Todo

XXXV

      HUGO

No podía sentirme más lleno de vida. Iba a colaborar con artistas enormes, mi disco avanzaba a la velocidad de la luz y estaba compartiendo mi vida con la mujer más buena del planeta. Lo tenía todo pero, poco a poco, vi como eso último se iba esfumando sin darme ni cuenta. 

Pasábamos muchísimas horas en el estudio y no coincidíamos. Hacía semanas que ya habíamos grabado nuestros temas y solo quedaban los retoques de producción. Por lo que dedicábamos nuestro tiempo a nuestro proyecto individual. Llegaba tarde a casa, a altas horas de la mañana y Anaju ya dormía. Cuando despertaba solo me daba tiempo a darle un beso y verla marchar. 

Lo completo que me sentía empezó a convertirse en un vacio que me angustiaba. La echaba de menos pero no podía reprocharle nada. Ni uno ni otro parecíamos tener tiempo que dedicarnos. Y si os soy sincero, verla pasar tantísimas horas con Anton me estaba comiendo de celos. No entendía porqué dedicaban tiempo juntos en el estudio si su tema ya estaba más que acabado. 

Nos encontrábamos a finales de Octubre y había llegado nuestro "mesiversario". Así apodábamos a lo que cada mes se convertía en el aniversario desde que nuestra historia comenzó. Solo habían pasado tres meses aunque para mí todo hubiera comenzado mucho antes. Siempre dedicábamos ese día a cenar, reír, recordar momentos, ver una película en Netflix y devorar nuestros cuerpos hasta el cansancio. 

Tenía claro que no iba a permitir que mi trabajo me quitara algo tan especial, por lo que avancé todo lo que pude durante la semana para prepararle la cena y ambientar la casa. La quería sorprender. Decidí rememorar una de nuestras cenas favoritas en la Academia y preparé fajitas. Nos encantaban. De postre había comprado helado y tenía en la despensa varias bolsas de palomitas, además de una palomitera que quería regalarle. ¿Qué mejor que una máquina para hacer palomitas infinitas? 

Eran las diez de la noche y todavía no tenía noticias suyas. No podía saber lo que había montado por lo que no me preocupé. Los minutos pasaban y cada vez me ponía más y más nervioso. 

[25/10 23.16]: Mi amoor! ¿Cómo vas? Te estoy esperando para cenar. Tengo una sorpresa para ti. Dime algo. Te quiero

No sé porqué me sentía tan triste pero llevaba días sintiendo que algo no andaba bien. 

[25/10 23.18]: Huguito, bebé, aún estamos en el estudio que Anton quiere hacer algunos retoques. No sé si llegaré para cenar. Lo siento mi amor. ¿Sorpresa? ¿Por qué? Ayy... yo también

Tiré el teléfono al sofá lleno de rabia. Otra vez estaba con él y parecía haber olvidado el día que era. No me podía creer que nos hubiéramos alejado tanto el uno del otro. 

       ANAJU

Me sentí fatal al ver el mensaje de Hugo. Eran casi las 23.30 y todavía me estaba esperando para cenar con una sorpresa. Me quedé pensando, embobada, intentando adivinar qué podía ser. Incluso Anton intentó despertarme y aunque nos pusimos a trabajar, mi mente solo podía viajar a esa conversación. De pronto, como por arte de magia, me vino a la mente. Era día 25, nuestro "mesiversario". Lo había olvidado por completo.

Hugo debía estar decepcionado, enfadado, frustrado. Había descuidado tanto nuestra relación que no me había dado cuenta del poco tiempo que le había dedicado en las últimas semanas. Me estaba alejando de él sin tan siquiera saberlo y me mortificaba. Estaba agotada pero lo único que me apetecía era salir de allí corriendo y pedirle disculpas por todo. Se lo conté a Anton y me fui lo más rápido que pude.