Adhara se movió arrastrándose en el suelo por encima del desorden, buscando una que otra página que pareciera no estar completamente arruinada. El silencio ayudaba a que pudiera concentrarse en leer las palabras difuminadas, sin embargo, la mirada fija del chico a su lado hacía todo lo contrario.
— ¿Existe, literalmente cualquier cosa, en la que pueda ayudarte?— cuestionó, girándose a observar la figura que solo continuaba balanceándose sobre sus talones.
— Para nada— respondió con simpleza.— Solo estoy aprovechándome del hecho de que te olvidaste de mí— aparentemente estaba muy ocupado como para notar la mirada que le era enviada.— Es decir, mandaste al diablo a Patrick y Zaniah, Blake se fue solito, Riker vino y se fue en menos de un segundo, corriste al pequeño piel clara, hiciste que el guardia de llaves se llevase al otro piel clara... y Neil solo estuvo observando todo ese tiempo.
— Te aseguro que no pedí que te quedaras.
— Tampoco me lo prohibiste— guiñó el ojo mientras se acercaba a ella.— De todas formas, debe ser horrible ser tú.
— ¿Por qué buscas ser golpeado?
— Es solo una observación, mujer— se defendió, revolviendo algunas hojas con su pie.— Debe sentirse muy mal tener que castigar a un piel clara, cuando lo único que quieres es llenar su incoloro rostro de besos— estiró sus labios, burlándose al tiempo que lanzaba besos al aire.
— No tengo planeado besuquear al inútil que causó esto— bufó, frunciendo el ceño rápidamente.
— Me consta que no... sin embargo, ¿te imaginas que sea tu pequeño piel clara el que cometa el próximo pecado?— se rio echando la cabeza hacia atrás, como si la situación le pareciera comiquísima.— Eso solo haría que ser tú fuese más horrible.
— ¿Mi pequeño piel clara?— cuestionó, levantando las cejas.— ¿Planeas robar a Patrick las escrituras de su posesión para dármelas?
— Siempre puedes pedirle, por favor, por favor, que te lo obsequie— sugirió, subiendo sus hombros con desinterés.— Pero el punto no iba a eso, ¿Qué harías si el pequeño piel clara metiera la pata?
— Hablar de un pequeño piel clara es bastante redundante, es decir, no es como si alguno recibiera los cuidados necesarios de niños como para desarrollarse completamente...
— ¿Comenzar plática es tu manera de evitar conversaciones sensibles?— preguntó, cruzándose de brazos con actitud burlesca.
— Si Lían hiciera una estupidez así de grande, recibiría el mismo trato— sentenció, mirándole seriamente.
— ¡¿Lían?! ¿Hasta conoces su nombre?— dejó salir una carcajada.— ¿Y él se dirige a ti como "Dara, Amor mío"?— le lanzó un trozo de papel mojado, que logró dejar una mancha en su camisa.— Y aún así, estarías dispuesta a castigar a alguien con el que ya tienes tanta confianza como para saber su nombre— se arrodilló cerca de ella.— ¿Sabes al menos de qué consta el castigo?
— No me interesa.
— Por supuesto que no— pareció dramáticamente disgustado.— Si lo supiera, un pedacito de mi humanidad se iría al infierno, por lo que prefiero no saber qué es lo que mis decisiones causan— usó una voz aguda, solo para seguir burlándose.
— Si me interesara, lo sabría. Y créeme que nada de eso me quitaría el sueño.
— Oh, ¿crees eso?— dio una vuelta sobre sí mismo.— Lían, busca al Guardia de Llaves, Adhara quiere proporcionarte un castigo también.
La mujer dirigió su mirada al lugar hacia donde Neil estaba gritando sus estupideces, encontrando al nombrado pareciendo casi paralizado.
— Lían, acércate— pidió la mujer, volviendo a desviar su atención los papeles.— Estoy segura de que pedí que te fueras.
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Pieles Claras
RomanceAdhara no se consideraba una mala persona, era la sociedad quien había planteado la idea de esclavitud muchos años antes de que ella naciera. A ella solo le quedaba cumplir con su rol.