XVII

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22 y 23 de Mayo de 2020

            ANAJU

La verdad es que a pesar de quedarnos dormidos, poco tardamos en despertarnos con los ronquidos de Flavio. El pobre no tenía la culpa pero era imposible poder dormirse si no lo hacías antes que él. Hugo me miraba agobiado por no poder pegar ojo. 


- Es que me voy pa'allá. Voy a despertarle -dijo intentando levantarse de la cama

- No, mi amor, el pobre no tiene la culpa


Me sabía mal que quisiera despertarlo para que pudiéramos dormir, así que lo retuve haciéndole cosquillas para que se durmiera y lo conseguí. A pesar de que fuera super tarde, estaba pletórica por despertarme a su lado. En cuanto sonó la música y lo vi desperezarse, le di los buenos días. Su sonrisa en seguida apareció, apretándome entre sus brazos. Esta vez fui yo la que buscó besar sus labios. Me sentía tan libre con él que cualquier detalle me salía con total naturalidad. 

Salté por encima, lo que ocasionó que se riera escandalosamente, teniendo que darle un golpe en el brazo para no despertar al resto. Tiró de mí hacia él y me besó varias veces. Mordí su labio y me fui dejándolo atontado encima de la cama. No sabía qué me pasaba pero estar cerca de él me hacía arder en llamas. 

Mientras me lavaba la cara, me puse a hacer cálculos del tiempo que llevaba sin que me bajara la regla. Dos meses. Supongo que el confinamiento y el estrés hicieron que desapareciera. No estaba nada preocupada, al fin y al cabo, no había mantenido relaciones con nadie desde hacía más de 3 meses y medio. La última vez fue con Rafa en la Academia, antes de que él empezara a tontear con Eva. 

Efectivamente, al ir al baño vi que me había bajado la regla y, si os soy sincera, me fastidió. Llevábamos días tentándonos el uno al otro y me conformaba con esa intimidad que teníamos, pero me apetecía ir más allá y dejarme llevar por las ganas que ambos nos demostrábamos a diario. Si echaba cuentas, en los próximos cuatro días no podríamos hacer nada. Por lo menos, eran 4 días... solo 4 y después de la gala quizás podríamos celebrarlo de esa manera, si alguno de los dos resultaba finalista. 

Al salir lo encontré en el vestidor y me acerqué, recostando mi cabeza en su hombro, lo que pareció hacerle gracia. 

En clase con Cesc había que hacer parejas y sabía lo bien que trabajábamos juntos y lo mucho que nos gustaba

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En clase con Cesc había que hacer parejas y sabía lo bien que trabajábamos juntos y lo mucho que nos gustaba. Cuando decidió juntarnos, se nos notó tanto lo felices que nos hacía que no pudimos parar de hacer el idiota y bailar con The Weeknd de fondo. No tardé en abrazarlo como tanto me gustaba. Era tan bonito. Bueno... lo es.

 lo es

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