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Luke se miró de nuevo en el espejo luego de haberse cambiado por tercera vez. Parecía que no encontraría el outfit perfecto para la noche. Se deshizo de la camisa que tenia puesta y fue directo al closet en busca de algo más. Quería estar presentable pero no demasiado, no buscaba poner presión sobre Alex solo por su atuendo. Luego de encontrar una playera negra, convencido de que no encontraría nada más, procedio a colocarse su gruesa chaqueta. Esa noche estaba más fría que cualquier otra y no quería morir en el exterior. 

-No quiero presionarte pero se te hara tarde.

Al escuchar a Jane, reviso el reloj de su celular para comprobar que aún tenía tiempo, muy poco realmente, por lo que solo pasó sus dedos entre su cabello y salió de la habitación. Jane estaba como siempre en la sala observando la televisión, los días que pasaron la ayudaron a sentirse más calmada y tener la mente fría para pensar en lo próximo que haría. Ambos habían dejado pasar el incidente del beso, ninguno lo había mencionado por temor a hacer la situación incómoda, y así se quedarían. 

-Se supone que tu eras parte del plan. ¿No crees que sea raro que no vayas con nosotros? -avanzó hasta el mueble donde solía dejar las llaves del auto. 

-Será más raro si voy -contestó mientras comía palomitas-. Puedes decirle que me sentía mal o que simplemente no se me apetecio ir. Estamos todos de acuerdo a que ninguno de los dos quiere que vaya. 

Luke sonrió con culpabilidad pero no podía negar que esperaba a que Jane decidiera faltar a la salida de amigos con Alex. Deseaba que ella sintiera lo mismo. 

-Lo siento, si quiero que vayas es solo que...

-Solo espero que traigas buenas noticias, no sé, qué la besaste o al menos que lograste que te abrazara. Tenía un conjunto perfecto para esta noche, así que espero que valga la pena el no usarlo -parecía molesta mientras hablaba pero al final le guiño el ojo para darle a entender que estaba bien- atacala, Romeo.

Salió de la casa con más ilusión que un niño por abrir sus juguetes de navidad. Presentía que sería una increíble noche y no podía esperar para llegar. Durante todo el trayecto, dejó la radio sonar sin importarle que no conociera la canción, las tarareaba aun así. Pareciera que la suerte estaba por completo de su lado cuando encontró un lugar vacío bastante cercano a la entrada del museo comunitario. 

Al entrar pudo notar que aún no había demasiadas personas como lo había imaginado, el reloj indicaba que aun faltaban diez minutos para la hora que tenía marcado el panfleto que le había entregado a Alex. Decidió tomar asiento en una de las sillas plegables frente a una pequeña tarima y se dispuso a esperar. 

Quince minutos más tarde, se encontraba rodeado de padres orgullosos admirando las obras que sus hijo habían creado en su clase artes. Por lo que pudo escuchar, era un evento para que la escuela recaudará dinero y pudieran pagar un verdadero taller de pintura. Ver a esos niños emocionados por sus pinturas abstractas lo hacían recordar a sus primeras clases de guitarra. Estiró más su cuello para poder ver sobre las personas, no había ninguna señal de Alex por ningún lado. Temía que no se pudieran encontrar entre aquella multitud. El museo era demasiado pequeño para la cantidad de padres de familia que asistieron. De repente, se le vino la mejor idea que pudo haber tenido. 

Se abrió paso entre la gente hasta localizar la mesa de bocadillo que tanto había presumido en los volantes. Haber recordado viejas fiestas donde siempre encontraba a Alex en las mesas de bocadillos le hizo sentir un hueco en el pecho. Extrañaba aquellos tiempos pero estaba confiado en que las cosas pronto se solucionarían. 

Pasaron dos horas sin que tuviera alguna señal de ella. 

Cuando vio como comenzaban a recoger las sillas, fue cuando decidió que era hora de marcharse. No podía ocultar lo desilusionado que estaba, era consciente que se notaba lo mal que se encontraba. Antes de partir, tomó dos vasos vacios, uno con cafe y el otro lo llenó con las últimas galletas que quedaban, al menos pasaría la noche con los recuerdos. 

the finale | lrhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora