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14 y 15 de Mayo de 2020                   

ANAJU

Mi mano poco a poco se acercó a su cuello, repasando una a una las líneas de ese búho que tan loca me volvía. Nuestros cuerpos parecían imanes atraídos por el magnetismo y cada vez estábamos más cerca. Sus labios entreabiertos dejaban pasar su respiración agitada y entrecortada. Mi conciencia no paraba de recordarme que despertara y frenara esa locura pero cuando se trataba de Hugo, era mi cuerpo el que tomaba el control.

Cuando pegó su frente y su nariz a la mía creí volverme loca. Sus ojos se habían oscurecido por la dilatación de sus pupilas y notar su respiración sobre mí me hacía estremecer. Cerró sus ojos y pensé que era el momento indicado. Todos sabéis que me cuesta dejarme llevar pero él me hacía ser así. Iba a hacerlo, le iba a besar sin pensar en las consecuencias, ya tendría tiempo de hacerlo, pero quería vivir el momento. Necesitaba saber si la conexión que sentía era recíproca o simplemente una locura.

- Hugo....

Alguien lo llamaba desde el pasillo entre las camas. Era Eva. En seguida me separé. Él abrió los ojos. Tenía cara de enfadado, frustrado, decepcionado. Le susurré:

- Creo que me voy a ir Hugo -dije levantándome para bajar

- Tu no te mueves de aquí -dijo tirando de mí para que volviera a tumbarme

Antes de que nos diéramos cuenta, Eva se asomó desde la escalera de la litera. Su cara era de sorprendida y ¿celosa? La poca luz que había no me dejaba verla bien pero sabía que no le había hecho gracia encontrarme ahí.

- Perdón. ¿Podemos hablar a solas un momento?

Os seré sincera. Me pareció un gesto bastante egoísta por su parte. No por el hecho de que quisiera hablar con él, eso no me importaba. No soy una persona celosa que necesite que su pareja mantenga la distancia con sus amigas o sus ex. Al contrario, me parece sano. Me molestaba el hecho de habernos visto en esa situación y, aún así, querer interrumpir ese momento. Pero no podía reprocharle nada, al fin y al cabo, no había pasado nada entre Hugo y yo y ellos debían hablar las cosas para, por lo menos, mantener una relación de amistad o de respeto mutuo.

- Ya os dejo. Voy a mi cama -no les di tiempo a decir nada. Eva se apartó y de un salto bajé

- No -él en cambio estaba enfadado, se le notaba tanto por su expresión como por su manera de hablar -Te puedes quedar. Lo que tengas que decirme puedes hacerlo delante de Anaju

La manera en que me miraba me trastornaba. Parecía estar pidiéndome a gritos que me quedara con él, que no le dejara solo y yo... yo no quería enfrentarme a eso. No iba a luchar con Eva. Ni me apetecía ni lo merecía. Quien debía aclararse era él. Yo tenía todo muy claro y no quería presenciar nada a pesar de lo mucho que me dolía verme envuelta en todo eso.

- Buenas noches chicos

Me tumbé en la cama. De nuevo esa sensación. Me sentía tan vulnerable. Era volver a revivir las mismas emociones que la vez anterior y no me quedaban fuerzas para tal cosa. No podía evitar mirar hacia su cama. Eva se había subido con él y estaba sentada con su espalda en la pared, al igual que él en la otra punta. No me apetecía volver a ver una reconciliación. Tenía miedo. Miedo a que eso llegara. Miedo a que todo lo bonito que habíamos pasado esos días se fuera tal cual había venido. Miré al frente y me encontré con la mirada de Nia. Se la notaba preocupada por mí. Le sonreí para tranquilizarla. Siempre fingiendo, siempre aparentando ser fuerte cuando en realidad era todo lo contrario.