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XIII

17 y 18 de Mayo de 2020

                      ANAJU

En el capítulo anterior....

Noté como alguien intentaba subir las escaleras, de la litera de al lado y pasé mi pierna por encima suyo para que nadie notara lo que segundos antes habíamos estado haciendo. Nos hicimos los dormidos y escuché algo que no me hizo ni un pelo de gracia. Algo que sabía que tarde o temprano marcaría mi vida.

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- Pero ¿qué? -era Eva

- ¿Qué pasa? -le preguntó Gèrard

- Mira estos dos...

- Sí. Han dormido juntos varios días, pensaba que ya habíais hablado del tema

- Sí... bueno le dije que no pasaba nada, que yo no estaba enamorada de él pero me repatea que no me haga ni caso

- Bueno... es normal. Lo vuestro fue fugaz y aunque ahora os llevéis mejor, quiere pasar tiempo con ella. Cree que se va a ir

- Y se va a ir pero si no es así... no puedo dejar que esto continúe así

- ¿Qué dices?

- Nada... no me hagas caso

No podía... No lograba entender porqué tenía que ser así. ¿Me había engañado cuando me dijo que estaba enamorada de Rafa? ¿Me mintió al decirme que estaba todo bien? ¿Por qué no podía soportar la idea de vernos bien? Eran ese tipo de cosas a las que me refería cuando hablaba de Eva. De todos es sabido que siempre le ha gustado ser el centro de atención. Más que el centro de atención, le gusta que estén por ella. No solo los chicos sino el resto también. Pero una cosa era esa y otra querer interponerse en una relación y más de alguien que es tu amiga y del chico del que no estás enamorada.

En cuanto se tumbó, busqué la mirada de Hugo. Necesitaba saber si había escuchado lo mismo que yo, saber qué pensaba y, lo más importante, si íbamos a hablarlo con ella en algún momento. Al fin y al cabo, por mucho que quisiera interceder, era él el que debía marcar los tiempos y pararle los pies. Pero no... estaba dormido. No entendía como en cuestión de 5 minutos había conseguido dormirse tan profundamente. Y esa noche a pesar de estar entre sus brazos, no pude dormir.

HUGO

Sí, lo escuché todo y no podía creerlo. La realidad me estalló en la cara. Pensaba que habíamos podido enterrar el hacha de guerra. Pensaba que todo estaba bien y que incluso estaba feliz de verme tan enganchado a Anaju. Ella misma fue quien me dijo que me hacía mucho bien. ¿Por qué ese cambio y por qué cuando mejor estaba con Anaju?

Sabía que buscaría mi reacción en cuanto todo se despejara y preferí hacerme el dormido. No sabía como enfrentarme a esa situación. No me apetecía tener que enfrentarme a Eva y creía que si reaccionaba estando tan enfadado, la cosa se pondría peor. Y no, no quería que Anaju viviera eso. No se lo merecía. No merecía verse envuelta en las niñatadas de Eva.

Noté como se ofuscaba al verme dormido y se giró, separándose de mis brazos. Y llamadme cruel pero me parecía tan adorable que no pude evitar sonreír. La abracé gruñendo, haciéndome el dormido y notar como sonreía y me cogía las manos, me enternecía el corazón.

Y dormí de nuevo como un bebé. Al despertar la vi tan bonita, a mi lado, hablando. Era tan adorable cuando hablaba soñando... Podría pasarme toda la vida intentando averiguar que salía de su boca pero era imposible entenderla. La abracé muriendo de amor y aproveché para besar su frente. Era algo que me encantaba hacer.