XLV

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         ANAJU

El interrogatorio de la policía me estaba volviendo loca. Nos preguntaban una y otra vez lo que había ocurrido. Supe que no teníamos ningún tipo de credibilidad al responder quién había sido el autor de los hechos. Al parecer era algo impensable para ellos que alguien tan reconocido cometiera tal atrocidad. Estaba agotada. Y podía notar como Hugo también lo estaba. Al fin y al cabo, el golpe que se había dado fue bastante fuerte. Por lo que necesitaba descansar y todo eso retrasaba ese hecho. 

De pronto vi llegar a Paco, mi mánager. Se puso a hablar con la policía fuera de la habitación y no entendía que podían estar haciendo. 


- ¿Qué hace Paco? ¿Sabes de qué hablan? -me preguntaba Hugo, apretando nuestras manos entrelazadas

- No, voy a ir a averiguar ¿vale, mi amor? 


Afirmó con la cabeza y salí fuera, sin perder de vista a Hugo. 


- ¿Qué pasa, Paco?

- Tranquila Anaju. Está todo bien. He traído las pruebas que demuestran la verdad 

- ¿Qué? ¿Cómo? 

- En el estudio tenemos cámaras


Me quedé en shock. Eso ayudaba a que la investigación concluyera al demostrar que lo que ambos decíamos era verdad. Quizás había esperanza en que se tomaran las medidas pertinentes. 


- Señorita, una vez disponemos de las pruebas, le recomendamos que denuncien los hechos


Mi racionalidad había desaparecido. Mi mente se había quedado en blanco, no sabía cómo reaccionar, ni qué hacer. Haber visto esas imágenes me había devuelto las sensaciones tan desagradables que había vivido horas antes al tener a Antón sobre mí. 


- ¿Anaju? ¿Estás bien? -Paco puso su mano en mi hombro e, instintivamente, me separé con un escalofrío recorriendo mi cuerpo- Perdón... -vi en su cara la angustia por haber provocado ese rechazo en mí

- No, perdóname tu a mí, Paco. Sí ¿qué decían? 

- Le recomendamos que interponga una denuncia y una demanda al señor Antón Álvarez. Debe pagar por lo que les ha hecho, señorita. Disponemos de las pruebas necesarias para ello

- Anaju, la discográfica, el guardia de seguridad y yo mismo os respaldamos en esto

- Sí, lo haremos

- Perfecto. En unos minutos le traeremos el papeleo ya que deben pasar aquí la noche. No se preocupen

- Muchas gracias agentes


Se fueron dejándome a solas con Paco. Mi mirada estaba perdida. Las imágenes se amontonaban en la cabeza. 


- ¿Anaju?

- Perdón, dime

- ¿Estás bien? 

- Sí... no... -mis ojos empezaban a empañarse- No dejo de pensar en... 

- Ay mi niña... No quiero ni imaginar por lo que estáis pasando -veía el miedo que tenía a acercarse de más a mí 

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