"ʙᴇꜱᴇ ᴀ ᴜɴ ꜱᴀᴘᴏ ᴘᴇɴꜱᴀɴᴅᴏ Qᴜᴇ ᴇʀᴀ ᴜɴ ᴘʀÍɴᴄɪᴘᴇ"
Jack no es un príncipe y Elsa definitivamente no es su princesa pero ¿Quién la haría entender eso?
Nunca nadie debería juzgar el tipo de amor que una persona siente hacía otra puesto que las consecuenci...
Una pequeña banda poco conocida en la ciudad vendría a tocar al instituto de Jack y Elsa. Esta última esta demasiado cansada por los problemas de insomnio que tiene además de que siempre ve que su novio comparte y publica cosas con Marinette.
Rapunzel le había aconsejado que lo mejor era que hablaran para poder aclarar las cosas de una buena vez, ella sabe que la pelinegra ama a su mejor amigo pero también es consciente de que él ya no.
Los salones habían decidido participar en el concierto así que las clases quedarían suspendidas unas horas. Elsa se reunió feliz con sus amigas Mérida y Rapunzel junto con otro grupo pequeño de personas con las que ellas convivían. Jack se le había perdido y si era honesta ni siquiera quería buscarlo.
-La música está increíble.-Dijo la pelinegra moviendo los hombros.-Vamos a bailar chicas.
-Ya sabes que no me gusta bailar Els.-Le respondió la rubia.-¿Por qué no buscas a Jack para que practiquen?
Elsa Arendelle no lo pensó 2 veces. Salió corriendo con una gran sonrisa a buscar a su novio, estaba segura de que a pesar de que Jack no supiera bailar. Lo intentaría, lo haría por ella. La joven pelinegra lo encontró en una mesa apartada con sus amigos y rápidamente lo tomó del brazo para llevarlo a la pista.
-Baila conmigo Jack.-Le dijo ella con una gran sonrisa.
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Jack Frost se puso muy nervioso porque no sabía cómo rechazarla, bailar no era una opción y con Elsa mucho menos.
-Elsa... No, no puedo bailar. No sé cómo y además me da miedo la gente.-Inventó de pronto haciendo que la joven dejara de sonreír.
-Pero podemos intentarlo, por favor déjame guiarte. Te prometo que no es tan difícil. Hazlo por mí.
-No voy a bailar y ya te lo dije. Será en otro momento quizás con menos gente.-Dijo Jack Frost para darse la vuelta y regresar a donde estaba inicialmente.
Elsa se quedó ahí con los ojos cristalizados, nadie la había humillado tan feo como él acababa de hacerlo. Regresó ella también con sus amigas y se sentó en las gradas, desde ese día Elsa no volvió a bailar ni a animarse cuando escuchara una canción movida.
Sus amigas se quedaron con la incógnita de lo que había sucedido para que regresara pálida y con los ojos rojos pero no la forzaron a decir nada, más adelante fue el propio Jack el que les contó lo que había hecho.
ACTUALIDAD
Los días no han ido mejorando para la mayor de las Arendelle, se siente hasta cierto punto un zombie. Sabe perfectamente que Jack Frost no merece ni una sola de sus lágrimas pero aún así no puede evitar llorarle. Ella no mintió al decir que lo amaba.
