Quería sujetar su mano. Wei Ying lo deseaba tanto que dolía y, aunque se moría de ganas, no se atrevía. Bajó su vista acobardado e inútilmente dirigió su mirada al suave balanceo de ambas manos mientras caminaban.
Habían decidido salir a disfrutar los últimos vestigios de un inexplicable templado otoño, no sin una larga queja y varios pucheros suyos por tener que comportarse y mantener sus manos lejos del cuerpo erótico del chico, algo realmente complicado teniendo en cuenta que el día anterior Lan Zhan había pasado tan pegado, sobre y dentro de él, que creía le resultaría difícil quedarse lo suficientemente alejado.
Sin embargo, ahora sentía esa proximidad como una maldición. Si viajaran solo un poco más apartados no sentiría aquella exasperante sensación.
Estaban caminando tan cerca uno de otro que sin hacer demasiado esfuerzo podría tomar su mano, sin embargo ¿por qué demonios le costaba tanto? ¿por qué era tan cobarde? Eran apenas unos tres centímetros aproximadamente lo que los distanciaban. Pero estaban en un lugar público y eso lo detenía en gran medida. Temía que Lan WangJi no aprobara ese gesto, que finalmente sólo era un pequeño capricho suyo.
Alejó sus pensamientos sobre sudorosas manos y la inquietante sensación de sus propios dedos que picaban ansiosos por el contacto de las manos del chico y pateó desanimado algunas hojas secas.
No recordaba porqué habían permanecido tanto tiempo en silencio, pero de algún modo no era incómodo. Estar a su lado era francamente relajante. Habían hablado tanto entre los descansos que hacían para recuperar fuerzas mientras hacían una y otra vez el amor, que sentía que lo conocía mucho mejor. En realidad, Lan WangJi oyó todo lo que Wei WuXian dijo, tanto fueran exageraciones, verdades a medias o patéticas mentiras, siempre con una sonrisa suave y sus ojos brillantes de una ternura infinita.
Aunque Lan Zhan también musitó algunas palabras y respondió honestamente cada una de las miles de preguntas que le hizo. Hasta las más vergonzosas le sonsacó, como solo WuXian sabía hacerlo.
Inesperadamente tenían muchas cosas en común y eso lo hizo verlo de una forma diferente. Lan Zhan le había abierto ampliamente su corazón y el correspondió de la misma manera.
Estaba tan aturdido y emocionado, que era difícil de creer.
Compartieron muchas historias personales, risas, sueños y miedos. Sin embargo, Wei WuXian se negaba aún a dejarle saber sobre sus molestas dudas con respecto al futuro.
¿Dudas?... estaba aterrorizado.
Mientras lo observaba dormir no dejaba de pensar en lo mucho que le atemorizaba la idea de ser separado de él. Se le encogía el corazón dolorosamente al pensarlo.
Quizá se debiera al hecho de que sentía que era la primera vez que... detuvo en ese instante la línea de sus pensamientos y se negó rotundamente a terminar la frase.
Sacudió con vehemencia su cabeza.
— ¿Has hablado nuevamente con tu tío? —preguntó lento.
Su voz tembló apenas, pero pudo controlarlo.
Lan WangJi giró su rostro hacia él con una mirada extraña en sus bonitos ojos dorados.
— Ignora todos mis mensajes... y mamá también— su mirada se quedó observando la nada por un instante—. Creo que ambos están tramando algo.
Esa frase golpeó a Wei Ying como si fuera la confirmación a sus interminables dudas.
Bajó la vista con el corazón vuelto un puño.
Lan WangJi vio que sus ojos se ensombrecían ligeramente y quiso golpearse. Sabía que Wei Ying estaba teniendo varias dificultades con la manera en la que lo tomaría su tío y no quería trasladarle también sus propias inseguridades. Mucho menos ese día. En ese momento, solo quería verlo sonreír.
Entrelazó sus dedos con un rápido movimiento y lo arrastró hasta un reconocido restaurante. Aunque el chico luchó en varias oportunidades por zafarse no dejó que lo hiciera. Lan Zhan encontró miedo en sus bonitos y expresivos ojos y sonrió peligrosamente cerca de su rostro.
— No estarás preocupado porque nos vean juntos, ¿verdad?
Wei Ying lo fulminó seriamente con la mirada.
— ¿No lo estás?— replicó en un murmullo totalmente intranquilo y entrecerrando los ojos.
El chico negó lentamente.
— Me preocuparía más que alguien viniera a molestarnos en nuestra primera cita— dijo sin expresión y sin interés en bajar siquiera la voz.
A Wei Ying se le debilitaron las piernas y agradeció internamente haber llegado hasta la mesa indicada. La habilidad de Lan WangJi para hacerlo sonrojar en cuestión de segundos era increíble, y estaba intacta.
Decidió ignorar su respuesta.
Abochornado frunció su ceño mientras el chico sonreía satisfecho mirando la carta dispuesto a ordenar. ¿Cuándo dejaría de sorprenderle el inesperado descaro de Lan WangJi? No era la primera vez que ocurría, y lo desestabilizaba cada vez.
Lan Zhan levantó su mirada y vio su rostro aún sonrojado. Se asombró acerca de lo mucho que adoraba sus reacciones, y decidió que verlo enfurruñado, avergonzado y, más importante, en el momento exacto del orgasmo eran las expresiones que más le gustaban.
Algo lo distrajo de sus brillantes mejillas encendidas, y frunció el ceño internamente. De soslayo descubrió a Lan Huan que caminaba con aire grácil y resuelto, pero con una amplia sonrisa brillante, hacia su mesa.
— ... y la curiosidad mató al gato —masculló enigmáticamente el chico y Lan WangJi, supo enseguida, que se refería a su estúpida charla comentándole como le había afectado la erección que le provocó Wei Ying—. ¿Ahora no tienes tiempo para llamar a tu hermano?— preguntó con un gesto de molestia, pero WangJi notó que esto simple y sencillamente lo divertía.
— Es exactamente lo que quería evitar —susurró a Wei WuXian con un gruñido bajo que no pasó inadvertido a su hermano—. Este es mi hermano mayor, Lan XiChen —señaló con un gesto vago y un movimiento de cabeza.
Y es la peor molestia que podríamos habernos encontrado hoy, lo pensó pero no lo dijo
Wei Ying sonrió fascinado cuando comenzaron una pequeña guerra verbal, y supo inmediatamente que era él la persona que le hacía perder la calma a Lan Zhan con facilidad.
Lan XiChen se invitó a almorzar con ellos y su cita se vio interrumpida. Aunque a Wei Ying no le importó demasiado. XiChen parecía saber o intuir la relación que lo ataba a Lan Zhan, lo que no le sorprendió al ver su estrecha hermandad. Por un momento, le hizo extrañar sus peleas con Jiang Cheng y la dulce sonrisa de su shijie.
El hombre aportó muchas anécdotas e historias vergonzosas de un joven Lan Zhan, mientras el chico solo lo soportaba estoicamente, pero con las puntas de sus oídos tan rojas que parecían sangrar.
Le cayó bien luego de oírlo hablar bastante y descubrir su calma y amable personalidad, y pudo comprender porqué se llevaban tan bien.
Realmente, por un instante, extrañó sus amistades y su pequeña familia, pero no podía negar que se divirtió como hace tiempo no lo hacía.
Lan Zhan lo observó reír a carcajadas con cada anécdota vergonzosa que salía de la boca de Lan Huan. El cálido sentimiento que permanecía diariamente desde que lo conoció en su pecho se intensificó, haciendo que su corazón se desboque locamente. La extraña emoción se mantuvo apretando un gran nudo en su garganta, y no estaba seguro de a qué se debiera, pero tenía la certeza de que jamas volvería a sentir algo similar con otra persona.
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Caos en la oficina
FanfictionLan WangJi nunca creyó que un par de colapsos accidentales pudieran poner su mundo de cabeza, pero el destino tiene formas raras de jugar bromas, y WangJi lo va a descubrir de la manera más inesperada.