Capítulo XXI

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Kira

Decisiones

Después de lo que pasó con Samuel, le pedí que no le dijera a nadie de la banda lo que había pasado entre nosotros. Se los diríamos, pero a su tiempo.

Dejé pasar cerca de un mes, para poder pensar con claridad lo que sentía por Damián. Así que tomé mi teléfono y le mandé un mensaje de texto.

"¿Qué nos ha pasado? Solíamos hacer cosas juntos"

Esperé unos minutos, pero no respondió, así que le mandé un segundo mensaje, completando ese.

"Creí que nunca lo diría, pero le haces falta a mi vida, eres parte de ella ahora"

Me hacía falta escuchar su voz, sus majaderos chistes, que muchas de las veces no eran graciosos, y ver su estúpida sonrisa con sus hermosos ojos.

Recibí su respuesta

"Necesito saber de ti, ¿Qué has hecho con tu vida?, necesito verte para platicar, ¿qué te parece en el parque que está cerca de tu trabajo?"

Respondí de inmediato

"Está bien, nos vemos a las 5:00pm"

"Ahí estaré"

Respondió

Ese sería mi último día en el restaurante, ya que era mi último semestre de la escuela y era dedicado para realizar prácticas en alguna empresa. El profesor Cabrera me recomendó en la mejor editorial de la ciudad, así que ahí haría mis prácticas, en el área de edición. Cuando le dije a Javier me felicitó, él sabía que no trabajaría para siempre ahí y lo tomó de la mejor manera. Al salir me despedí de todos, era difícil dejar un lugar que fue parte de ti por tantos años.

Caminé hasta el parque y ahí lo vi sentado en una banca, con el semblante entristecido, pensativo, observando a todos los que pasaban. Su cabello estaba desarreglado, como la mayoría del tiempo y traía jeans azules, una de sus típicas camisas beisboleras y sus converse blancos.

—Hola —lo abracé — ¿Cómo estás?— había extrañado sus abrazos.

Me abrazó con fuerza, como si necesitara asegurarse de que fuera real.

— ¿Qué tal te va con Samuel?, ¿te trata bien? Si no es el caso, eso se puede arreglar

—Ja—dije entre dientes, nadie sabía lo que pasó entre él y yo.

— ¿Cómo has estado? —sonrió

—Ocupada con la escuela y el trabajo—respondí

—Sí, lo entiendo y ahora Samuel.

Cambié de tema

—Hoy fue mi último día de trabajo. Entraré a una editorial a hacer prácticas por parte de la escuela.

—Eso es una noticia estupenda—sonrió —Ya estando dentro, probablemente sea más fácil para que publiques algo

Medio sonreí

— ¿Quieres caminar?— le pregunté. Necesitaba refrescar mis ideas un poco

—Claro.

Comenzamos a caminar por el parque, era enorme.

— ¿Cómo te fue al día siguiente después de la fiesta? Samuel me dijo que durmió contigo y que no te fue nada bien, que traías un dolor de cabeza terrible ¿recuerdas lo que me dijiste ese día? —le pregunté

Asintió

—Te dije que quería estar solo—respondió—Aún recuerdo lo último que me dijiste, todos tenemos una mierda que queremos ocultar.

Respiré profundo y exhalé. Y estar enamorada de él, era la mía.

—Iré al punto. La razón por la cual me alejé fue para pensar en nosotros y entendí que no puedo vivir alejada de ti. Es difícil de explicar—me detuve— tú representas lo incontrolable de mi vida, eres tan impredecible que no sé cómo actuarás o qué dirás minutos después— respiré profundo —Pero así te quiero

Le acababa de confesar que lo quería, pero al no ver reacción por parte de él, continué

—Pero así te quiero, como mi mejor amigo—añadí —No quiero perderte Damián.

Él me abrazó con fuerza.

—Yo tampoco quiero hacerlo, Kira.

— ¿Volvemos a nuestra rutina de antes?

Asintió

Detrás de una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora