#22

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 Adhara había llegado a descubrir que eran pocas las cosas que le molestaban más que Lían con una pregunta que no se atrevía a hacer. Era lamentable la manera en la que el chico asemejaba un niño que no se atrevía a pedir permiso para salir a jugar, pero sabía que las palabras que saldrían de su boca no serían tan inocentes como esa idea.

— Lían...

— ¿No va a hacer preguntas?— cuestionó, acercándose a la mujer descansando en la cama como si esperaba el llamado para hablar por fin.

— Te hicieron practicar una respuesta, ¿cierto?— se rio por lo ridículo y verídico que eso podría ser— ¿Necesitas sabes si el guardia de llaves se enterará de esto? Pues la respuesta es no, no estoy en el animo de cortar cabezas.

— ¿Así que solo...?

— Así que le pedí a Patrick que pusiera eso en un mejor lugar, sin darle una razón coherente— la confianza con la que el chico se recostó le pareció impropia, pero no se quejó— Ahora es tú problema convencer a todos tus amigos de no hacer nada para que el gran hombre sospeche de ustedes.

— ¿Por qué no llama al Guardia?

— ¿Qué hacías con la pistola?— pese a que la conversación fue a donde el chico esperaba, se vio notablemente nervioso al rebuscar su respuesta.

— Era curiosidad.

— Eso es pura basura— dejó salir un suspiro antes de lanzarse sobre chico, buscando soporte en su pecho pero sin dejar de mirarlo.— ¿Tienes que mentirme? ¿Es realmente necesario?

— ¿Alguna vez ha sentido miedo?— soltó de repente, evitando la mirada de la mujer.— De algo realmente tonto... como alguien lastimándote en un momento en el que te encuentras indefenso.

— ¿Crees que es la primera vez que tuve que sostener un arma?

— Puede saber qué es tener miedo y no poder defenderse, ¿pero que nadie más pueda defenderte?

— ¿Planeabas disparar al Guardia de llaves?

— Eso sería desperdiciar una oportunidad única— negó, viéndose indeciso.— Era solo un seguro, por si algo malo pasaba.

— Cosas malas pasan todos los días, pero no puedes dispararle a todas— dejó salir un sonido pensativo.— Tener piel clara debe ser horrible.

— ¿Lo crees?— lo sarcástico de su voz hizo que soltara una risa, que sirvió para que volviera a mirarla.

— Deberías decidir la manera en la que te diriges a mí— se separó de él apenas consiguió su atención.— ¿Acaso ahora soy Dara, o continuarás llamándome "ama Adhara"?

— ¿Es apropiado decir que me confunde su trato?— le pareció verle tragar fuertemente antes de hablar.

— No, no lo es— le dio la espalda, muy consciente de que sus palabras habían logrado que el chico buscara volver a acercarse a ella.— Tampoco es apropiado que estés dentro de la casa, para variar.

— ¿Eso es malo?— sintió su peso moverse en el colchón, sintiéndose también obligada a voltearse lo suficiente para observar qué planeaba hacer.— ¿Se supone que tengo que irme?

— ¿Qué clase de relación tienes con Blake?— cuestionó, muy decidida a cambiar de tema.

— Nunca me ha hablado— respondió, en un tono confuso pero decidido.— En la estancia dicen que solía hablar con los pieles claras muy seguido, pero dejó todo tipo de relación luego de la muerte del amo original de la casa.

— ¿Es bueno con ustedes?

— Nunca pide nada, y suele hacer mucho para evitar las sentencias de Patrick.

Pieles ClarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora