres jóvenes entraron en aquella habitación repleta de libros, y se pusieron a leer. Edward había adoptado la misma posición de ayer, sentado de piernas cruzadas en el piso, con libros desparramados al rededor de él. En cambio Alphonse, leía cada libro uno a uno, parado, y cuando terminaba con uno lo ponía de vuelta en su lugar. Paris se encontraba en medio de estos dos, acostada boca abajo en el piso, apoyada de sus codos también leyendo. Pensaba que aquellas investigaciones de Tucker también le podrían ser útiles.

El silencio reinaba en aquella habitación. Solo se podían escuchar sutiles respiraciones y el sonido de las hojas siendo pasadas.

– ¡Paris-nee-san! – se escuchó de la nada, llamando la atención de todos los presentes. Desde la entrada de la habitación vieron a Nina correr con una sonrisa y sus manos escondidas detrás de su espalda. La nombrada puso toda su atención en la pequeña, quien ahora estaba frente ella.

– ¿Si Nina? – Paris se sentó en su lugar de piernas cruzadas, quedando a la altura de la niña.

– ¡Ta-daaa! – exclamó revelando lo que tenía en sus manos. Era una corona de flores que se veía bastante floja, las flores de por si no tenían ningún patrón entre ellas y posiblemente algunos rastros de tierra.

Paris al ver esto, sus ojos se iluminaron y no pudo ocultar su gran sonrisa – ¡Oh por Dios! ¡Mira que bonita te quedó! – exclamó tomando la corona de flores en manos. La niña sonrió – ¿Es para mi?

Nina asintió varias veces – ¡Pruébatela, pruébatela! – exclamó, a lo cual Paris acató al pedido de la niña. Se colocó la corona en su cabeza cuidadosamente, y pudo ver que a Nina le brillaban los ojos.

– ¡Te queda super hermosa! – exclamó emocionada Nina.

Paris sonrió y volteó su espalda, para así enfrentar las miradas de los hermanos Elric. La chica intentó hacer un ademán tierno, pero se veía más bien forzado y raro gracias al parche que tenía – ¿Y? ¿Como me veo? – preguntó la chica, intentando no estallar en risas por la actitud que estaba tomando. Fingía ser tierna y tener una mirada de cachorrito.

– Te quedó muy bien, Nina – felicitó Alphonse a la niña, quien emocionada se acercó a él para darle un abrazo.

Edward ni respondió, y tampoco planeaba hacerlo. De nuevo tuvo ese remoto pensamiento el cual, esta vez él decidió pasar por desapercibido.

Bonita.

Ignoró lo que su mente le decía y desvió la mirada, para así poder seguir leyendo.

– Entonces Nina... – Empezó a hablar Alphonse, tenía una duda que le carcomía la cabeza desde ayer – ¿Tu madre se fue hace dos años? – preguntó, arruinando por completo el ambiente. La castaña dejó de sonreír, y se puso un poco seria. Se volteó completamente para tener de frente a Alphonse, quien se sentó en el piso también para así poder hablar tranquilamente con Nina, quien realmente no se veía muy afectada por la pregunta recién hecha.

– Papá dijo que se fue a casa de mis abuelos – respondió simplemente.

– Ya veo... entonces debe ser solitario estar aquí en esta casa sola con tu padre ¿verdad? – siguió la armadura y Paris le empezó a hacer señas exageradas para que dejase de hablar sin que Nina lo notase. Pero la curiosidad de Alphonse podía más con el. Edward se hacía el que no escuchaba nada y que solo se concentraba en su lectura, pero en realidad, estaba muy atento a las acciones y palabras de los allí presentes.

La niña negó con una sonrisa tierna – No es así, papá me trata bien, ¡y también tengo a Alexander! – dijo mientras abrazaba al perro que descansaba al lado de ella. Paris sonrió un poco al saber que al menos no era infeliz. – Pero... – los ojos de Nina se apagaron un poco, luciendo nostálgica – últimamente papá solo se la pasa metido en su laboratorio... me siento un poco sola – explicó cerrando sus ojos al recostarse por completo en la panza del perro.

Future Nostalgia [FMAB•Edward x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora