En la mañana del tercer día, luego de que Lan Zhan abandonara su cálida cama apresuradamente para viajar al otro lado del mundo, Wei WuXian se despertó con el insistente y molesto sonido de su móvil que taladraba su cabeza.
Dormido y malhumorado respondió brusco, sin siquiera echar un vistazo para ver quién era. Por eso, se sorprendió al oír del otro lado de la línea la grave, sensual y serena voz de su jefe.
— Creo que te desperté— murmuró suave y Wei Ying quiso ahogarse y morir entre los cobertores. Casi podía sentir la profunda mirada llena de diversión que brillaba maliciosamente en sus claros ojos, aún sin necesidad de verlo.
— Lo hiciste... —farfulló adormilado y algo contrariado— pero me alegra oír tu voz.
Sintió su largo suspiro contenido y Wei WuXian cerró sus ojos. Así, con sus ojos cerrados y toda la atención puesta en él, quizá podría sentirlo más cerca.
— Sabía que debía llamar más tarde para no incomodarte —masculló Lan WangJi con la voz aún más suave—. Sin embargo, mis manos estaban inquietas y cuando quise darme cuenta, tenía el móvil el mi oído esperando oírte...
Wei Ying se desperezó de forma lenta y sus labios se curvaron en una sincera y bonita sonrisa. No le importaría en lo más mínimo ser despertado siempre de esta forma.
— ¿Cuándo volverás?— la pregunta se escapó de sus labios antes de siquiera poder retenerla.
Se hizo una larga y tensa pausa.
— Yo... no lo sé aún— dijo extrañamente apesadumbrado. Al parecer las cosas realmente no estaban yendo del todo bien allí, y Wei WuXian sintió algo pesado en la boca del estómago que subía lentamente y sin detenerse hasta su pecho. Tenía que soltarlo, no quería que se quede atorado en su garganta como las miles de cosas que cruzaban en su mente y no se atrevía a decir.
— ¿Lan Zhan?
— ¿Mmmn?
— Te extraño...
A Lan WangJi se le hicieron las palabras más hermosas que jamás haya oído y el tono en el que se las dijo... temeroso y tan débil que casi parecían haberse deslizado sin consentimiento de entre sus labios, inhaló lentamente, estaba tan malditamente lejos. Quería besarlo. Quería aferrarse a sus brazos y no soltarlo más.
Su corazón se apretaba con fuerza en su pecho y latía locamente desenfrenado. Llevó inconscientemente una mano sobre él, temiendo que pueda salirse.
— Dilo una vez más
Su voz sonó varios tonos más ronco y francamente afectado.
—Lan Zhan... realmente, realmente te extraño
Se estremeció. Lo sintió como una caricia auditiva tan especial y tan aterradora. ¿Una persona podía tener estos sentimientos tan endiabladamente profundos en tan poco tiempo?
— Wei Ying...
Solo dijo su nombre y Wei WuXian sentía que podría explotar. Había tanto contenido en esa simple palabra que lo dejó entumecido.
— Creo que voy a volverme loco —musitó Wei Ying— ¿Sabes a cuánta distancia estamos? Estás tan lejos y yo aquí sintiendo unos infinitos deseos de besarte, de tocarte... de sentirte mío. Wei WuXian seguidamente soltó un involuntario gemido. La voz cargada de su jefe estaba haciendo estragos con su sensible cuerpo. Su piel cosquilleaba y sus entrañas se retorcían dulcemente.
¿Cuándo se acostumbraría a todas estas reacciones?
— Wei Ying tu has...
Lan Zhan fue incapaz de contenerse al oírlo gemir deliciosamente contra su oído y soltó, también, un gemido inestable, que Wei Ying de inmediato sintió e hizo que todo su mundo diera vueltas.
— ¿Realmente estas tratando de matarme? Dime que eso no fue un sexy gemido que se escapó de tu boca, dime que sólo fue producto de mi desesperada imaginación... —replicó de inmediato.
Lan WangJi se tapó el rostro con el brazo. Sus orejas se tornaron en segundos de un brillante carmesí, pero no respondió.
— Lo fue, maldita sea... ¿es que acaso escuchas las cosas que me sueltas sin más? —Wei WuXian soltó una risita suave—. Dime, ¿qué estabas haciendo antes de llamar tan inesperadamente temprano?
«Tomaba un baño, y pensaba en ti... ¿sabes? el baño de este hotel tiene muchos y gigantescos espejos, te complacerá saber que las heridas de tus uñas en mis glúteos aún no se han ido. Recuerdo el momento exacto en el que se clavaron en mi piel exigiendo por más...» todo aquello pasó por su cabeza fugazmente, pero era imposible descubrirlo en su expresión. Solo un ligero temblor en sus pestañas delataban su perplejidad.
— Pensaba en ti —dijo simplemente, pero su voz sonaba inestable.
A miles de kilómetros las sensuales palabras se colaron por el cuerpo de Wei WuXian, calentando su sangre y enviando corrientazos de exquisito placer a sus partes bajas. ¿Cómo es que de manera tan simple lograba excitarlo de ese jodido modo?
Lan Zhan se tendió sobre la cama, las sedosas sabanas acariciaron frías la desnudez de su espalda y suspiró. Recordó con ese sencillo toque las manos frías e inquietas de Wei Ying que tenían el don de encontrar zonas en su cuerpo que lo hacían temblar, recordó también los atrevidos movimientos del chico sobre y bajo su cuerpo, y el sonido de sus benditos jadeos que aún hacían eco en sus oídos y su mente se nubló.
Su piel ardía. Sus palpitaciones se aceleraron y su respiración se volvió superficial.
Desanudó con suavidad la toalla que se apretaba sutilmente en su entrepierna debido a su furiosa erección.
— Wei Ying... —dijo en un excitado gruñido.
La desvergonzada sensación de ser consumido por su voz a Wei WuXian le quitó el aire, y se sintió algo culpable por sentir su palpitante y erecto miembro hacer presión contra la tela de su pijama.
— Lan Zhan... estoy duro. ¿Po- podríamos...?— murmuró en un ahogado jadeo mientras bajaba la prenda cuidadosa y lentamente—. No escondas tu voz... quiero oírte— pidió ronco.
Lan WangJi en otro momento no habría accedido a algo así, pero la voz de Wei Ying presionaba en sus oídos gimiendo dulcemente y algo dentro se encendió, no pudo contener la ansiedad de sus manos que pasearon por su aún húmedo abdomen por el reciente baño, bajó y quitó sin miramientos la única prenda que vestía. Su arqueado pene esperaba expectante el roce de sus dedos que no tardó en llegar.
Los duros y descontrolados movimientos arriba y abajo, lo hacían gemir quedamente y la voz entrecortada y jadeante de Wei Ying imitando sus acciones lo descolocaba.
— ¿Lan Zhan?..
El susurro de su nombre lo tomó desprevenido y casi maldijo al sentir su miembro reaccionar al chico.
— ¿Mmmn?
— Yo...
No pudo continuar.
Wei WuXian se arqueó con fuerza y se descargó violentamente en su mano, olvidando por un momento lo que quería decir. Aún más al oír el erótico rugido de Lan WangJi al correrse segundos después de él.
Sus sentidos se perdieron así como sus desenfrenados latidos y su exaltada respiración.
Ambos permanecieron unos momentos en silencio recuperando el aliento.
— ¿Qué querías decirme?— preguntó jadeante el chico, el aire le faltaba pero no fue difícil entenderle.
— Yo... umph... te lo diré cuando regreses.
Estaba violentamente sonrojado aún, y pensaba que las palabras que iba a soltar deberían ser dichas a los ojos, así que creyó que fue bueno haberse contenido en ese momento. Aunque seguramente no habría dicho lo mismo si hubiera visto el infantil y tierno abultamiento de labios que se dibujó en la boca de Lan Zhan al oír eso.
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Caos en la oficina
FanfictionLan WangJi nunca creyó que un par de colapsos accidentales pudieran poner su mundo de cabeza, pero el destino tiene formas raras de jugar bromas, y WangJi lo va a descubrir de la manera más inesperada.