Lan WangJi jamás había despertado junto a otra persona en su vida. Nunca antes había observado a alguien dormir a su lado, y realmente estaba asombrado de la increíble paz que ese simple gesto podía generar en sus atribuladas emociones.
La suave, cremosa y blanca piel de Wei WuXian contrastaba con las sedosas sabanas, haciéndolo ver como un hermoso y frágil muñeco de jade.
Deslizó las yemas de sus dedos por la mejilla del chico, sorprendiéndose apenas por la calidez de su piel. Podía haber jurado que se sentiría frío como el jade mismo al contacto.
Sus ojos brillaron intensamente cuando lo observó fruncir el ceño, mientras acariciaba con delicada suavidad la aterciopelada piel de su cuello.
Sus largas pestañas revolotearon, y abrió sus ojos con perezosa lentitud. Lan WangJi notó el adorable rubor que se adueñó y extendió rápidamente por todo su rostro, y esa involuntaria reacción lo incitó a besar la comisura de sus labios con una ternura infinita.
No estaba acostumbrado a ser tan cálido o abiertamente sentimental, pero este chico lo desarmaba.
Regó pequeños besos por sus ruborizadas mejillas y mandíbula, despertándolo completamente.
— Buenos días, Lan Zhan— ronroneó Wei Ying acurrucando su cabeza en la curvatura de su cuello.
Aspiró profundamente llenándose de él, de su dulce y endiabladamente adictivo aroma a sándalo y sonrió fascinado.
— Buenos días— murmuró suavemente Lan WangJi, mirándolo fijamente hasta que sintió que su corazón podía estallar.
Wei WuXian volvió a sonrojarse de manera inevitable y su bonita reacción le hizo sentir unos deseos descomunales de comérselo a besos una vez más.
Pero no deberían. Ya era inusitadamente tarde, sin embargo... ¿no era él su jefe después de todo?
El sentido del deber estaba siendo socavado, sabía que estaba siendo bastante irresponsable, pero era codicioso y Wei Ying lo estaba corrompiendo profundamente.
Repasó con el filo de sus labios la tersa piel de sus mejillas calientes, disparando su pulso con una ferocidad aterradora, y sintiendo como se estremecía visiblemente ante el ligero roce.
Era tan deliciosamente sensible a su contacto, y él mismo estaba tan hambriento de su cuerpo...
El sonido de su móvil lo devolvió violentamente a la realidad.
Wei Ying sonrió al ver que le fruncía el ceño al aparato con total desagrado. A sus ojos no era el CEO de una importante revista venida a menos por el desgaste de los años, en aquellos instantes era simplemente como un niño al que le fue negado algo que deseaba con todas sus fuerzas.
Velozmente aprovechó la oportunidad y se escapó de inmediato hacia el cuarto de baño, deshaciéndose con ojos risueños de su apretado abrazo y de su bonita mirada llena de ingenua consternación. Sus ojos azorados que pretendían evitar a toda costa que abandone la cama.
Sin embargo, se alejó sin darle tiempo a retenerlo con una sensación de plenitud y vasta diversión que le hacía cosquillas en el corazón, no quería hacerle saber lo mucho que le gustaba ese lado infantil en él.
Sonrió estúpidamente a su reflejo. Se sentía lleno de satisfacción, mientras repasaba mentalmente las imágenes del chico atacando de manera suave y dulce sus labios hace apenas solo unos instantes.
¿Estaba permitido sentirse tan exaltado y feliz?
Se miró largamente en el espejo. Su pálida piel aún guardaba algunos morados, vestigios de la noche caótica que habían pasado entre las sábanas y pensaba, muy seriamente, que se veían como pintados hábilmente por un gran artista, no como simples marcas de labios sobre su cuerpo.
Casi saltó en su lugar cuando levantó su mirada y sus ojos se cruzaron en el reflejo. Lan Zhan observaba con devoción, con dominante determinación y un hambre tan voraz que su desnudo cuerpo se estremeció y pudo sentir su piel erizarse y calentarse prácticamente en segundos.
Su corazón dio un fuerte latido.
Estaba total, completa y absolutamente perdido.
Habían llegado tarde al trabajo. Obviamente.Luego de no poder resistirse a sus caricias y hacerlo una vez frente al espejo con sus miradas conectadas por el empañado reflejo, y otra vez más, sin poderlo contener mientras tomaban una ducha compartida. Casi parecían no poder mantener la compostura, o sus manos alejadas del otro cuando estaban a solas.
Definitivamente no debería estar cerca de su jefe mientras trabajaran, pensó enfáticamente Wei WuXian, o su corazón y su cuerpo no lo soportarían. Aún eran demasiado frescas las imágenes y las sensaciones en su piel. Incluso algunos lugares de su anatomía todavía dolían.
Podía sentir el aroma a sándalo característico del chico en la camisa que tomó prestada, y en su propia piel. Olía a él, y eso le sacaba esporádicas sonrisas e intermitentes sonrojos. Si alguien lo viera lo tomaría por lunático, sin dudas.
Tocaron a la puerta con delicadeza sacándolo de sus pensamientos vagos y entorpecidos.
— Señor Wei, lo buscan desde el estudio de fotografía— musitó mecánicamente su secretaria.
Si la chica notó su sutil rubor lo ignoró discretamente, y lo agradecía.
Asintió de forma distraída mientras rebuscaba en sus cajones algunos de los papeles que le habían sido pedidos con anterioridad, evitando al mismo tiempo la escrutadora mirada de la muchacha, y salió rápidamente hacia los pisos inferiores donde tenían el pequeño estudio.
Intentó en su camino apartar de su mente a Lan WangJi y sus mil formas de volverlo inestable, y concentrarse completamente en el trabajo a realizar. Estaban a pocos días de sacar la nueva revista y estaban atareados a más no poder, era un mal momento para tener la cabeza en cualquier sitio.
Hoy estarían tomando las fotografías del modelo extranjero.
Según decían, era un joven de fría actitud y con un aire de enigmática oscuridad que resultaba terriblemente atrayente.
Podía decir que los rumores sencillamente no le hacían justicia, era mucho más imponente en persona. Pudo sentir algo extraño en el momento en el que sus ojos se cruzaron y el brillo oscuro de perversa diversión en los del chico lo hizo fruncir el ceño y vacilar. Aunque realmente no sabía si fue su penetrante mirada o la absurda escena que se desarrollaba frente a él.
Jin ZiXuan y Wen Ning estaban también en el lugar, hablando con el modelo de forma animada como si se conocieran de toda la vida, y eso no auguraba nada bueno.
¿Qué carajos hacían en la empresa?
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Caos en la oficina
FanfictionLan WangJi nunca creyó que un par de colapsos accidentales pudieran poner su mundo de cabeza, pero el destino tiene formas raras de jugar bromas, y WangJi lo va a descubrir de la manera más inesperada.