Future Nostalgia [FMAB•Edward x OC]

†16

Algunas horas pasaron, en las cuales Paris había estado con Nina todo el tiempo. Se habían sentado bajo un árbol que les daba sombra relajándose un poco.

La castaña tenía su espalda y cabeza recostada del tronco de dicho árbol, sus piernas estaban completamente estiradas. En una de sus piernas la cabeza de Nina descansaba mientras tomaba una siesta. En su otra pierna, la cabeza de Alexander pedía por un poco de atención, lloriqueando por caricias. La castaña tenía sus manos ocupadas, dándole cariños a los que descansaban en sus muslos. Ella tampoco se había quedado atrás, ya que tenía sus ojos cerrados, disfrutando del momento. Solo se podía oír el canto de los pájaros y ocasionales autos pasar por la calle de al frente. Si abría sus ojos, podía ver las hojas del árbol siendo iluminadas por el sol, mientras la luz se filtraba un poco entre ellas, dando un toque hermoso a su vista. Era un día soleado, pero gracias a que estaban debajo de aquel árbol, podían disfrutar de la brisa veraniega y estar frescos. Posiblemente se quedó dormida en algún momento, pero realmente no lo recuerda por lo cómoda que estaba.

Sintió como Nina se empezó a mover en su lugar, y esto llamó su atención. Enderezó su cabeza para ver si la niña se había despertado, y efectivamente, Nina estaba estrujando sus ojos mientras se estiraba aún en su lugar, para luego soltar un pequeño bostezo.

– Buenas tardes bella durmiente – dijo Paris jugando. La niña sonrió como respuesta.

Se sentó en su lugar, abriendo un ojito – ¿Cuanto tiempo dormí? – dijo sonando somnolienta. La corona de flores casi caía de su cabeza. Al ver esto, Paris tomó la corona y la arreglo en su cabeza.

– Como una hora, una pequeña siesta – respondió la castaña, estirando su espalda.

La pequeña volvió a bostezar, y Paris se dió cuenta de que tenía baba por su barbilla. Se rió de esto, y decidió levantarse. La niña seguía muy somnolienta como para comprender lo que Paris hacia, así que solo la veía un poco confundida.

Paris se agachó, tomó a Nina en brazos y ésta abrazó su cuello, encontrándolo bastante cómodo.

– No te vuelvas a dormir – avisó Paris acariciando la espalda de la niña. Empezó a caminar hacia la entrada de la casa siendo seguida por Alexander, quien jadeaba por agua. Muy seguramente haber estado todo ese tiempo afuera y jugando haya sido muy fuerte en el pobre perro. Abrió la la puerta y dejó que Alexander entrase, y se perdió entre los pasillos de la casa. Cerró la puerta principal detrás de ella para luego echar un vistazo al rededor – Nina... necesito que me digas donde hay un baño – meció a la pequeña para que reaccionase ya que estaba apunto de caer dormida de nuevo.

– Seghundo pisso... puerta... ishqierda... – hablaba la pequeña arrastrando sus palabras, de verdad que se había puesto increíblemente cómoda en los brazos de Paris. Ésta sonrió ante la ternura de la niña y siguió sus indicaciones.

Mientras subía más escaleras, meció de nuevo a Nina – Hablo en serio, no te duermas por que si no, no dormirás esta noche y tu padre me culpará por eso – explicó, sintiendo como la pequeña se removía en sus brazos.

– Bien... – respondió vagamente.

Cuando Paris llegó al segundo piso, abrió la puerta que Nina le indicó y se encontró con un bonito cuarto de rosa, decorado con distintas flores pintadas en las paredes, muchos juguetes y demás detalles. Cerró la puerta detrás de ella, y a un lado de la habitación vió otra puerta, supuso que era un cuarto de baño. Caminó hasta allá, revelando que así era.

Bajó a Nina, dejándola de pie al frente del lavamanos. Seguía somnolienta y estrujaba sus ojitos. Paris abrió el lavamanos, se mojó un poco sus manos y luego volteó hacia Nina.