Capítulo 3: Reunión

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-¿Te parece bien entonces?-bien, explicaré el tópico del día. El hermano mayor de Maica, Clarck, ha vuelto de sus dos años de estudio en el extranjero. Aprovechando que dos familias que han sido amigas desde sus comienzos vuelven a estar completas después de un tiempo se había decidido hacer una pequeña cena a modo de reunión.

-Bien papá-sonreí cerrando mi ordenador.

-Espero que vengas con reservas de paciencia-empezó con un tono jocoso- hace dos años que Clarck no te ve el pelo.

-Muy gracioso papá-cogí uno de los papeles en sucio de mi escritorio, lo hice una bola y se lo lancé justo cuando él cerraba la puerta mientras reía. Sí, mi padre, muy perspicaz él, se había percatado de que tal vez el hermano de mi mejor amiga tuviera un pequeño… cuelgue, sí, esa sería la palabra, conmigo.

~

La cena se había programado para las nueve, una hora antes, estaba acabando de vestirme. Era verano, hacía calor, y no era una cena como quien dice formal, así que unos shorts negros con una camiseta negra holgada que casi me quedaba como un vestido, me pareció una buena opción para esta cena.

            Mientras me hacía algún que otro tirabuzón en la melena con ayuda de las planchas, me fijaba en los estantes del baño, los cuales, antes de que me fuera, estaban casi vacíos, al menos en lo que a productos de mi padre se refería, yo solía ocupar algo más, ahora, apenas tenía espacio para recolocar mis cosas, así que algunas de éstas tenían que permanecer en mi habitación.

            Cerré mi pequeño maletín de maquillaje de golpe cuando me di cuenta de que, en realidad, me estaba esmerando por quedar bien, y ni si quiera sabía por qué ¿A quién quería yo impresionar? Estaba comprobando que todo estuviera bien, sería que la ciudad me había vuelto perfeccionista con esto del aspecto, pero alguien llamó a la puerta.

-_______, cielo ¿Te queda mucho?- ¿Desde cuándo ella me llamaba cielo? Vomitivo… Sí, sigo sin poder aguantar a esta mujer.

-No, ya salgo-cogí mi pequeño maletín azul de maquillaje y la pequeña caja donde guardaba mis pendientes y abrí la puerta.

-Oh mírate, que guapa estás-dijo sonriéndome, sí, sonriendo, de nuevo. A veces esta mujer me recuerda al escalofriante Joker de Batman.

-Gracias

-¿Me harías el favor de bajar y acabar de preparar algunos de los platos? Quiero ver que hago con este estropicio-señaló y ahuecó su pelo.

-Claro… ahora bajo-No tengo nada mejor que hacer que ayudarla… -Katie se encerró en el baño y yo me giré, chocando con Jackson, otra vez.

-¿Es tu modus operandi?-preguntó con una de sus sonrisas ladeadas.

-Es que no estoy acostumbrada a tanta gente- Sí, sé que soy borde, pero no puedo evitarlo. Tal vez también podría llamarse egoísmo, pero se me estaba haciendo muy difícil e incómodo tener a Katie y a Jackson en casa, sobre todo, porque no había venido mentalizada para ello.

-Ya veo…-él en cambio, seguía sin perder su sonrisa, en eso, sí se parecía a la madre.

~

-Bienvenidos-mi padre abrió los brazos para abrazar al padre de Maica, Steve Benson, quien le devolvió el gesto a mi padre con una sonrisa. Lindsay, la madre de mi mejor amiga se acercó enseguida a abrazarme.

-No sabes cómo te hemos echado de menos por aquí.

-Yo también he echado mucho de menos al pueblo y a su gente señora Benson.

-_____, te he dicho miles de veces que me llames Lindsay- saludé también al señor Benson, después se me acercó Maica.

-Tengo que hablar contigo-dijo mordiéndose el labio inferior y algo sonrojada.

-Ya veo…

-Hola _____-tras la rubia cabellera de Maica vi al castaño, Clarck, su hermano- cuánto tiempo-iba a darle dos besos, pero él se adelantó, abrazándome.

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