Capítulo Dieciocho

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– ¿Cuál es tu problema Cedric? – rugió Destiny en cuanto atravesamos la entrada de la mansión.

Me quedé atónita, viendo como ella lo miraba con un salvajismo que no le había visto hasta ese momento.

– ¡La teníamos! ¡Ella se ofreció y la dejaste escapar! – siguió gritando.

– Tengo una idea mejor, eso es todo– suspiró Cedric sentándose en el brazo de uno de los sillones.

– ¡No tenías que tener una idea mejor! ¡Tenías que seguir el plan que habíamos armado! – refutó ella, mientras Cornelius bajaba con tranquilidad las escaleras.

– El imbécil de tu hijo dejó escapar a la cazadora–

– Vamos, no la dejó escapar– se entrometió Emily mirando a Cedric con sorna– solo se quiere coger a la humana primero–

– ¡Aún estoy aquí! – le recordé mirándola perpleja.

– ¿Cedric? – Cornelius miró a su hijo interrogante – ¿Qué tienes para decir? –

Él, como toda respuesta, se tomó su tiempo. Mantenía el ceño fruncido mientras tomaba un cigarrillo y lo sostenía con los labios para encenderlo.

– Lo único que tengo para decir es que cuando entregue a la rehén me aseguraré de que todos los cazadores que pensaron desafiarme mueran desangrados– dio una calada a su pitillo y mientras soltaba humo me miró con los ojos entrecerrados – y si ella quiere coger no hay problema–

Destiny se abalanzó sobre él con furia. Cedric cayó sobre el sillón y ella, sobre él, comenzó a darle puñetazos en el rostro.

– ¡Eres un imbécil! ¡Esto podría haber terminado hoy! –

Cedric la empujó y ella salió disparada hacia atrás, casi atropellándome en el aterrizaje. Sus ojos estaban rojos, su cuerpo tenso y su perfecto cabello negro, levemente alborotado.

– No tengo ganas de ser cuestionado, estás en mi casa– le recordó Cedric, incorporándose y poniéndose de pie a metros de ella.

– ¿Y piensas que voy a cerrar la boca porque esta es tu casa? – Destiny soltó una risa seca, indignada– entonces me voy a la mierda y lo discutiremos afuera, donde tenga libertad de expresión–

– Alto, los dos– la voz de Cornelius los interrumpió, fría y seria– nadie se irá y nadie lo discutirá afuera– dijo acercándose a Destiny– tienes todo el derecho de estar enojada, todos ustedes. Nuestra casa es muy orgullosa y vengativa y lamento decir que le he transmitido esto a Cedric. No puedo culparlo por querer matar a un grupo de cazadores, son simplemente asquerosos– dijo con mucha tranquilidad.

– Ella tiene que morir. Y cuanto más rápido sea, mejor–

– ¡Esto es estúpido! – ¿Quién decía algo como eso? Pues yo... – podrían dejar a un lado la venganza y simplemente se habría terminado–

– ¿Alguien pidió su opinión? No lo recuerdo– se mofó Emily ladeando la cabeza como si no comprendiera.

– Tampoco te la pedimos a ti– refutó Godric lanzándole una mirada amenazadora.

Cornelius se sostuvo el arco de la nariz entre los dedos índice y pulgar, buscando paciencia en algún rincón de su ser.

– Esto no es una venganza– dijo Destiny volviéndose hacia mí – sería muy agradable matar a tu hermana solo por gusto, pero esto va más allá–

Luna de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora