Capítulo XIII

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Damián

Aprender a dejar ir

Sabía que dejar ir a Kira, sería difícil, porque aunque estuviera enamorado de ella, era mi mejor amiga y no podía dejarle de hablar de un día para otro. Éramos tan cercanos que simplemente sería extraño no vernos. Así que la seguí tratando como siempre.

Se aproximaba su cumpleaños, así que los chicos y yo decidimos llevarla al bar y festejar su cumpleaños, con una fiesta sólo para nosotros. Ella pensaba que no sabía cuando era, pero estaba muy equivocada. Un día por curiosidad miré su credencial de elector y supe cuando era su cumpleaños y desde entonces lo llevaba presente, 16 de julio.

Su cumpleaños caía lunes, por lo que decidimos invitarla al bar el día domingo, así cuando dieran las doce le cantaríamos las mañanitas, muy a nuestro estilo.

Cuando llegué a su casa, a recogerla, su madre me abrió la puerta.

—Buenas tardes, Dra. Farías

—Hola, Damián— me saludó —pasa

Entré y ella me señaló hacia el sofá para que me sentara.

—Kira, baja en un momento.

Ella sabía de nuestros planes y nos apoyaba, ya que a Kira no le gustaba festejar su cumpleaños.

—Pensé que Samuel vendría por ella.

—Él fue a recoger el pastel, así que yo viene por ella.

Al parecer le agradaba la idea de que Samuel estuviera interesado en Kira.

Al voltear hacia las escaleras, pude ver a Kira. Ella venía bajando, usaba un vestido negro con flores amarillas, era largo, y tenía una abertura que le llevaba un poco más arriba de la rodilla. Usaba unas zapatillas que hacían juego con el vestido, traía como de costumbre su cabello suelto, pero esta vez lacio. Se veía hermosa. Al verme sonrió. Llevaba una pequeña mochila.

—¿Nos vamos?

Asentí

—Fue un gusto verla, Dra. Farías— estreché su mano.

—Conduce con cuidado—me dijo

Salí de su casa. Kira se quedó platicando con su madre y a los dos minutos salió. La ayudé a subirse al Jeep y nos fuimos con rumbo al bar.

— ¿Qué traes en tu mochila? —le pregunté

Ella la abrió y me mostró sus usuales tenis de color blanco.

—Mujer precavida vale por dos—sonrió —Por lo regular me canso con estas zapatillas, así que siempre tengo que traer unos zapatos de piso conmigo.

—Por qué simplemente no usas zapatos bajos.

—Quiero verme elegante en mi fiesta sorpresa de cumpleaños.

Cómo lo sabía. Reí para disimular

— ¿Qué estás diciendo?

—Sé que me planearon una fiesta sorpresa en el bar— sonrió muy segura.

—Kira, está es una presentación cualquiera. De hecho, creo que un grupo de diez personas reservó para festejar un cumpleaños.

La miré haciéndome el desentendido

—Por cierto, ¿Cuándo es tu cumpleaños?

—Ya pasó— mintió

— ¿Por qué no me dijiste?

—No me gusta celebrar mi cumpleaños, es una fecha cualquiera para mí.

— ¿Trajiste tu cámara?

Detrás de una sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora