Capítulo Cuarenta

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Tengo la obligación de dejar esta nota:

¡IMPORTANTE!

Este capítulo contiene violencia explícita. Si eres menor de edad, muy sensible, impresionable o crees que puede molestarte, dañarte o angustiarte, NO LA LEAS.

En ningún momento busca promoverla, si no más bien, busca mostrar hasta que punto la violencia tanto física como psicológica puede traumar y destruir a una persona.

PARA QUIEN NO QUIERA LEERLA: la escena violenta comienza cuando aparece el cartel de ¡ATENCIÓN! y finaliza cuando este cartel aparece nuevamente. ¡Aunque la salteen podrán comprender perfectamente lo que sucede!

* * *

Gary y Cedric estaban dentro del estudio que mi padre utilizaba cuando necesitaba silencio para trabajar. Ese lugar, constaba solamente con un escritorio antiguo, una silla giratoria de cuero negro, y una biblioteca que llegaba hasta el techo y cubría toda la pared detrás del escritorio.

Cuanto Destiny yo entramos, sin embargo, aquella habitación tenía algo de distinto. A un costado de la mesa en la que trabajaba mi padre había un hueco cuadrado en el que cabían al menos dos personas.

Intercambié una mirada con ambos, algo confundida, y me acerqué al agujero o más bien a la puerta, porque debajo, podía verse una escalera improvisada de cemento.

– ¿De dónde salió esto? – les pregunté a ambos, sin poder despegar los ojos de la escalera.

– ¿No lo conocías? – preguntó Gary– te dije que era importante– sonrió satisfecho, mirando a su hermano mayor.

– Estábamos revisando la biblioteca– explicó Cedric– Gary comenzó a mover los libros y cuando tomamos este– me mostró el volumen que tenía entre las manos– una parte del suelo se levantó como la tapa de una alcantarilla...–

– Jamás lo vi– le dije apretando los labios– ¿Ya bajaron? –

– Sí, hay una puerta metálica cerrada y no podemos abrirla– me explicó Cedric– de echo intentándolo la hundimos un poco–

Me volví para mirar a Destiny y ella me sonrió de lado.

– Nosotras tenemos la llave– les dije mostrándosela a ambos.

– Esto es lo que llamo trabajar en equipo– sonrió Destiny– ¿Entramos? –

– ¿Así sin más? – pregunté mientras el corazón me daba un brinco en el pecho.

– No lo sé... ¿Quieres hacer algún ritual antes? – respondió ella, mirándome como si fuese idiota.

– Vamos, baja– Cedric puso los ojos en blanco al ver mi duda.

Apoyó sus manos grandes en mis hombros y comenzó a acercarme al pie de las escaleras.

– No, espera...– tragué saliva, aplastándole la llave contra el pecho para que la tomara– primero ustedes–

Cedric me miró con la frente arrugada y sonriendo de lado, pero finalmente tomó la llave y comenzó a bajar los escalones, seguido por Destiny, Gary y yo.

Metió la llave en la cerradura y como esperábamos, encajó perfectamente. El corazón comenzó a latirme aún más rápido mientras tiraba del picaporte... Estaba demasiado nerviosa por saber que habría detrás de esa puerta; no estaba segura, pero sentía que había algo allí, algo muy importante.

– ¿Qué mierda? – oí que soltaba Cedric entrando primero.

Casi empujé a Gary para que me dejara entrar de una vez, pero en cuanto conseguí pasar la puerta, me arrepentí.

Luna de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora