Capítulo 20

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 Aquello era inadmisible.

 ¿Acaso Wei Ying estaba divirtiéndose con el artista trucho que quería hacerlo con él, el hijo del acosador GuangShan y un desconocido?

 Su sangre se calentó con una indescriptible ira y sintió una punzada jodidamente frustrante y dolorosa en el pecho.

 No entendía que demonios hacían ahí, y no sabía por qué diablos estaban en la compañía, pero en ese mismo momento era lo que menos le importaba.

— Señor Wei, ¿es hora de estar jugando?

 Su voz sonó fuerte, brusca y agresiva, y cortó en un instante las carcajadas, dejando un pesado silencio que duró largos y tensos segundos.

— Venga a mi oficina— murmuró gélidamente entredientes y con el enfado palpable en su voz, en sus ojos y en su cuerpo tembloroso de ira.

 Dio media vuelta y se dirigió de regreso sin mirar atrás otra vez, no quería ver la imagen del chico junto a ellos una vez más.

 El pequeño aturdimiento e incertidumbre de Wei WuXian fue reemplazado por una sensación de peligrosa diversión que le decían que aquello no vaticinaba nada bueno. Mucho menos al ver a Lan Zhan alejarse con paso fuerte y firme, echando humo de la rabia, pero eso no pudo evitar que se le escape una vacilante sonrisa llena de anticipación.

— ¿Vas a estar bien?— preguntó perspicaz y algo preocupado el modelo extranjero, mientras Jin ZiXuan parpadeaba perplejo como si se diera cuenta de algo importante y Wen Ning simplemente le dirigía una fulminante mirada a la amplia espalda de su jefe que se perdía en la distancia.

 Todo esto no debería verse tan extremadamente divertido, pero el humor de Wei WuXian el día de hoy era extraordinario y nada podría con él.

— Quizá reciba un pequeño castigo— masculló con sus brillantes ojos llenos de diversión, y eso pareció desconcertarlos.

 Aunque no tuvieron oportunidad de hacer ningún tipo de averiguación. Wei Ying rápidamente organizó su trabajo y sin esperar siquiera las respuestas de sus compañeros se despidió con una resplandeciente sonrisa que se veía espeluznante debido al rastro de perversa picardía que brillaba en lo profundo de su mirada.

 Cuando entró a la oficina de Lan WangJi echó cerrojo a la puerta y pudo comprobar una ligera expresión de genuina sorpresa en los ojos de su jefe, aunque intentó disimular de prisa esa espontánea reacción con un gruñido y, con irritante serenidad esperó a que el chico solo tome asiento frente a su escritorio para oír lo que tenía para decir.

 No esperaba que, por el contrario, Wei WuXian rodeara el mismo y se sentara a horcajadas sobre sus piernas. Deslizando sus brazos por detrás de su cuello y con su bonito rostro a escasos centímetros del suyo.

— ¿No está siendo muy duro jefe?— su seductora voz impactó en su cuerpo como una ola y llevó a su vientre una oleada de intenso calor, aturdiéndolo y haciéndole olvidar por un breve momento el motivo por el cual estaba enfadado con el chico.

 Una imagen de Wei Ying rodeado de dos modelos y un exitoso cantante, sin dudas con el destello de deseo en sus oscuros ojos, cruzó su mente un instante y lo desesperó.

— ¿Qué hacen ellos aquí?— preguntó con brusquedad.

— Wen Ning vino a hacer las fotos de la entrevista, y ZiXuan pasó a visitar a un modelo amigo— contestó de forma mecánica y, aunque no debiera, sinceramente entretenido por la escena.

— ¿Te divertías?— la frialdad en las palabras de Lan Zhan no lo inmutaron en lo absoluto y sólo sonrió automáticamente, asintiendo lento.

— En realidad, sí —sintió los brazos que le rodeaban la cintura apretarse con fuerza—. Fue verdaderamente entretenido el rostro de desconcierto de Jin ZiXuan, y verlo caer de la sorpresa, cuando rechacé una oferta de negocios del acosador de su padre con severa firmeza por mi relación con otro hombre.

 Lan WangJi abrió sus ojos con visible sorpresa.

 Ahora que lo pensaba bien, era verdad que Jin ZiXuan estaba en el piso en el momento que entró, pero no había pensado sobre ello. Los celos enturbiaron su juicio de un modo aterrador.

 Wei Ying tomó ventaja de ese instante de distracción y picoteó sus labios con pequeños besos.

— Así.que.¿estabas.celoso?— exclamaba con cada palabra seguida de un beso cada vez más largo y entusiasta.

 Lan Zhan gruñó levemente, no estaba del todo conforme con aquella respuesta. No le agradaba verlo reír frente a otras personas y odiaba la sensación de que alguien más le robara esas hermosas sonrisas.

 Quería ser el dueño de todas y cada una de sus reacciones.

 Se sentía inmensamente estúpido y egoísta por pensarlo de ese modo tan extremista, pero aquello era lo que frecuentemente pensaba. Quería ser el único para el chico.

— Eres mío— ronroneó grave sobre su expectante boca.

— Lo soy...

 Lan WangJi tomó sus labios con ímpetu, devorándolo con fiereza.

— No lo olvides

 La suave sonrisa de Wei Ying le gritaba que era una inquebrantable promesa, y besó hábil y deliciosamente su belicosa boca una vez más, con languidez y una exquisita lentitud.

 Cuando iba a profundizar el beso Wei WuXian se lo negó, desmontándose de sus piernas con prisa y haciéndole soltar un involuntario quejido que hizo sonreír al chico. Aunque la sorpresa fue mayúscula cuando, en cambio, se arrodilló entre sus piernas y desabrochó su cremallera con habilidad, liberando su semi-erecto miembro.

 Con una sonrisa maliciosa envolvió su caliente en un puño y lo masajeó brevemente hasta sentir que este se volvía un enorme y palpitante pilar en sus manos.

 Lan Zhan quiso retenerlo, pero Wei Ying no vaciló en deslizarlo entre sus labios e introducirlo con sensualidad y profundidad en la boca.

 Lan WangJi casi se desmaya al sentir la tibia y húmeda lengua de Wei Ying moverse con traviesa dedicación y la experta forma en la que chupaba lo estaba volviendo inestable. El chico sin dudas sabía como hacer que se deshaga en gemidos y jadeos ahogados que tenía que contener y evitar soltar para que no los oigan fuera. Sus poderosos y constantes movimientos lo tenían en el límite.

 Echó su cabeza hacia atrás y cerró sus ojos con fuerza, mientras enterraba sus dedos en el suave cabello del chico guiándolo delicadamente.

— Wei Ying... de-detente...

 El chico aumentó la velocidad y la intensidad, ignorando su alerta y haciendo que la parte trasera de su garganta aprisionara la punta una y otra vez hasta hacer que se corra salvajemente en su boca. Lo tragó todo con gran destreza, ganándose un gemido de sorpresa y fascinación.

 Lan WangJi abrió sus nublados ojos con suavidad mientras el chico aún lamía su polla y jadeó sin aire. Realmente estaba perdiendo el juicio y el control por él.

 Alzó su barbilla y chocó sus bocas en un ardiente y desenfrenado beso que los dejó sin aliento.

 Olvidó así su preocupación de separar el trabajo con lo personal. Sentía que podía mandar al demonio todo. Si podía tenerlo así, que diablos importaba que fuera su departamento o la oficina. El chico era suyo y eso era todo lo que importaba.


Caos en la oficinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora