Capítulo 27

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 Wei WuXian abrió pesadamente los ojos debido a la intensa claridad. La fuerte luz que entraba a raudales por la ventana e iluminaba la habitación lo despertó. Parpadeó sorprendido al verse rodeado por unos fuertes brazos, pero su corazón se calmó rápidamente. La acompasada respiración de Lan Zhan cosquilleando su piel lo devolvió a la realidad. Su suave aliento acariciaba cálidamente su hombro y nuca, y no pudo reprimir una vaga y aletargada sonrisa.

 ¿Cuando dejaría de asombrarse al descubrir que sus días se volvían así de brillantes con un simple gesto de ese chico?

 Podía sentir que aún estaba dormido, y sin embargo, sus manos lo tomaban delicada y casi tiernamente. Tan extremadamente celoso aún en sueños.

 «Eres mio... no lo olvides»

 El recuerdo de esas palabras se deslizaron y se esparcieron dulcemente por su interior. Reprimió un gemido de pura satisfacción al notar lo posesivo que era y lo estúpidamente feliz que eso lo hacía.

 Cubrió su acalorado y sonrojado rostro con ambas manos, escudándose de sí mismo, por sus eternos pensamientos sobre él y las jodidas cosas que le hacía sentir.

 Repasó mentalmente la larga y exhausta, pero exquisita noche que pasó nuevamente enredado en su cuerpo, y lo mucho que habían deseado sus sentidos volver a tenerlo de ese modo. Había extrañado en exceso el ansioso roce de sus manos y la manera tan deliciosa en la que le hacía el amor.

 A veces tenía la impresión de que Lan WangJi se volvía algo vulnerable mientras se detenía a saborear su dulce piel con parsimonia, pero otras lo notaba tan imponente y salvaje que lo dejaba sin aire. Tan jodidamente impredecible y desconcertante. Tan deseable.

 Incapaz de mantenerse quieto se removió ligeramente y se le escapó de sus labios un jadeo involuntario al sentir la imponente erección matinal del chico hacer presión contra la firme piel de sus desnudos glúteos.

— Podría acostumbrarme a esto con facilidad— susurró, de manera ronca y pesada Lan Zhan, atrayéndolo suavemente un poco más contra su cuerpo.

 Wei WuXian gimió entrecortadamente al sentir su desnudo cuerpo amoldarse tan perfectamente al del chico. El ardiente abrazo bajo las sabanas que apenas los cubrían, desprendía un calor tan intenso que amenazaba con quemarle la carne.

 La sorpresa inicial quedó reducida a nada al sentir la suave caricia en su piel de su largo y cargado suspiro. Entre sus brazos se sintió pequeño y relajado.

 Lan Zhan garabateó perezosamente con sus dedos sobre el vientre de Wei WuXian provocándole un estremecimiento. El Lan se reprendía mentalmente por no poder mantener las manos alejadas de él, pero simplemente era irresistible. Luego de haberlo probado se había convertido en su propia droga personal y parecía nunca tener suficiente de su tentador y lujurioso cuerpo.

 Wei Ying sumisamente cerró sus ojos cuando el filo de sus labios repasó con languidez su garganta. Giró su rostro y saboreó lentamente de un generoso y dulce beso de buenos días.

— ¿No te lo he dicho antes?... me encantaría despertar contigo siempre...

 Su rasposa voz vibró profundamente dentro con su descarada confesión, y Wei Ying sintió que se le encogía el corazón dolorosamente. Él también adoraba esa sensación, pero internamente temía que todo fuera a acabar en desastre.

 Desechó lejos esos pensamientos cuando las manos de Lan Zhan descendieron lentamente, y en la misma posición en la que se encontraban, delineó con sus dedos la sensible piel de su cintura baja y de la cara interna de sus blancos muslos, ahora llenos de morados y marcas enrojecidas que sus besos voraces habían regado, mientras se dirigían sin vacilar hacia la apretada entrada del chico, donde se deslizaron profundamente penetrándolo con rápidos y certeros movimientos.

 Wei WuXian se deshacía en gemidos al sentir sus manos prepararlo con ágiles embistes mientras la boca de Lan WangJi devoraba con hambre su expuesto hombro y cuello.

 Estaba tan perdido en esa inconsciente nube de placer que gritó fuerte cuando remplazó sus dedos por su gruesa polla, llenándolo como solo él sabía hacer.

 Encontró su punto sensible rápidamente y concentró sus golpes en él, penetrándolo con fuerza y precisión, haciéndolo que repita su nombre una y otra vez como un poseso, mientras él gruñía y arremetía con más violencia.

 El sonido hipnótico de sus calientes y sudados cuerpos al chocar se oían sensualmente ampliados en esa habitación.

 Y en esa bruma de inconsciencia ardiente, Wei Ying apenas podía contener a su imprudente boca que soltaba frases descaradas acerca de querer ser doblegado por su jefe en el ascensor de la empresa o quizás ser follado duramente en la sala de reuniones, y Lan Zhan desestabilizado solo podía empujar más duro, más profundo y fuerte mientras las imágenes se colaban furtivas por su mente.

 Finalmente Wei Ying pidió clemencia en gritos ahogados y ruegos lastimeros, pero fue desoído por un Lan WangJi que estaba en su límite y no mucho tiempo después terminó explotando en su interior, llenándolo violentamente con su esencia.

 Wei WuXian consideró aquella revelación con ojos brillantes.

 Luego de un largo baño compartido, se unieron para preparar el desayuno codo a codo. Ninguno de los dos tenía grandes dotes culinarios, pero se esforzaron para que, por lo menos, tenga un sabor agradable. El desayuno de Wei Ying era potencialmente venenoso. Solo mirarlo hacía que los ojos se llenaran de lágrimas debido al fuerte picante. Muy por el contrario, el de Lan Zhan era tan soso y desabrido que era ridículo. No había un punto medio entre los dos.

 Sin embargo, comieron gustosamente las grandes cantidades de comida preparada. Quizá pensando en que necesitarían fuerzas luego.

 Lan WangJi volvió a llamar a su tío, pero este aún lo evitaba y se negaba a escuchar lo que tuviera para decir. Aunque se sorprendió al recibir su enigmático mensaje: «Estoy con tu madre, no molestes ahora»

 ¿Habría ido hasta América? ¿Estaría ella aquí? ¿Con qué fin?

 Wei Ying no pudo contenerse y sacó el tema del desastroso encuentro con el presidente. Lan Zhan no estaba preocupado y eso lo confundía. ¿Acaso no conocía como era Lan QiRen cuando se enfadaba?

 Al parecer no.

 Lan WangJi le explicó sobre como, cuando aún era un niño había desarrollado una terrible enfermedad que casi le quita la vida, y que su tío había sufrido demasiado por ello, quizá fuera la causa de que ahora fuera tan flexible con él. Y Wei Ying podía creerlo, ya que sólo con él reaccionaba de ese modo. Había conocido al hermano mayor de Lan Zhan y lo había visto ser blanco de la dureza del presidente como si fuera un extraño. Aunque eso quizás se debiera también a la negativa del Lan XiChen de convertirse en el sucesor del hombre y rechazar el puesto por su fuerte vocación a la medicina.

 Wei WuXian decidió por su parte hablarle sobre su niñez. Un intercambio justo por conocer algo más de Lan Zhan.

 Habló de su infancia con sus padres, el accidente que se había cobrado sus jóvenes vidas y la hospitalidad de sus tíos Jiang. Su tío Jiang FengMian era la única que comprendía y alentaba sus elecciones, su mujer jamás aprobó sus preferencias o cualquier cosa que viniera de él, pero no le importaba. Jiang Cheng y YanLi habían crecido a su lado y eran un trío inseparable, por eso sentía que aquella familia era todo para él.

 Los ojos de Lan Zhan se llenaron de cariño y no vaciló al decir, con un pequeño rastro de timidez en la voz que deberían ir a visitarlos juntos, y es lo último que Wei Ying recuerda antes de abalanzarse sobre él. Aprovecharon lo que restaba del día para mancillar cada rincón de su hogar.

Caos en la oficinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora