Capítulo 40

1.8K 254 10
                                    


 Wei WuXian vaciló un segundo antes de seguir a Wen Qing al estudio de fotografía. La chica estaba ansiosa por enseñarle algo y, para ser franco, no podía dejar de sentirse temeroso.

 Aún no había hablado con XueYang y eso lo ponía seriamente de los nervios. Sin embargo, el joven modelo no iba a intentar nada en la empresa, ¿verdad?

 Se sorprendió al volver a encontrar a ZiXuan con él, y no solo como compañía. Jin ZiXuan posaba a su lado pacientemente, mientras el apuesto fotógrafo habitual de la editorial, daba órdenes aquí y allá, buscando el ángulo correcto. Solo en ese momento Wei Ying se dio cuenta de que el pavo real realmente era un profesional. Algo que era rápidamente olvidable cuando lo comparabas con su arrogante y frívolo comportamiento.

 Pero, ¿en qué momento habían vuelto a contratarlo? y... ¿por qué demonios no estaba al tanto de ello?

— ¿De qué se trata esto? —preguntó confundido a la chica. Y bastante ofendido, debía admitir.

 No entendía lo que estaba sucediendo. Primero le ocultaban los cambios internos en la compañía e incluso su ascenso, y ahora era completamente ignorante de las pequeñas modificaciones que se estaban produciendo delante de sus propias narices. ¿Por qué había tantas cosas de las que no estaba enterado?

 La chica lo hizo callar con una señal y lo instó a mirar hacia el set.

 Lo que vio lo confundió rotundamente e hizo que su mente tambaleara.

 La visión lo desconcertó con brutalidad. La imagen de Xue Yang y ZiXuan juntos y aquella manera en la que posaban, hicieron que sus pensamientos giraran en un remolino errático.

 Los pulcros y elegantes esmóquines que llevaban les sentaban a la perfección, como prendas moldeadas de manera exclusiva para que se vean especialmente asombrosos en lo que parecía ser un día especial, pero fue la complicidad con la que se miraban, que le hacía pensar que compartían una fuerte conexión, lo que lo descolocó mentalmente.

 Ambos estaban cerca, peligrosamente cerca y no parecía incomodarles en lo absoluto. Es más, le hacían creer que las sonrisas que se regalaban se sentían increíblemente sinceras y para nada forzadas. En la escena que representaban, un ambiente natural y casi de ensueño los rodeaba. Flores en tonos blancos y dorados flotaban estratégicamente por el lugar, y pequeñas luces parpadeaban como brillantes estrellas en el firmamento.

 Un set totalmente cautivador y espectacular.

 Mientras observaba notó que el fotógrafo se volvía más insistente e irritable, aunque la voz suave y mesurada de su ayudante lograba contener medianamente su ira. Pese al aire de intimidad entre los modelos, Jin ZiXuan desviaba una y otra vez su atención hacia un lugar inexacto del set y a causa de ello se desconcentraba con facilidad.

 ¿Qué era lo que atraía irresistiblemente la atención del modelo?

 Wei WuXian siguió sus ojos y descubrió al motivo de su incapacidad para concentrarse.

 Su hermana estaba allí, trabajando en algo, con un aspecto demasiado frágil y agotado. Sabía que si no fuera por ello y su palidez enfermiza, bien podría haber sido confundida con una modelo. A sus ojos era la mujer más hermosa sobre la tierra, y no había nadie que pudiera llevarle la contraria.

 Ella mantenía, también, su uniforme de chef profesional y estaba absorta en el trabajo de las últimas decoraciones de un enorme pastel de bodas, sin ser consciente de nadie más que la gigante pieza de repostería, mientras se mantenía dibujando hábilmente con una manga pastelera.

Caos en la oficinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora