-Ya te he dicho que estoy bien -sostuvo el teléfono entre su oreja y hombro mientras cargaba una caja hacia el comedor- solo estoy un poco cansada.
-Ya se que tienes mucho por hacer pero te he notado rara -se podía escuchar el sonido de microondas que Mark había puesto a funcionar-. Un poco decaída o distraída. ¿Segura que esta todo en orden?
-Claro que si, todo está tan bien como podría estar.
Excepto que hace días que no sabía nada de Dolly.
-Confiare en ti esta vez, pero si continuas asi comenzare a sospechar. No me gusta verte así.
-Gracias, Mark -sonrió débilmente aunque el chico no la estuviera viendo.
-¿Tienes planes para hoy? Siento que necesitas distraerte.
-Prefiero descansar, la verdad -agarró el celular con la mano y recargo su cadera en la orilla de la mesa- mi casa es un completo desorden y me gustaria limpiarla. Ya sabes, hacer limpieza también ayuda a la mente y luego recostarme. Mi cuerpo está exhausto.
-Oh, de acuerdo -sintió pena por lo desilucionado que se escuchaba pero no cambiaría sus planes- entonces supongo que podremos vernos luego.
-Claro, tal vez...-se escucharon golpeteos en la puerta-...espera un poco, están tocando la puerta.
Caminó descalza hasta la puerta principal. Se sorprendió de encontrar un repartidor detrás de ella, nunca había pedido nada y tampoco nunca le llegaba nada. Lo más extraño fue ver que el repartidor llevaba consigo un ramo de hortensias azules. Alejo el teléfono para que Mark no pudiera escuchar cuando le preguntaba al chico si estaba en la dirección correcta, luego de corroborar y firmar la hoja correspondiente, tomó el ramo y agradecio antes de entrar.
-¿Porque me mandaste flores? -volvió a tomar el celular luego de colocar las flores en un florero. Debía de admitir que que era un hermoso ramo pero no entendía porque se las había mandado.
-¿Flores? ¿De que estas hablando?
-Me acaban de entregar un ramo. ¿No fuiste tu? -buscó entre las flores hasta que encontró una nota. Con cuidado abrió el sobre y leyó las felicitaciones que tenía escrito, por último la forma.
Luke
-¿Acaso debería preocuparme porque alguien le mande flores a mi novia? -Mark se rió para aligerar la tensión que comenzaba a formarse, aunque Alexis notó que estaba molesto.
-Por supuesto que no -se rió de la misma manera- ya encontré la nota. Son del Arq. Samora, solo es un gesto de agradecimiento.
-En ese caso hablaré con él, no quiero que te conquiste -habló más relajado dando a entender que era una broma.
-Si, no queremos eso...tengo que irme. Te llamaré luego.
Colgó y el peso de la culpa se hizo más presente. No era mentira todo lo que había dicho. Su casa se había vuelto un desorden desde que Dolly no estaba, la primera noche había volcado todo lo posible con la esperanza de encontrarla y no lo había recogido.
Pero no planeaba estar en casa.
Su vista cayó sobre el calendario que tenia arriba de su escritorio. Ha pesar de no estar señalado, la fecha de su cumpleaños sobresalía para ella. O sabía si era mala o buena suerte que haya coincidido en fin de semana.
Seguí, se volvió hacia las flores mandadas por Luke.
La carta que traían no decía más que sus deseos por felicitarla por la fecha. Nunca se había decidido por una flor que fuera su favorita, pero no podía negar que aquella hortensias tenían un bello encanto. Las tomó, y las colocó junto a la ventana para que recibieran el sol matutino. Las cuidaría lo mejor que pudiera para que perduraran lo más posible.
