Le pareció demasiado estúpido de su parte el haber demandado que los pieles claras se reunirán, y aún así habérselo perdido para cubrir el hecho de que estaban cumpliendo con algo que les había pedido.
Pero si algo estaba claro era que a Patrick le parecían aún más estúpidas sus acciones, y se encargó de hacérselo entender apenas se sentó en su silla a la hora de la cena.
— ¿Sucede algo?— cuestionó Adhara, sonriendo a todos los participes de la mesa e ignorando la manera en la que el hombre parecía lamentar su presencia en la casa.
— Tendremos tiempo para una seria conversación, pero luego de la cena— declaró, mirándola de reojo dirección antes de tomar sus cubiertos, completamente dispuesto a postergar aquella discusión.
— ¡Que lastima! Todo el mundo sabe que uno de mis mayores placeres es provocar situaciones incómodas para el resto— se encogió de hombros, haciendo una mueca mientras lo imitaba y comenzaba a pensar en la comida frente a ella.
— ¿Y crees que te mereces que tus placeres sean complacidos?— Patrick estampó sus cubiertos en la mesa, girándose hacia ella con la mayor consternación posible.
— Supongo que me dirás la respuesta...
— Se te ha tratado muy bien en esta casa— continuó, ignorando la burla.— Varios de tus caprichos fueron cumplidos, fuiste respetada y todas tus quejas escuchadas.
— ¿Pero?— predijo, dando un largo sorbo a su copa de agua y siendo ruidosa al respecto.
— Ni siquiera sé a qué clase de burlas quieres someter a esta casa. ¿Tu propaganda pro piel clara? Tiene que terminar— determinó, dando un golpe en la mesa con la palma de su mano.— El Guardia de Llaves me comunicó tus "quejas", y si la suerte de todos en la casa se junta tal vez sean pocas las personas que se enteren de esto.
— ¿La opinión pública te preocupa?
— Si la casa se sostiene del negocio y el negocio puede verse afectado por lo que sucede en la casa, no tienes permitido continuar con tu intento de cambiar la política del lugar.
— ¿Es mi culpa que tú empleado sea un chismoso?
— No estás en condiciones de ser graciosa.
— Hablando de cosas que no están en condiciones, ¿has entrado alguna vez a la residencia de pieles claras?— señaló hacia el exterior, como si desde allí pudiese ver el complejo.— Me avergonzaría tener algo así cerca de mi casa.
— ¿Sugieres que debería demoler el edificio y dejarlos sin techo?— sonrió con sorna.
— ¿Sabes qué sugiero?— juntó sus manos sobre la mesa, apoyando el mentón en sus puños y sosteniendo su mirada.— Otro edificio, justo al lado de otro— levantó un dedo, enumerando sus ideas.— Que tengas la decencia de poner un banco por persona en cada espacio— levantó otro dedo.— Y que lo hagas en todas los sectores de la estancia.
— Estás siendo simplemente absurda.
— Es mi especialidad— se encogió de hombros.— Si te resulta un problema, siempre puedo prestarte los recursos para hacer los cambios.
— No hay ningún problema con los recursos...— bufó, poniendo una mano en su rostro.
— Entonces está decidido— le dio una de sus mejores sonrisas.— Quiero eso y también quiero...— se quedó en silencio unos segundos, pensando en cómo seguir molestando al hombre pero al no tener idea solo giró la cabeza.— ¿Blake, qué más queremos?
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Pieles Claras
RomansaAdhara no se consideraba una mala persona, era la sociedad quien había planteado la idea de esclavitud muchos años antes de que ella naciera. A ella solo le quedaba cumplir con su rol.