11 de Mayo de 2020
ANAJU
Ahí lo tenía tumbado boca abajo, tan concentrado mirándome a los labios. No podía evitar perderme en su mirada, esos ojos color nácar que no sabía como describir pero que conseguían desnudarme el alma. El espacio entre los dos cada vez era más escaso y no os hacéis una idea de las ganas que tenía de besarle. Notaba como se erizaba su piel con el contacto de mi mano en su nuca.
Me acerqué poco a poco a él. Noté en sus ojos un brillo especial. No sabía si era miedo, deseo o incredulidad, pero me encantaba que ese brillo lo provocara yo. Le miré a los labios y con mi mano en su cuello, me acerqué. Quería probar qué pasaba si me acercaba tanto. No puso ningún tipo de impedimento, al contrario, parecía estar esperando ese momento de la misma manera que haría yo.
Pero no, no podía permitirme cagarla de esa manera. No sentía nada por mí. Ya lo había dicho muchas veces, ¿no? Yo era como su hermana mayor y, por muy pillada que estuviera de él, tenía que seguir siendo así.
Le di un beso en la comisura de los labios.
- Buenas noches Huguito
Al separarme me tumbé como si no acabara de pasar nada. Él seguía con los ojos cerrados y esa sonrisa suya que conseguía removerme tanto. Cerré los ojos para intentar dormir y podía notar su mirada penetrante. Acercó su mano a mi espalda, me acarició consiguiendo ponerme los pelos de punta y me apartó el pelo, poniéndolo detrás de la oreja como tantas veces había hecho en la Academia. Con sus dedos acariciaba mi mejilla y, poco a poco, empezó a acariciarme los labios con ellos, suavemente. Estuvo así unos segundos que para mí se convirtieron en horas.
- Buenas noches Anaju
Se acercó aún más a mí, rodeó mi cintura con su brazo izquierdo y así fue como nos dormimos ambos. Al despertar no estaba. Pensé que había sido un sueño pero al escuchar la ducha y como alguien cantaba, supe que había sido más real de lo que habría podido imaginar. Me desperecé y lo vi aparecer con tan solo una toalla tapándole medio cuerpo.
- Buenos días bella durmiente. ¿Has dormido bien? -su mirada me mataba.
No sé en que momento había pasado a convertirse en una pantera las 24 horas del día. Si seguíamos jugando de esa manera, me acabaría quemando.
- Buenos días señorito -su sonrisa iluminó la habitación- Muy bien ¿y tú? Ya veo que te ha sentado bien dormir
- Muchísimo. He dormido bien acompañado y eso ayuda -dijo acercándose a mí, que me encontraba de pie al lado de la cama ¿Qué pretendía? Si quería jugar yo no me iba a quedar atrás
- Vaya... que chica más afortunada -me acerqué a él quedando a escasos centímetros el uno del otro- tendré que preguntarle cual es el truco para dormirte
Había empezado la guerra sin darnos cuenta. Ambos nos retábamos, mirándonos a los ojos para luego mirar nuestros labios. Podía sentir su respiración acelerada, nuestros latidos danzando al compás. Ahí estábamos. En nuestra burbuja. Hugo siempre conseguía que mi parte racional desapareciera. Me hacía sentir fuerte pero frágil a la vez.
Tocaron a la puerta. Ninguno de los dos se movía. No estábamos dispuestos a perder la batalla. Contesté para saber quién era sin quitar mi vista de Hugo, sin moverme ni un milímetro.

ESTÁS LEYENDO
Todo
FanfictionSolo quiero verte, mirarte y decirte que sentirte entre mis brazos me hizo reflexionar de lo dulces que son tus labios Solo quiero verte, mirarte y besarte que brillen nuestros ojos que no pares de escuchar tengo que contarte todo Todo, tu lo eres...