Detrás de una sonrisa

Capítulo VI

Damián

El sol comienza a salir en el horizonte y algo nace entre ellos...

Me gustaba platicar con Kira. Era una chica bastante lista y tenía una opinión acertada en cualquier tipo de temas. Nuestras conversaciones las dejábamos en pausa y cuando nos encontrábamos la retomábamos justo donde la habíamos dejado. Era lo que me gustaba. Era básicamente nuestra rutina diaria.

Cerca de las dos semanas que llevábamos con nuestra rutina conocía casi todo, excepto mis más oscuros secretos, para los cuales ella todavía no estaba preparada para afrontarlos y yo no estaba listo para contárselos.

Nunca había tenido una amiga en mi vida, Kira era la primera y lo fue en muchos de los sentidos. Me gustaba tenerla de amiga, daba muy buenos consejos, además era bueno tener otra perspectiva de las pláticas de las cuales tenía con los chicos.

Ninguno de los chicos sabía que éramos amigos, porque pensarían que estaba tratando de seducirla, pero lo cierto era que en verdad me gustaba ser su amigo y no pensaba de esa manera sobre ella, no más. Tenía que admitir que al principio si quería hacerlo, pero luego la conocí y no quise perderla de mi vida.

Todo iba de manera perfecta, hasta que Samuel me vio con ella platicando cuando salía de su trabajo. Fue prudente y no se acercó, pero si me reclamó al día siguiente que nos vimos en la escuela.

Estaba en la sala de ensayos, afinando mi guitarra, cuando él entró azotando la puerta.

—Dijiste que no ibas a seducirla—me reclamó

—Y no lo hago, sólo somos amigos.

Me miró incrédulo.

—Sí, claro—bufó —a otro perro con ese hueso

—Aunque no lo creas solamente hay una gran amistad— respiré profundo, exhalé y pasé mi manos por mi cabello.

— ¿Y ya le dijiste toda la mierda que hay detrás de Damián?— odiaba que se refiriera a mi vida con esa palabra.

—No toda—seguí afinando la guitarra —Sabes que nunca cuento mi mierda, así como te refieres a mi vida—expresé molesto —a cualquiera a menos que sepa que se quedara. Y ella mi querido amigo, todavía no está lista para saberlo.

Se sentó frente a mí

— ¿Por qué estas tan molesto? —le pregunté dejando la guitarra de lado.

—Se ve que es una chica demasiado dulce, tierna e ingenua. No es como las otras chicas a las que estas acostumbrado, Damián y me temo que uno de los dos pueda salir lastimado y ese no serás tú.

— ¿Crees que no lo sé? Ella tampoco saldrá lastimada, porque sólo somos amigos.

—De hecho estuve pensando en preséntasela a los chicos de la banda.

Rió

—Prepárate para la verdadera encrucijada, ellos los comerán vivos.

—Lo sé, pero si ella es mi amiga, es justo que los conozca.

Comenzaron a llegar los demás chicos

— ¿Qué tanto platican, comadres? —comentó Yang cuando llegó

—Damián necesita decirnos algo a todos

Lo desaprobé con la mirada.

— ¿Qué pasa? —preguntó Raymond

— ¿Por qué tan serios?, ¿alguien murió? —intervino Oliver

—Damián nos dirá algo—explicó Yang