La estancia en la fiesta se había alargado hasta ser parte de los últimos invitados que abandonaron el lugar. La habían pasado entre besos y mimos, ignorando por completo todo lo vivido en los últimos años. Tal vez al siguiente día todo quedaría en el olvido pero la noche aún era joven.
Se sentía tan bien hacer realidad sus deseos, aún sabiendo que estaba mal.
Hacia mucho tiempo que no se divertía tanto rodeada de mucha gente. No se separaron en ningún momento, más que la vez en que Alexis tuvo que ir al baño luego de tomar algunos de los tragos que repartían los meseros, por lo que cada vez que el señor Samora los miraba, los encontraba abrazados.
Pasaron todo el rato bailando o caminando de aquí para allá siguiendo al arquitecto quien quería presentarles a sus demás familiares, como esposos. Se habían tomado tan serio ese papel que tuvieron que inventar una excusa para explicar la falta de anillos en ambas manos. Incluso aprovecharon algunos pequeños rincones para tener un poco de privacidad. Incluso tanta euforia hizo que Alexis se distrajera al momento de subir al auto.
*
Apenas llegaron cuando bajaron del auto para caminar hacia el pórtico. A diferencia de cuando se marcharon, el silencio que los rodeaba era demasiado reconfortante. Luke tenía su cabello medio revuelto, además de haberse quitado el saco para refrescarse, mientras que Alexis se quitó los tacones a medio camino y los llevaba colgando en sus manos.
-Muchas gracias por ir conmigo -habló primero ella luego algunos minutos parados frente a la puerta.
-Volveria a ir contigo a cualquier lado -acarició desde su mejilla hasta llegar a su mentón para levantarlo- ha Sido una noche maravillosa.
Alexis sonrió al verlo aproximarse para besarse por milésima vez en la noche aunque aquel se diferenciaba de los otros ya que era el de despedida.
-Creo que debo marcharme, es tarde y debes descansar.
-Si...claro.
Luke besó su frente antes de dejarla en el pórtico y encaminarse al auto. Apenas se había alejado un metro cuando Alexis sintió que la inundaba aquel sentimiento de vacío nuevamente. Fijó su mirada en la espalda ancha mientras esté se alejaba cada vez más. ¿Lo dejaría ir así sin más?
Tal vez Luke tenía la culpa por haber tomado una decisión en lugar de haber hablado con ella pero lo había hecho pensando que era lo mejor para ella y sin duda había pasado los últimos meses tratando de remendar su error. Ahora era ella quien lo alejaba cuando lo único que necesitaba era tenerlo a su lado.
-¡Luke!
El mencionado apenas dió vuelta al escuchar su nombre cuando sintió que le sujetaban del rostro para besarlo. En su interior esperaba que lo detuviera para quedarse un rato más pero no sé imaginó que recibiría más de lo que deseaba.
Antes de que se dieran cuenta, ya se encontraban pasando la puerta principal, solo bastó un pequeño empuje para cerrarla. Desde que había visto aquella peculiar cabaña, siempre quiso saber cómo era su interior pero Luke estaba tan concentrado en los labios de la chica que se olvidó por completo de dónde estaba. Al no ser un lugar extenso, no tardaron nada en llegar hasta las escaleras. Hubieran subido con éxito si no fuera que Luke tropezó a medio tramo haciendo que ella terminara sentada en el escalón. Las risas no tardaron en sonar aunque no duraron mucho. De alguna manera se las ingenio para tomar a la chica de las piernas y poder terminar de subir las escaleras para llegar a la habitación.
La fue recostando lentamente sobre la cama mientras los besos fueron bajando hacia el cuello. Se tomó un segundo para inhalar la suave fragancia de su perfume, tratando de memorizar cada detalle. Una de sus mano dejó de apoyarse sobre la sábana para recorrer el delicado cuerpo de Alexis. Cuando sintió que su camisa comenzaba a ser desabotonada, levantó su cabeza para mirarla.
La castaña supo que le estaba pidiendo permiso para continuar. Asintió y sonrió al tiempo que tomaba su rostro para besarlo con tanta pasión tratando de transmitirle todo lo que sentía en ese momento. Se fueron desprendiendo todas sus prendas lentamente, querían tomarse todo el tiempo posible sintiendo las caricias y satisfaciendo la necesidad por tener al otro.
Luke volvió a acomodarse sobre su cuerpo justo antes de comenzar a entrar en ella. Sus movimientos empezaron siendo lentos y pausados para poder admirarla disfrutar al igual que él. Los gemidos se hicieron más fuerte conforme las embestidas, algunos rasguños aparecieron en la espalda del rubio al igual que algunos chupetones en la zona del cuello.
Sin importar cuánto tiempo hubiera pasado, los recuerdos y viejas sensaciones llenaron sus cuerpos.
Sus manos se mantuvieron entrelazadas al momento de llegar al tan preciado climax.
-Dios, te amo tanto -soltó el rubio mirándola a pesar de la oscuridad de la habitación.
Alexis estuvo a punto de soltarse a llorar al sentir un apretujon dentro de su pecho. Le hacía tan feliz escucharle decir lo mucho que la amaba, saber que todo lo que le había dicho cuando terminaron había Sido completamente falso. Se sentía feliz por primera vez luego de tanto tiempo sola, pensando que estaría mejor.
Y ella también lo amaba.
Aún se sentía un tanto desorientada por las emociones de las últimas horas, por lo que solo se limitó a esparcir besos por todo su rostro y finalizar en sus labios.
Termino por acomodar su cabeza en el hueco del cuello para dejarse abrazar antes de caer dormida.