Capítulo XVI

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Damián

La llevó tatuada hasta en la piel

Casi para final de mes, decidí ir a cobrar el regalo que Kira me había dado. No fui antes, porque no sabía que tatuaje hacerme y quería que fuera algo significativo para mí, como lo fue mi primer tatuaje, así que después de pensarlo mucho, supe que hacerme.

Llegué al local que estaba en el centro comercial.

—Buenas tardes, joven. ¿En qué le puedo ayudar?

Saqué el papel del bolsillo de mis jeans y se lo mostré. Él hombre de unos cuarenta años me miró y después sonrió.

—Pensé que nunca vendrías. Tengo todo el mes con la curiosidad de saber quién era el chico para el que hice esto.

Entonces imaginé todo el posible drama que Kira, debió de haber hecho.

Reí

— ¿Qué fue lo que le dijo?

—Llegó desesperada, se miraba cansada de buscar ese regalo ideal, para el chico.

Lo miré fijamente

— ¿Qué es lo que te harás?

—Quiero en esta parte—toqué la parte izquierda de mi pecho—el número 2011 en romanos— Escogí ese número, porque fue el año en el que nos conocimos.

—Excelente

—Y también quiero esto— señalé una imagen que tenía en la pared— si no entra en el paquete yo lo pago.

—Sabes, pensé que te tatuarías la cara de tu chica.

—Ella no es mi chica— respondí a la defensiva

— ¿Terminaron?

—Nunca fuimos novios—arqueé una ceja

Entonces me miró como si hubiera sido timado.

—Hubiera jurado que sí.

Me pasó a un cuarto, en donde tenía todo el instrumental, me sentó en una silla, que estaba bastante cómoda y ahí comenzó a trabajar. Pasó cerca de una hora y terminó de grabar los números romanos, MMXI.

— ¿Dónde quieres el otro?

Señalé la parte derecha de mi abdomen

— ¿Estás seguro?

Asentí

— ¿Qué tan grande lo quieres?

Señalé una cuarta

Y comenzó a trabajar. Cuando terminó pude admirar mis nuevos tatuajes sobre mi cuerpo. Los números romanos los notaria con facilidad cuando usara mis típicas camisas de los conciertos, pero el faro, no y ese era el punto. Sí, me había tatuado un faro, era uno de los tatuajes de faros más complejos, pero más bellos que jamás vi en mi vida. Y eso era Kira para mí. Era una luz en toda esa oscuridad, era la más bella persona que jamás conoceré, pero también era una de las más complejas, porque todo lo que tenía que ver con ella, era complicado.

—Gracias— le comenté al encargado

Él asintió

—Sobre los cuidados, no tengo que decirte mucho. Ya los debes de conocer—miró mi primer tatuaje.

Asentí

—Supongo que no han cambiado

Reí

Salí del local con un recuerdo de ella en la piel, tal vez así sería más fácil dejarla ir, ya que siempre llevaría algo de ella conmigo. Pasará lo que pasará la llevaba grabada no solo en mi cabeza y corazón, sino, en la piel. 

Detrás de una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora