Capítulo 12: Momentos

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La rubia caminaba hacia su casa, impasible, escuchando el relajante sonido de los grillos que empezaban a salir para adornar la noche con su melodía. Su casa estaba ciertamente bastante cerca de la de su mejor amiga pero cierto moreno estaba dispuesto a hacerla tardar un poco más.

-Buenas tardes- ella no se esperaba, ni mucho menos, escuchar el susurro del moreno en su oído. Se dio la vuelta, bastante sobresaltada, cabe decir. Sin poder evitarlo, le dio un pequeño golpe en el pecho, que el moreno casi ni notó.

-Me has asustado Taylor-se quejó ella, haciendo que el moreno sonriera más- aunque… siendo sincera-se sonrojó ante las palabras que iba a pronunciar- te he echado de menos. Hacía unos cuatro días que no me acosabas.

-Mis padres han estado mucho sobre mí estos días, ya sabes lo que supondría si supieran que, como tú dices, te acoso-él rió, mostrando su blanca dentadura y haciendo que el corazón de Maica latiera como loco.

-Entonces buen punto lo de ser previsor.

-Gracias, lo sé

-Y lo de modesto

-Tema aparte. ¿Qué lugar del pueblo te gusta más?-esa pregunta descolocó un poco a la rubia, ¿A qué venía eso?, esa pregunta quedó reflejada en el rostro de ella. –Tú responde anda.

-Pues el lago.

-Me lo apunto-besó la mejilla de la rubia y empezó a caminar, al igual que ella-¡Eh, Maica!-la rubia, evidentemente, se giró- No hagas planes en los próximos días.

~

-¿Aburrida?- Jackson tal vez había adivinado cómo me encontraba al verme tirada en el sofá, boca abajo, con los brazos y las piernas colgando.

-¿Tú crees?-ni siquiera levanté mi cara del cojín, así que mi voz sonó algo distorsionada. Escuché cómo él reía, después noté que se sentaba encima de mí, sin apoyar todo su peso.-¡Oye!-me quejé riéndome.

-¿Qué? No me dejas sitio en el sofá.

-¿Me harías el enorme favor de quitarte de encima? Prometo dejarte un sitio en el sofá.

-¿Segura?

-Que sí-reí junto a él-pero levántate por dios.- él pareció pensárselo.

-No me fío-con eso pensé que se refería a que no tenía pensado levantarse, pero si lo hizo, para luego cogerme a mí en sus brazos y sentarme encima de sus piernas, ya que él fue quien se tumbó ocupando todo el sofá esta vez.

-Anda que no sabes nada-le dije riendo mientras él ponía cara de bueno.-Por cierto, creo que dentro de unos pocos días es la inauguración de la tienda de Clarck, dime por favor que vendrás conmigo.

-¿Te da miedo que te acose?

-Yo no lo llamaría acosar, simplemente es algo pesado cuando quiere y Maica no sabe cómo defenderme del escurridizo de su hermano. Por favor…-sonrió

-Iré contigo.

-Dios, no sabes el favor qué me haces.

-Eh, quiero mi compensación, voy a tener que lidiar con Clarck toda una tarde.

-¿Y qué quieres a cambio?

-Puedes empezar con un abrazo, por ejemplo-extendió sus brazos y subió sus cejas, yo le sonreí. Bajé hacia él para darle la primera parte de su compensación. Él me estrechó contra su pecho. Nunca me había sentido tan cómoda como entre sus brazos. 

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