Lan WangJi lo observó reír de forma franca y deliciosa, y descubrió que cada vez le costaba más mantener el control de sus emociones y su estúpido corazón siempre frío y sereno. Los ojos de Wei WuXian se arrugaban en las esquinas deformando su rostro de forma ridícula, pero encantadora. Al notarlo palideció. Su cabeza otra vez le había jugado una mala pasada.
Internamente debería estar preguntándose molesto, ¿de que se ríe este chico? Habría sido lo normal, pero su mente se había centrado en una sola frase...'su sonrisa es hermosa'.
Algo definitivamente estaba mal con él.
¿Siempre que se sorprendía había latido su corazón así de salvaje? No lo recordaba.
Quizá el breve ataque de pánico que sufrió el chico lo afectó también. ¿Uno puede contagiarse de esas cosas?, lo consideró seriamente. Tenía que ser eso, no encontraba otra explicación. En realidad, no quería que fuera otra cosa.
— ¿Qué es tan gracioso?— preguntó con brusquedad.
Wei WuXian de súbito apagó su risa, como si Lan Zhan hubiera vertido sobre su cabeza una jarra de agua helada. Ni siquiera un rastro diminuto de su sonrisa quedó en sus labios. Su jefe lo estaba mirando fijamente de una manera extraña y para nada amigable. Esa mirada lo estaba comenzando a poner extremadamente nervioso.
De pronto la inestabilidad de las emociones de Lan WangJi, ya no le parecía divertido.
La mirada del chico era tan jodidamente gélida que casi parecía que podía congelar el aire circundante. Wei WuXian odiaba las cambios bruscos y la actitud de Lan WangJi se había transformado completamente en apenas una fracción de segundo. Ante sus ojos y para su absoluta incredulidad, se volvió distante y mortalmente frío como el hielo. Sintió una ansiedad desconocida golpearle el corazón. No le gustaba este lado del chico. Lo miraba como si sintiera un profundo rencor y desconfianza. Como si estuviera infinitamente enojado con él por alguna cosa que Wei Ying no podía llegar a comprender. No le agradaba. Hacía que le escocieran y humedecieran los ojos sin poderlo evitar. Apretó los puños fuertemente, porque dolía. Dolía mucho.
Negó torpemente a la pregunta del chico y evitó sus ojos por un largo tiempo.
Tenía un fuerte nudo en el pecho que le oprimía sin piedad el corazón, y no entendía exactamente porqué.
Casi media hora más tarde, el aparato no daba señales de querer funcionar y dentro el silencio era tan dominante y desquiciante que ya no sabía que hacer. Ninguno de los dos se movió de su sitio y ambos permanecían totalmente perdidos en sus propios pensamientos.
Sin saber que sus propios pensamientos le correspondían al otro.
Sin embargo, dentro del elevador solo podía sentirse, entre ellos y en el ambiente, una brecha incómoda de frialdad que los separaba cada vez más. Hasta casi resultar insoportable.
De repente el ascensor dio una violenta sacudida, que hizo gritar con fuerza a Wei WuXian.
Su ataque de ansiedad regresó con todas sus fuerzas y se volvió más poderoso que antes. El aire le faltaba haciéndole hiperventilar violentamente y casi de inmediato comenzó a temblar sin control.
Lan WangJi estaba aterrado y se sentía impotente, pero una vez más no dudó.
Se agachó a su lado, poniéndose a su altura y volvió a tomar el rostro del chico entre sus manos. Creía que lo mejor era que centrara toda su atención en él. Aunque no confiara y le desagradara su contacto. Hizo una mueca al recordar, pero sacudió los pensamientos y se concentró en Wei WuXian, que tenía los ojos fuertemente cerrados.
— Quiero que me mires...
El chico negó.
— ¿Por qué no?— preguntó confundido.
— Porque estás enojado conmigo —dijo simplemente y se le estrujó el corazón.
Lan WangJi se estremeció de forma violenta. ¿Esa era la impresión que le daba?
— No lo estoy
Wei Ying asintió quedo. ¿Cómo podía decir que no, si su ceño se había fruncido tanto que parecían dos líneas duras y las arrugas en su entrecejo parecía que podrían durar por siempre si se forzaban solo un poco más?
— No estoy enojado contigo, puedes creerme.
Sólo estoy frustrado conmigo mismo, realmente no tienes nada que ver con ello, pensó débil, pero supo que jamás lo diría en voz alta. El chico no tenía porqué saber que al parecer mantenía con una sola sonrisa el control absoluto sobre sus emociones.
Wei WuXian pareció suavizar su postura.
Con un inquieto aleteo de sus pestañas, finalmente abrió sus ojos. Estaban algo húmedos y cristalinos, como si fuera a romper a llorar en cualquier momento, y eso a Lan WangJi le dolió. Fue como si su corazón fuera atravesado por una fina aguja.
— ¿De verdad no estás enojado?— preguntó inseguro y las piernas de WangJi se debilitaron momentáneamente.
¿Qué en la tierra tenía este chico que le generaba tales reacciones?
— De verdad.
Wei Ying pensó que en realidad no había hecho nada para que se enojara, ¿no era cierto?
Sin embargo, enrojeció ligeramente recordando, por un estúpido momento, el haber escuchado esa conversación totalmente íntima, y esa confesión de Lan Zhan a su interlocutor, donde decía que había reaccionado con una furiosa erección tras su mirada lasciva, y aquello todavía hacía que su piel se erizara. Negó fervientemente de manera interna a todas las imágenes incorrectas que pasaron por su mente en un micro-segundo.
— ¿Estás mejor? —preguntó WangJi con preocupación, aún más al verlo perderse unos momentos y descubrir que su rostro se distorsionó con una expresión extraña y sus mejillas se llenaron de color repentinamente.
¿Tendría fiebre quizás?
El elevador volvió a sacudirse con fuerza y Wei WuXian se abrazó aterrado a Lan WangJi sin siquiera dudar. Aunque se apartó rápidamente al notar su pequeño desliz, desvió su mirada y se disculpó por haber actuado torpemente una vez más. Sin embargo, aquella acción fugaz había despertado algo en Lan Zhan. Algo profundo e intenso.
Lan WangJi lo tomó de la barbilla súbitamente, haciendo que sus ojos se volvieran a encontrar.
Pero Wei Ying sentía que algo iba mal.
Los ojos de Lan Zhan estaban más oscuros, ligeramente dilatados. Su actual mirada no era lo que se dice intimidante, pero para ser sincero podía causar un profundo temor en él. Tenía un dominio y un poder sobre él que era condenadamente aterrador.
Wei WuXian sintió acelerarse su pulso de forma errática y se dio cuenta que no podía despegar la mirada de esos ojos penetrantes. Estaba inmovilizado, por el temor y por algo mucho más fuerte, algo más importante. Sentía el cuerpo débil y su respiración se volvió superficial y pesada. No pudo evitarlo. No quiso hacerlo tampoco.
Lan WangJi acortó la distancia que los separaba y rozó sus labios de forma suave. Ambos cerraron sus ojos instintivamente y Wei WuXian sintió los cálidos labios del chico moverse lento sobre los suyos, dibujando trazos húmedos sobre su boca, en un beso dulce y delicado, al que respondió con la misma lentitud y ternura con la que el chico, inconscientemente, se estaba entregando.
Olvidando por un aterrador momento donde estaban. Olvidando la situación descabellada en la que se encontraban. Olvidando el miedo en todas sus formas e incluso las consecuencias de sus actos.
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Caos en la oficina
FanfictionLan WangJi nunca creyó que un par de colapsos accidentales pudieran poner su mundo de cabeza, pero el destino tiene formas raras de jugar bromas, y WangJi lo va a descubrir de la manera más inesperada.