De alguna manera, esa conversación logró cambiar el ambiente entre ambos jóvenes. Se les notaba más tranquilos el uno con el otro. Bastante simple, ¿no?El viaje continuaba. Pasaron toda la noche en aquel tren. Edward logró dormir toda la noche de lo más cómodo. Paris por otro lado, solo obtuvo unas tres horas de sueño. Sus típicas pesadillas la atormentaron esa noche. Armstrong parecía no querer dormir, llevaba toda una pila de revistas y libros ya leídos al lado suyo.
Ahora mismo el tren se encontraba parado en una de las tantas estaciones, esperando a que pasajeros se bajasen, y que más pasajeros se montasen. Casualmente el Mayor Armstrong estaba viendo la ventana ese momento, cuando de la nada se levantó de su asiento y pegó la cara a la ventana; asustando a los dos jóvenes. – ¡Doctor Marcoh! ¡¿Es usted?! – exclamó de la nada, dirigiéndose a un hombre notablemente mayor que pasaba por la estación de tren. Paris y Edward voltearon a ver que estaba pasando. – ¡Soy yo! ¡Alex Louis Armstrong! ¡De Central! ¡¿Me recuerda?! – volvió a gritar, y cuando el hombre identificó al fortachón, se asustó y empezó a huir.
– ¿Un amigo tuyo...? – preguntó el rubio confundido.
– El es un alquimista estatal bastante capacitado, Doctor Marcoh – explicó Armstrong – Él estaba estudiando cómo aplicar alquimia al área médica, pero luego de la guerra de Ishval desapareció.
Edward luego de pensarlo por unos segundos frunció su ceño y se levantó de su asiento – Hay que seguirlo ¡vamos! – exclamó echando a correr por los pasillos del tren.
– ¡Edward! ¡Espera! – Paris le siguió confundida.
»De seguro el sabe algo sobre transmutaciones de seres vivientes... estoy casi seguro« pensaba el rubio mientras bajaba del tren apurado.
El Mayor Armstrong no tuvo más remedio que seguir a los jóvenes. Fue a buscar a Alphonse en el vagón de carga y se pusieron en marcha.
Por el tiempo que les tomó bajar del tren, habían perdido de vista al hombre. Así que su única opción fue preguntar al rededor a ver si alguien lo conocía. En cuestión de minutos, Armstrong había dibujado un retrato del doctor Marcoh. Y era demasiado acertado y bien hecho. ¿Como lo hizo? Pues, fue heredado de generación en generación, esa fue su respuesta. Con dicho dibujo y cargando la caja en donde Alphonse se encontraba, el Mayor Armstrong fue preguntando a varias personas si conocían a Tim Marcoh. Edward y Paris le seguían y escuchaban todo lo que los aldeanos decían. Lamentablemente, nadie parecía conocerlo a nombre de 'Tim Marcoh' pero que el sujeto del dibujo se parecía mucho a un tal doctor Mauro. Y así fue con cada persona que interrogaron. Incluso algunos decían que siempre curaba a sus pacientes con una luz resplandeciente, ¡y nunca fallaba! Se les veía a todos hablar del doctor Mauro con mucha apreciación.
Decidieron preguntar en dónde vivía ese tal doctor Mauro, y les dieron la dirección. Ahora se encontraban caminando hacia allá entre las calles de aquel pequeño pueblo rural.
– Estas pensando lo mismo que yo, ¿verdad? – preguntó la chica.
– Depende. ¿Eres igual de inteligente que yo? – respondió burlón Edward. Paris no se pudo ni ofender, ya que había sido una respuesta bastante divertida de hecho, así que solo se rió he ignoró el comentario.
– ¿Será una piedra filosofal...? – preguntó ahora hablando más bajo.
Edward ahora se puso más serio, frunciendo su ceño – No lo sé pero... lo averiguaremos – afirmó viendo cómo ya delante suyo estaba la casa en la cual vivía el doctor Mauro.
Subieron unas escaleras para así llegar a la puerta principal. Edward se adelantó y tocó la puerta.
– ¡Buenas! ¡¿Hay alguien en casa?! – como siempre, y muy mala costumbre que tiene el y Alphonse, no esperó a que le respondiesen y abrió la puerta el mismo. Al otro lado de la puerta se encontraba Tim Marcoh apuntando a Edward con una pistola, y no dudó en disparar. El sonido del disparo hizo que Armstrong y Paris se asustasen y corriesen hacia donde estaba Edward, quien por suerte había sido capaz de esquivar la bala.
ESTÁS LEYENDO
Future Nostalgia [FMAB•Edward x OC]
Fanfiction"Regresa por favor" te extraño. - No te vayas - te necesito. "Nada es lo mismo sin ti" te quiero. - Paris... yo juro protegerte - te amo. El amor puede venir en distintas maneras; puede disfrazarse de distintas cosas. Para Paris Bennet, el amor vino...