Capítulo VII

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Damián

Será nuestro secreto

Ese mismo día cuando nos encontramos a la salida de su trabajo me di a la tarea de investigar sobre alguna relación pasada, para ver que esperanzas podía tener Samuel.

Me di cuenta que Kira sabía de mis relaciones pasadas, no de mis líos de una noche, pero sí de mis ex novias, pero cuando pasábamos hacia el plano sentimental en su vida cambiaba rápidamente de tema.

— ¿Qué te parecieron mis amigos? —pregunté, ya íbamos en el bus de regreso a nuestras casas.

—Son divertidos. Se ve que en sus ensayos se la pasan riendo

—También peleamos, pero siempre nos perdonamos. Esos chicos son mi familia por elección.

—Lo que no te he preguntado es cómo se llama la banda

—Spring Out

— ¿Spring Out?

—Un nombre en ingles siempre funciona mejor.

Ella rió

— ¿Por qué se llaman Spring Out? —preguntó curiosa

—Cuando nos conocimos los cinco, fue en una clase de música clásica, sólo para avanzados, personas que tocaban algún instrumento de viento, percusión o cuerda y formaron una orquesta.

—Y déjame adivinar. Una de las actividades fue interpretar alguna de las cuatro estaciones de Vivaldi— sonó muy convencida

Asentí

—Entonces creo que sabes que estación nos tocó.

—Primavera—respondió segura.

—No, fue verano—expresé en tono de broma —Sí, fue primavera. Nos gustó tanto como sonamos juntos que Samuel y yo, les platicamos que desde niños él y yo queríamos formar una banda, así que los invitamos. Al principio fue divertido porque lo hacíamos por simple hobbie, pero después nos sentamos a replanteamos el hecho de ser una banda y el rumbo que estábamos tomando. Así fue como quedamos sólo cuatro. Samuel, Oliver, Yang y yo. Ray sigue siendo parte de la banda, aunque no toque con nosotros, porque fue él quien nos consiguió el contrato en el bar.

— ¿Por qué decidieron replantear ser una banda?, ¿qué fue lo que no estaba funcionando?

—Conforme avanzamos en nuestra carrera vimos cual queríamos que fuera nuestro futuro como egresados.

—Nos gusta ser una banda, pero si esto no funciona todos tenemos un plan b.

— ¿Cuál es tu plan b?

—Especializarme en ingeniería musical

Ella me miró sorprendida

— ¿Quién crees que arma los demos?

— ¿Cuánto tiempo le darán a la banda antes de poner en marcha su plan b?

—No lo sé. Nunca lo hemos platicado. Tal vez unos dos años después de graduarnos— sonreí— bastantes preguntas sobre mí, ahora cambiemos de persona.

Ella puso los ojos en blanco

— ¿Qué quieres saber de mí?

— ¿Has tenido novio?

—Como insistes con esas preguntas— dijo a regañadientes.

Usualmente siempre cambiaba de tema cuando le preguntaba, así que esperaba que lo hiciera, pero no lo hizo.

—No—respondió mirando hacia la ventana. Creí que me ignoraría todo el camino a partir de ese punto, pero no. Sólo estuvo en silencio por unos segundos mirando hacia la nada, como si recordara algo. Me gustaba verla cuando hacía eso, se miraba tan tierna, cuando se ponía pensativa y el aire fresco le revoloteaba su cabello, el cual, por lo regular, siempre llevaba suelto o en una media coleta.

—Ni siquiera he dado mi primer beso— volteó hacia mí

Reí, creí que estaba bromeando.

Pero ella se puso seria.

Entonces, no podía esperar a que no fuera virgen

—Entonces ni se diga lo otro—se me escapó

— ¿A qué te refieres con lo otro?

—Bueno a...—hice una pausa no sabía cómo decírselo sin que se levantara y se fuera enojada — ya sabes— hice unos gestos raros.

Me miró sorprendida, pero supo a lo que me refería. No dijo nada, sólo se quedó seria. Se levantó y con la mano me hizo una seña para que la dejara pasar. Me moví de lugar, ella se paró, tocó el timbre del bus y se bajó de él. Al ver esto, también hice lo mismo. Ya que todavía no era su parada. Seguramente estaba enojada, pero no lo demostró en ningún momento.

—Espera— grité cuando me bajé

Ella fingió no escucharme y siguió caminando hasta que la tomé del brazo con fuerza.

—Espera, ¿qué te pasa?

—Sé lo que estas pensado—expresó al mirarme a los ojos fijamente —que chica tan patética por no haber tenido un novio y no haber besado a un chico.

La miré con ternura

—Nunca he sentido la necesidad de tener un novio—se sinceró —Siempre he estado tan enfocada en mis estudios y mis hobbies que nunca me importó no tenerlo. Mientras mis compañeras tenían la experiencia de sus primeros novios y perdían su virginidad, yo aprendía idiomas, leía y escribía mis primeras composiciones literarias— la solté

—Me parece sorprendente que tú, una romántica empedernida, no hayas tenido todavía tu historia de amor. Tenía una ligera sospecha de que no hubieras tenido algún novio, pero nunca me habría pasado por la mente que no hubieras dado tu primer beso.

—Ya lo habría dado si hubiera tenido la oportunidad— se volteó y siguió caminando. Dio tres pasos y se paró. Se giró hacia mí. Me miró con ojos inexpresivos, pero cargados con un brillo que lo decían todo—Dámelo— me dijo

— ¿Qué quieres que te dé? — me hice el desentendido, pero supe con exactitud lo que quería.

—Bésame—exigió

— ¿Estás segura? —le pregunté —el primer beso es lo más impor...— pero ella me interrumpió

—Bésame. No importa

Ella se quedó parada, con los ojos cerrados, esperando a que la besara. Al no ver respuesta, abrió los ojos y siguió caminando

—Sabía que no me lo darías, sabía que no me ibas a besar.

—No puedo, Kira. No es correcto

Por más que quisiera besarla, no podía hacerle eso a Samuel. Recordé lo que me dijo. Alguno de los dos saldrá lastimado y ese no serás tú.

—No es la gran cosa. Ya te dije, no estoy enamorada de ti, tampoco quiero ser tu novia, ni casarme contigo. Sólo quiero no ser tan sosa en algo. Quiero saber lo que se siente besar a un chico y no entrar en pánico, cuando llegue el día en que tenga que hacerlo. Que mejor, que mi mejor amigo, para tener el privilegio.

Me miró con ternura, pero al ver que no tenía respuesta siguió caminando. Dio tres pasos, cuando la tomé de la mano y la acerqué a mí. La besé, ella colocó sus manos detrás de mi cuello y comenzó a jugar con mi cabello. ¡Diablos! Fue uno de los mejores besos que di en mi vida, fue tierno y lo que sentí, no podía compararlo con nada. Hace tiempo hubiera matado por haberle dado ese beso, pero lo que sentí después fueron remordimientos, los cuales ella desvaneció cuando habló.

— ¿Qué tal tu primer beso? —le pregunté—Todas mis chicas dicen que soy un gran besador.

Actuó indiferente

—Tanto esperar para esto— expresó de manera fría. —De haber sabido que así era besar, lo hubiera dado desde hace mucho tiempo —me dio tres palmadas en el hombro —imagino que debe ser porque no hubo amor de por medio— siguió caminando

— ¿Kira? —le grité

Ella se volteó

—No te preocupes, nadie sabrá—respondió —Será nuestro pequeño secreto— se giró y siguió caminando. 

Detrás de una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora