XLIX

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           ANAJU

Al salir del avión, nos dirigimos al parking para recoger los coches que habían alquilado. A pesar de ser ya de noche, me encantaba perder mi mirada en el paisaje y disfrutar de la brisa de Ibiza acariciando mi rostro.

De pronto, pararon en el arcén de la carretera. Miraba a nuestro alrededor y solo podía ver árboles. Me asusté.


- Chicas ¿qué pasa? ¿Va todo bien?


Ellas solo reían y me dijeron que iban a taparme los ojos para que fuera sorpresa el lugar donde nos hospedaríamos. A pesar de lo nerviosa que estaba, accedí a ello con una sonrisa. No podía negarme a lo que habían planeado con tanto esmero y cariño. Noté como aparcaban el coche y me llevaban de la mano hacia algún lugar. Tras preguntarme si estaba lista para ver la que iba a ser nuestra casa en los próximos días, me retiraron el antifaz. Abrí los ojos poco a poco y casi me caigo de espaldas al ver la villa que habían alquilado.

- Pero

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- Pero... pero esto os debe haber costado un ojo de la cara, por dios. Estáis como una cabra

- Tu por eso no te preocupes -dijo Mai

- ¿Cómo no me voy a preocupar? ¿Estáis viendo lo mismo que yo?

- Ana Júpiter, cállate un ratito. Tu aquí solo has venido a disfrutar, de lo demás nos encargamos nosotras y esto es solo el principio


Era la típica casa que ves en las películas y a las que sabes que nunca vas a poder aspirar. Analizaba cada detalle, cada rincón de aquel paraíso. Definitivamente tenía a las mejores amigas que alguien pueda tener. En cuanto llegamos a la planta superior, divisamos la cantidad de habitaciones que había. Mientras Eli, Ari y Anne se acomodaban en sus respectivas habitaciones, Sam, Mai, Nia y Eva me llevaban a la que sería mi habitación.


- Esta es la tuya


- Esta es la tuya

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Era una pasada.


- ¿Con quién voy a dormir?

- Sola -dijo Sam

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