-¿Jane?
Luke cerró la puerta detrás de él luego de ingresar a la casa. Esperó encontrar a la chica sentada frente al televisor viendo algún programa de moda, sin embargo solo vio una manta amontonada en el sofá y televisor en silencio.
-¿Jane? -dejó las llaves en el mueble junto a la puerta y se adentró más- ¿Estás aquí?
Se extraño al encontrar la casa en silencio ya que Jane nunca había mostrado interés por conocer la ciudad. Fue hacia la cocina pero la encontró vacía, pensó en ir a las habitaciones hasta que escuchó ruidos del patio trasero. Caminó hasta una de las ventanas, movió la cortina y vio a la rubia hablando por teléfono. No se veía nada contenta por lo que supuso que estaría hablando con su novio, con el cual había tenido serios problemas desde su llegada a la ciudad. Según ella todo estaba bien, eran problemas menores pero sabía que no se la estaba pasando bien.
Retrocedió antes de que Jane notará que la espiaba. Antes de salir de la cocina tomo una manzana de la isla y fue hacia su habitación.
Estaba confundido con lo que había pasado en la cafetería, no esperaba encontrársela tan pronto y mucho menos en una situación así. Solo tenia vagos recuerdos del señor que la acompañaba pero no podía estar mas que agradecido con él, no entendía como era que seguía creyendo que estaban juntos pero ocuparía eso para acercarse mas a ella, esa idea lo hacia lo hacia sentirse emocionado. Al menos podía ver un poco de luz al final de ese interminable túnel.
Antes de acostarse por completo, sacó el celular de su bolsillo para hacer una llamada.
-¿Hola? Soy yo -sonrió por la respuesta del otro lado de la linea- ha sucedido algo muy extraño pero creo que es bueno -miró fijamente el techo de la habitación- no, no fue nada de eso. Necesito algo importante. ¿Crees que puedas conseguir un número telefónico?
*
Luke salió de la cafetería asegurándose de llevar lo necesario dentro de la bolsa de papel. Había salido desde temprano para dirigirse al lugar, hasta había esperado pacientemente a que abrieran para poder entrar y pedir su orden. Si no hubiera Sido por el brownie probablemente ya hubiera salido desde hace horas.
Se dirigió al auto rentado, acomodó el paquete en el asiento de copiloto y sacó su celular para buscar el número recién guardado. Lo escuchó sonar tres veces antes de que contestaran.
-¿Hola?
- ¿Hola, señor Samora? Soy Luke...
-¡Luke! ¡Hola! -su voz se escuchaba lejana por el ruido de máquinas al fondo- me sorprende tu llamada. ¿Necesitas hablar con Alex? Puedo buscarla en unos minutos no...
-¡No! -controlo el volumen de su voz- digo, he intentado comunicarme con ella pero no contesta mis llamadas. ¿Podría decirme la dirección de dónde trabajan? Aún me cuesta orientarme con las calles y no lo recuerdo. Quisiera llevarle una sorpresa.
-¡Claro! Sería fantástico, ha estado un poco estresada. Sería bueno algún lindo detalle.
Sonrió agradecido por el entusiasmo mostrado por el mayor. No entendía porque tanto entusiasmo cada vez que se veían o daba referencia de él y su falsa relación con Alex, pero era demasiado grato escucharlo. Escribió la dirección en uno de los post-it que compro el día anterior y procedió a buscarlo en internet.
Al parecer el destino estaba de su lado, la pantalla marcaba la localización a unas escasas cuadras de la casa que había rentado por aplicación. Todas las señales le indicaban que tenía que seguir adelante, no sabía cuánto duraría aquella mentira pero lo aprovecharía al máximo.