#25

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 Dormir no le fue una opción esa noche, siendo reemplazado con facilidad por una caminata en medio de la oscuridad hasta que los primeros rayos de sol se dejaron ver y le permitieron completar con la tarea que había pasado horas planeando.

 Adhara no consideraba su visita al pueblo extraña, pero al resto de habitantes de la casa les pareció la mayor sorpresa de sus vidas y se lo hicieron saber con la exagerada bienvenida que le dieron mientras irrumpía el desayuno, sentándose en su lugar con todo el mal humor que venía creciendo desde ayer.

— ¿Alguna razón para tu repentina salida?— preguntó Patrick, con un tono que demostraba que no le importaba la respuesta y solo buscaba hacer conversación.

— Despediste al Guardia de llaves, así que tuve que ir al pueblo para conseguir a alguien que pudiera dar buenos castigos— informó la mujer, llenando su boca con trozos de galletas antes de sonreír.

— ¿Castigos?— repitió el hombre, soltando un suspiro cansino mientras se giraba a mirarla.

— Tendré una lista de todos los pieles claras que merecen un castigo, o en su defecto todos los pieles claras serán castigados— aclaró, intentando mantener la calma mientras más miradas curiosas se dirigían a ella.

— ¿Qué estás inventando ahora?— Adhara no se dejó desalentar por el gruñido de Blake.

— ¿Sabías que los pieles claras tienen reuniones secretas?— ignoró las palabras del hermano menor para continuar dirigiéndose a Patrick.— También conseguí a alguien para que desmantele eso.

— Ayer pedías mejores tratos, ahora exiges castigos— el mayor alejó la taza frente a él y se apoyó en la mesa.— Será mejor que decidas la manera en la que prefieres perturbar la casa.

— Pagaré los hombres que contraté y no interrumpiré el trabajo de nadie.

— ¿Cuál es tu maldito problema?— Blake movió toda la mesa cuando se puso de pie de la manera más dramáticamente indignada posible.— ¿Piensas que todo es un juego?

— Pienso que estás siendo increíblemente ruidoso y que es demasiado temprano para eso.

— ¡Las pieles claras ya están tomando parte de su tiempo libre para ampliar las residencias!— se quejó, golpeando la mesa con ambas manos.

— Pero eso ya no va a pasar, así que pueden tomar todo su tiempo para cumplir con su castigo— habló Adhara, prefiriendo enfocarse en su taza que en el chico explotando.

— ¡¿No va a pasar?!— repitió con incredulidad.— Incluso si no fueran a hacer las ampliaciones, ¡ya rompieron una pared!

— Y ciertamente no cuentan con el tiempo o los recursos para repararla— se puso de pie también e imitó la postura del chico mientras hablaba.— Así que al menos que puedan levantar la pared de los mismos escombros yo dejaría de soñar con eso.

— ¡Esta no es tu casa!

— Si lograste que Patrick escuchara tus llantos fue solo porque me puse en medio— tuvo que ser muy exagerada al señalarse a sí misma para no ser interrumpida.— Pero debo admitir que ansío comprobar qué tanto está dispuesto a escuchar sobre tu opinión en el tema.

 Todas las miradas se dirigieron con rapidez hacia la cabecera de la mesa, desde donde el mayor evaluaba cada cosa que decían.

— Temo que no podrías llevar a cabo todo esto por tu propia cuenta— sentenció Patrick, parándose también pero con intención de retirarse de la habitación.

— ¡¿Qué demonios significa eso?!— Blake se dirigió hacia el lado contrario, saliendo de la sala mientras maldecía todo lo que se cruzaba en el camino.

Pieles ClarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora