– ¡T-tu ojo!Paris desvió la mirada incómodamente. No estaba acostumbrada.
– ¿Es de un color distinto?
Asintió sintiendo como el sudor se iba concentrando en las palmas de sus manos.
– ... No veo ninguna herida o algo por el estilo.
La castaña empezó jugar con sus dedos, en un manojo de nervios – Es que, en realidad no hay ninguna herida...
Alphonse recordó vagamente la conversación que tuvieron en el tren de camino a Dublith – ¿Solo porque es de distinto color piensas que es feo...? – preguntó confuso – ¡Pero si es único! ¡¿Por qué lo esconderías?!
Paris negó rápidamente – ¡No! No... esa fue una pequeña mentirilla – pausó, tragó saliva duramente – ...encima de muchas otras, más grandes, más profundas y complejas... – habló suavemente, inconscientemente bajaba su tono de voz ya que tenía miedo de ser escuchada. En lo más profundo de su ser, no quería que Alphonse la oyera.
Alphonse observó detenidamente a la chica. Estaba seguro de que ella no estaba consciente de lo expresiva que estaba siendo con su lenguaje corporal. Jugaba con sus dedos, no hacía contacto visual, sus hombros encogidos todo el tiempo, removía sus pies en la grama incómodamente. – Paris-san, mírame.
La nombrada se congeló por un segundo, pero acató a la orden.
– No tienes que contarme nada.
Paris abrió sus ojos como platos – ¿Q-qué?
Alphonse asintió levemente. – Si piensas que por no contarme sea lo que sea que prometiste perderé la confianza que te tengo; estas equivocada. – explicó calmado, sorprendiendo a la castaña – no necesito explicaciones de nada, me has demostrado múltiples veces que tus intenciones son buenas. No necesito nada más que eso.
Paris vió vívidamente en su mente la imagen de un a Alphonse sonriente. De esas sonrisas cálidas y reconfortantes que solo el sabía dar. Pudo jurar como una ola de calidez cubrió su cuerpo entero, contrarrestando la fresca noche de Dublith.
Alphonse se alteró y se levantó del suelo – ¡Ah! ¡¿E-estás bien?! ¡¿Dije algo que no debía?! – empezó a preguntar preocupado.
Paris lo miró confusa – ¿Eh...?
– ¡Estas llorando!
Al escuchar esto, la castaña llevó sus manos hasta su cara y pudo sentir sus mejillas humedecidas por frías lagrimas que salían a torrentes por sus ojos. – O-oh... – torpemente empezó a secar sus cachetes y párpados, pero las lagrimas no paraban.
– ¡Lo siento! ¡N-no sabía que eso era algo tan importante para ti! ¡¿Estás triste por mi culpa?! ¡Perdón, perdón, perdón! – movía sus brazos de arriba abajo, casi en pánico.
Paris no pudo evitar esbozar una sonrisa acompañada con un pequeño bufido – N-No estoy triste... creo que estoy feliz, de hecho.
Alphonse dejó de moverse frenéticamente, para luego de un segundo ladear su cabeza – ¿Feliz...?
La castaña volvió a intentar a secar sus lagrimas, esta vez lográndolo. Luego cruzó sus brazos en busca de calor. – Es como... volver a casa. – miró directamente a la armadura, esta vez más tranquila y con mejillas tintadas de rojo debido a la tela de su suéter que había pasado por su cara para secar sus lagrimas.
Alphonse siguió en el mismo estado – ¿Casa...? – pensó por un segundo. – ¿East City?
Paris soltó un largo suspiro, rendida – No, Al, ese no es mi hogar. – dijo, confundiendo aún más al menor – de hecho, nada de aquí lo es.
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Future Nostalgia [FMAB•Edward x OC]
Fanfic"Regresa por favor" te extraño. - No te vayas - te necesito. "Nada es lo mismo sin ti" te quiero. - Paris... yo juro protegerte - te amo. El amor puede venir en distintas maneras; puede disfrazarse de distintas cosas. Para Paris Bennet, el amor vino...