**Hola, van a encontrarse con palabras en cursiva que están en otro idioma. Aquí les explicamos. Cazzo: Mierda. Se pronuncia CATZO. Ahora sí, DISFRUTEN!!
El taxi nos dejó en lo que parecía ser la entrada a un bosque. Había antorchas que iluminaban el camino de madera hacia la fiesta y, una vez ahí, quedé impresionada.
El mismo desembocaba en un descampado rodeado de árboles que se dividía imaginariamente en tres zonas. A la derecha, había un tabladillo de madera techado por una carpa negra de cuatro patas con pequeñas luces doradas, al igual que un bar que rebosaba de jóvenes entusiasmados. A la izquierda, habían prendido una gran fogata, también rodeada de gente. Yo, al contrario, me mantendría alejada de ella. No me gustaban. Y por último, estaba la laguna rodeada por antorchas y varias tiendas donde podíamos cambiarnos... Esa gente sí que sabía montar una fiesta.
Liv me jaló en dirección al bar, pero nos interceptaron dos chicos tambaleándose, uno más ebrio que el otro.
—¡Pero miren quién llegó! —exclamó uno de ellos antes de recibir un fuerte abrazo de Liv.
Era delgado y muy alto, contando su gran cabellera color rubio cenizo. Tenía los ojos verdes, ahora algo perdidos, y una mandíbula que parecía tener filo. Mientras que el otro tenía los ojos jalados y llevaba un gran copete azabache. Sus rostros se me hicieron familiares, me pareció reconocerlos de alguna clase.
—¡Hey! —exclamó Liv mientras abrazaba al segundo—. Sabía que iban a estar acá. ¡Esto se pondrá bueno! —afirmó aplaudiendo.
—¿Y quién es tu amiga? —preguntó el rubio señalándome con el mentón.
—Ava —respondí con una sonrisa.
—Bueno, Ava, creo que tienes que ir por unas toallas.
No entendí a lo que se refería hasta que se agachó y tomó a Liv por las rodillas haciendo que ella terminara sobre su hombro como una bolsa de papas. Al inicio pensé que tenía que intervenir, pero, al ver que ella reía y chillaba sin cesar, noté que se estaba divirtiendo.
—¡Esto es por el año pasado! —exclamó mientras trotaba hacia la laguna. Liv me lanzó su bolso mientras carcajeaba.
—¿No vienes? —me preguntó el de ojos jalados con una sonrisa e inclinando la cabeza hacia su amigo.
Reí y nos dirigimos a la laguna. El más alto se sumergió con Liv aún en brazos y el otro los siguió metiéndose de un clavado. Mi nueva amiga salió a la superficie en busca de aire y empujó al rubio entre risas.
—Capullo... ¡Linda, ven! —gritó acomodándose el cabello.
Dejé su bolso a un costado, me quité la camiseta y los pantalones para quedar en traje de baño y me metí a la laguna.
Al parecer los chicos se llamaban Chris y Max, y se habían graduado junto a Liv de la escuela. Mientras el primero era alocado y parecía vivir el día como si fuese el último, el segundo se dejaba llevar por las locuras de su amigo. Era evidente que eran buenas personas y me agradaron de inmediato.
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ALBA © [Disponible en físico]
Romance¡YA EN LIBRERÍAS! [Esta versión es un borrador] Ella no sabe conducir, él es un corredor profesional. Ella no confía en nadie, él no puede permitirse perder la confianza en sí mismo. Ella odia las mentiras, él es experto en ellas. Lucen distintos, p...