-¿Puedo saber que fue eso?
-Nada importante -le dió la espalda y regreso a su escritorio.
-¿Nada importante? A mí me parecía que había mucha tensión entre ustedes -dijo burlón aunque su mirada no demostraba lo mismo- ¿Lo conoces?
-No, no -contesto de manera apresurada- solo vino a consultar unas cosas. Nada importante.
Sin prestarle demasiada atención, comenzó a buscar cualquier cosa en la computadora para entretenerse. Trataba de convencerse a sí misma de que no era nada importante la visita de Luke, no le daría la importancia que no merece.
-¿De acuerdo? -aun un poco dudoso a lo que la castaña decía, se acercó a su escritorio y dejo las carpetas encima- ¿Puedes ayudarme? Tengo junta ahora.
-Claro -trato de sonreír con normalidad.
-Gracias, eres la mejor -sonrió y se fue.
Estaba acostumbrada a que siempre le dijera algún "halago" cada vez que se veían, pero nunca lo había dicho tan secamente como ahora. No quería pensar que tenía que ver con la visita de Luke, la cual aún no podía asimilar del todo.
¿Cómo se había atrevido a presentarse de esa manera luego de tanto tiempo?
Estaba sorprendida de como había llevado la situación, en su mente ella se imaginaba desmayada en el suelo pero había sido fuerte y le había dicho algunas cosas de tantas que siempre le había querido decir. Esperaba que eso fuera suficiente para dejarla en paz pero cuando se despidió, le aseguró que no se daría por vencido. Lo dijo y luego la beso.
Maldición
Inconsciente llevo su mano a la mejilla. Aún podía sentir el cosquilleo que había dejado aquel beso que no esperaba. Algunos recuerdos vinieron a su mente sin poder controlarlo, suspiro profundo y volvió a bloquearlos. No quería echarse a llorar en la oficina. No lo haría.
Había enterrado el recuerdo de Luke hace mucho tiempo y así seguiría. No importaba su visita o su estancia en la ciudad.
Al notar que comenzaba a mover su pierna con nerviosismo, buscó su bolso para sacar el pequeño tubo naranja. Sacó un par de pastillas y las tomo agradecida de que Mark no estuviera presente. No quería dar explicaciones de nada. Esperó unos minutos y volvió a trabajar.Horas después se levantó dispuesta a ir en busca de comida. Había estado sentada todo el día y el único momento en que podía estirar las piernas era al ir a comer. Tomó su bolso y camino hacia la salida, revisaba los mensajes de su celular cuando abrió la puerta y sintió el frío aire contra su cuerpo.
Apenas dio dos pasos cuando alzó su mirada, encontró un auto estacionado frente al despacho y a Luke recargado en el. Dió media vuelta rápidamente y volvió a ingresar.
-Maldicion -caminó hasta llegar al escritorio de la entrada- Hola, Martha.
-Hola, querida. Creí que irías a comer.
-Eso pensé pero prefiero pedir algo desde aquí -la vio asentir y regresar a su trabajo en la computadora- ¿Recuerdas al chico que vino hace unas horas? ¿Alto y rubio?
-¡Claro! Era muy guapo -dijo tratando de mandarle una señal.
-Claro -contestó tratando ignorar su comentario- si vuelve a venir evita que entre. Llama a seguridad si no hace caso ¿Puedes?
-¿Que? ¿Lo conoces? ¿Te hizo algo? -la inspeccionó alarmada por su petición.
-No, no lo conocía -dijo amargamente- tampoco hizo nada solo no somos lo que busca. Prefiero evitar problemas. ¿Si?