-Jackson esto es…-No tenía palabras, todo era tan perfecto. No solo la mesa estaba repleta de velas, toda la cocina al completo estaba llena de velas. En la mesa se encontraban puestas en un candelabro de plata, las de la cocina eran de las pequeñas y redondas, puestas en pequeños recipientes. Sobre la mesa, la cual estaba adornada con un elegante mantel color granate oscuro con un pequeño camino de mesa de color crudo, además, se disponían dos platos con una ingente cantidad de pasta que tenía una pinta impresionantemente buena. Jackson me había hecho esperar además para que él pudiera cambiarse, cosa que, desde luego, había valido la pena. Se había decantado por unos pantalones negros muy elegantes y bastante estrechos y una camisa blanca, la cual llevaba medio desabotonada, así que podía alegrarme la vista con un poco más de la mitad de su pecho. –Impresionante.
-Lo que tú te mereces, sobre todo después de haberlo pasado así de mal por lo de tu padre.
-Jackson eres un auténtico cielo-me acerqué a él y puse mis manos sobre su pecho medio descubierto.-Tendré que compensarte por todo tu trabajo.
-Se me ocurre una manera… puede que esta noche cuando volvamos del bar donde vamos.
-¿Luego saldremos?
-¡Claro! Noche completa-dijo esas dos últimas palabras levantado y bajando las cejas, yo reí, captando la “indirecta”. –Si me permites-me besó levemente y se dirigió a mi silla para retirarla.
-Gracias-dije besándole la mejilla y me senté.
-Espero que la cena te guste-me sonrió sentándose frente a mí.
-Tiene una pinta extraordinaria.
-Adelante entonces-cogí el tenedor y enrollé un poco de pasta en este. Lo llevé a mi boca y lo degusté, impresionante.
-Deliciosos.
-¿Sabrías decirme qué lleva la salsa?
-¿Me está poniendo usted a prueba señor Rathbone?
-Puede-esa sonrisa torcida suya que me hacía perder la cordura, la poca que tenía cuando él estaba cerca.
-Pues… creo que lleva nata, queso de la tienda del señor Fodd, bacon evidentemente y este orégano… es del que da la señora Flickerwalt en su carnicería cuando compras ternera.
-Sencillamente brillante señorita Sinclair.
~
Una vez hubimos recogido las velas y todo lo que había sido utilizado, subimos al coche de Jackson y salimos del pueblo. Bajé la ventanilla del todo para que el aire nocturno pudiera filtrarse por todo el coche y revolverme el cabello.
La mano de Jackson llego hasta la mía para poder entrelazar nuestros dedos, sonreí ante aquel gesto.
-¿Puedo saber dónde vamos? ¿O esto también forma parte de tu complot para hacer que pierda la cabeza por los nervios y la incertidumbre?
-Oh cariño, qué bien me conoces.-reí
-Eres insoportablemente insufrible
-Tienes que admitir que aún así me quieres, y no precisamente poco.
-No te lo niego, pero tu crueldad es equitativa a todo lo que te quiero.
-Oh dios mío, sí que debo ser cruel-volví a reír. Era imposible estar mal con él, simplemente Jackson hacía que eso fuera imposible.
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Suddenly
RomanceLa familia Sinclair había vivido siempre en el pequeño pueblo Australiano Daylesford, allí eran una importante familia a cargo de importantes asuntos del pueblo. Todo parecía feliz y próspero para la familia hasta que Julie Sinclair murió en un acci...